Fueron los ingleses quienes conocieron esta planta. Su fruto grande y redondo, de piel verde lisa en algunos casos, y llena de púas en otros, servía de alimento para algunos habitantes. Ellos lo trajeron a América para incorporarlo a las comidas de los esclavos, que podían consumir su pulpa, guisada o tostada, en forma económica.
De este árbol existen muchas variedades, pero el fruto proviene de dos grandes familias: En una abundan sus semillas que algunos consumen tostadas o preparadas de otras formas. En otra, la de pulpa, con la cual se hacen deliciosas recetas gracias a su contenido de almidón, fibra y sabor un poco dulce.
La primera mención del árbol y sus frutos data del siglo XVII en los escritos del biólogo, navegante, investigador y naturista inglés William Dampier (1652-1715) a quien también se le atribuyeron experiencias como corsario. La incorporación del árbol del pan a América se le atribuye a Joseph Banks (1743-1820), ex presidente de la Royal Society, y quien, en el siglo XVIII, hizo varios viajes de investigación.
Él conoció, con admiración, las posibilidades alimenticias del fruto mencionado en esta reseña, y se embarcó hacia el Caribe con el fin de traer cantidades de estacas del árbol del pan que recolectó en Tahití. Su propósito era el de sembrarlas en las plantaciones atendidas por esclavos y disponer de comida barata para estos trabajadores.
Uno de los primeros sitios en donde se plantó esta especie fue en Jamaica en 1793 (fruto de pan sin semillas), en una expedición llena de dificultades, entre otras razones por los continuos ataques de los indios de nuestro continente contra los foráneos. Diez años antes, los franceses ya habían introducido la variedad con semillas en Martinica. En el siglo XIX, su expansión a otros países de Suramérica ya era una realidad.
El fruto del árbol del pan, o simplemente “árbol del pan” como se conoce, después de años de ser empleado como comida “para pobres”, formó parte de los ingredientes de platos de tradición caribe como el “rondón” que preparan los isleños de San Andrés y Providencia, llegándose incluso a afirmar que “rondón sin árbol de pan, no es rondón”.
Recientemente, este fruto ha cobrado el interés de cocineros gourmet y especialmente de estudiantes de escuelas de cocina, empeñados en la recuperación de la gastronomía ancestral. Con su pulpa y semillas trabajadas se ha producido un ingrediente para harinas, arepas, empanadas, sopas, frituras crocantes, ceviches, ensaladas, risottos, tortillas, batidos, tartas, purés, croquetas y postres.
Risotto con fruto del árbol del pan
(4 porciones): 250 g de semilla de fruta de pan, 115 g de arroz arbóreo, 30 cc de aceite de olivas, 3 cucharadas de vino blanco, 20 g de cebolla cabezona, 60 g de mantequilla, 60 g de zanahoria, 40 g de pimentón rojo, 40 g de pimentón verde, 10 g de perejil, sal y pimienta. Preparación: Hervir las semillas de la fruta de pan por 45 minutos. Luego sacar la cáscara y picar en dados. Cocinar la zanahoria y picar en dados. Picar los pimentones en julianas. Saltear los pimentones y reservar. En una sartén alta poner la mantequilla con un poco de aceite y añadir la fruta de pan y la cebolla picada. Saltear por unos minutos e incorporar el arroz y el vino blanco. Sazonar con sal y pimienta. Mezclar constantemente e ir agregando agua si es necesario hasta que quede listo. Rectificar. Añadir los pimientos salteados previamente y la zanahoria. Picar el perejil. Montar el plato adornando con perejil. (Fuente de las dos recetas: Javier Alejandro Gómez de la Torre. Tesis de grado, Universidad Tecnológica Equinoccial. Quito 2009).
Ceviche de fruto del árbol del pan
(4 personas). 300 g. de semilla de fruta de pan, 100g de cebolla cabezona, 10 g de perejil, 10 g de cilantro, 50 cc de jugo de limón, 1 cucharadita de aceite de olivas, sal al gusto. Preparación: Hervir las semillas de la fruta de pan por 45 minutos. Luego sacar la cáscara y picar. Picar la cebolla en pequeños dados (brunoise). Aderezar el jugo de limón con todos los ingredientes en un recipiente grande y meter a la refrigeradora por lo menos 15 minutos.
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