“Respeto a los cuenteros, pero prefiero la comedia”

CAMILO YEPES - EL NUEVO DÍA
Licenciado en Español e Inglés, Paulo Hernández es un comediante bogotano que vive de cuentos de zombis, abuelas yerbateras y novias feas, y piensa que el estatus del cuentero norteamericano es mucho más alto que el del colombiano.

Paulo Hernández es bogotano, tiene 31 años y la consciencia plena de que quiere seguir siendo comediante, haciendo reír con historias de lo que le ocurre a diario. Además, porque siempre busca hacer reír a la gente y considera que no sería capaz de ser de nuevo cuentero.

“Cuando la gente escucha la palabra cuentero, piensa que siempre es alguien que los va a hacer reír”, justificó, razón por la cual dio el año pasado un giro rotundo a una trayectoria que había iniciado en 2002, insertándose en el stand up comedy.

“Estamos llenos de problemas, pero la gente se ríe de ellos y de eso hacemos catarsis. La gente quiere reír”, explicó, en su primera visita a Ibagué, como parte de la jornada Cuentos en la U, que ha venido liderando el cuentero local Yuls Quintero.

Novia fea, abuela yerbatera y zombies, son sus temas, parte de su experiencia personal, por ello significan mucho para él y cuando los cuenta no necesita seudónimos. “Soy yo mismo, alguien que tiene que pagar recibos e ir en bus: alguien común”, subrayó.

¿Es capaz de ser cuentero que no haga reír?
Personalmente, se me dificulta, pues ahora en algún punto tiene que haber risa, pero no risa porque sí. Respeto mucho a los cuenteros, pero prefiero la comedia basada en las experiencias.

¿Cómo ingresó a Los Comediantes de la Noche?
En 2010 hubo una convocatoria para quienes quisiéramos, y me inscribí sin saber qué era el stand up comedy: estando ahí lo entendí. Tuve que esperar mucho tiempo para empezar a grabar. Entraban cuentachistes, trovadores y otros, pero estaban buscando eran stand up comedy. Pasamos muy pocos y ahora se ven los frutos, porque fue una competencia muy difícil.

¿Dónde se ha presentado?
Tuve la oportunidad de iniciar mi stand up comedy con tres funciones pequeñas y en inglés, en un Open Mic, en Londres; luego pasé por Bogotá, Medellín, Duitama, Yopal y Villavicencio; ahí vamos. Un humor en otro contexto e idioma es completamente diferente, pero ahí se logró.

En cuanto a Ibagué...
Es la primera vez que vengo y creo que a la gente le gustó mucho, aunque la risa es un lenguaje universal, incluso tras la muerte de la 'Nena' Jiménez; la gente recuerda mucho a quien le saca una risa; y uno va por Colombia y habla ese lenguaje, que no es del colombiano sino del ser humano.

¿Qué piensa del humor picante?
Es válido, a unos les gusta y a otros no. Creo que toda forma de humor es válida, pero desde que a quien lo haga se le facilite y se vea original o genuino. Si no soy grosero ni gamín en la vida real, ¿cómo voy a serlo en el escenario? Uno le sirve a diferentes públicos.

¿Cómo ve a futuro la comedia?
Creo que va a dar mucho de qué hablar, y está surgiendo pasión e interés en quienes la hacemos, como aquí en Colombia: en universidades, publicidad, discursos políticos, pedagogía y charlas empresariales, pues antes se veía en el entretenimiento.

Otra cosa es comparar con Norteamérica, donde la comedia es el pan de cada día y un comediante tiene la voz en muchos debates allá y mucha opinión, pues a través de la risa hace catarsis de todo.

Referentes...
Tengo muchos referentes americanos, porque admiro el estatus al que han logrado, pues es un espectáculo muy serio, como Jerry Seinfeld, George Carlin, Chris Rock, Pablo Francisco y, en Colombia, los Comediantes de la Noche.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ

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