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Desde hace más 10 años Juan Pablo Rojas emprendió el camino de la música y aunque experimentó con varios ritmos, finalmente, se decidió por el género popular. Hoy tiene dos grandes ilusiones, el nacimiento de su segunda hija y avanzar en el programa concurso Factor X.
“Desde que salí del colegio e incluso antes me dediqué a la música como tal. Desde muy pequeño participé en concursos de canto, de hecho fui a Factor X hace muchos años, estaba pequeño y no pasé”, recordó el joven compositor.
A pesar de la respuesta negativa recibida, Juan Pablo siguió escribiendo su historia. Empezó en el género tropipop con el cual se dio a conocer en Ibagué y diferentes ciudades del país, igualmente, se empezaron abrir puertas con la canción ‘Ya hablé con tu amiga’ bajo el nombre artístico Kela.
En medio de la aceptación del público, el bogotano de nacimiento pero de corazón ibaguereño, seguía buscando esos sonidos hacia donde orientar definitivamente su talento innato.
“No estaba bien decidido a qué género, porque en ese tiempo el género urbano cambió, entonces tomé la decisión de cantar música popular”, mismo género que escuchó desde pequeño al lado de sus padres y abuelo.
Pasados cinco años, cuenta con satisfacción que este ritmo lo llevó a importantes espacios a nivel nacional e internacional, pues tuvo la oportunidad de estar en México junto a importantes artistas como Carín León. En su paso por el país norteño, logró grabar en Guadalajara ‘10 copas’ y ‘Que bonita quedaste’, canciones que están próximas a su lanzamiento.
Con talento conquistó al jurado
Hace un año Juan Pablo volvió a participar en ‘Factor X’, concurso que busca nuevos músicos. Debido a la pandemia los planes se retrasaron, por ello fue hasta hace algunos días que los televidentes conocieron el instante en que el jurado conformado por la española Rosana, el cantautor José Gaviria y los integrantes de Piso 21 expresaron ese esperado ‘Si’, que le permite seguir en competencia.
“Estaba muy indeciso porque había ido una vez y no había pasado, fue un trauma para mí. Llegué un día antes (de la audición) a las 11 de la noche a Bogotá y había gente que llevaba haciendo fila cuatro días. Fueron cerca de 12 mil personas que audicionaron en Bogotá, pensaba, entre tanta gente ¿cómo va a ser posible que yo pueda pasar?”.
Además de hacer una fila por 14 horas, Juan Pablo tuvo que pasar por cuatro filtros antes de llegar al jurado final. En uno de ellos se encontró con el dueto Siam y el cansancio empezó a jugar en contra.
“Estaba sin voz, en ese momento sólo le dije a Dios dame voz, no sabía de dónde la iba a sacar. A pesar de todo, confieso que ha sido la mejor audición que he hecho en toda mi vida, no sé dónde me salió voz, Diosito me la regaló.
“Me dijeron que había sido impresionante lo que acaba de hacer, quedaron conmovidos y a mí se me salieron las lágrimas”.
Prueba de fuego
Su talento le permitió avanzar a la siguiente prueba, que era para televisión y frente a un jurado de talla internacional, tras bambalinas lo acompañaba su madre y abuelo, Henry Armando Rojas, que lo impulsaron a seguir su sueño, sin importar sus adversidades.
“Fui con mi mamá y con mi abuelo que falleció tres meses después de hacer el programa. No se imaginan lo que significaba para él para mí, me acompañó todo el proceso”.
Aunque los televidentes vieron solo unos segundos de ese crucial momento, Juan Pablo narró que se la jugó con su composición ’10 copas’, “comencé a cantar, fue algo muy bonito estaba con mi guitarra. Y cuando terminé hubo un pequeño silencio y después los de Piso 21 me dijeron que si en algún momento la canción la llega a escuchar Christian Nodal, se arrojaría por ella”.
Seguidamente recibió los halagos de Rosana que lograron tocar las fibras más profundas del cantautor, “ella se levantó y me dio un abrazo, me apretó tanto, como si me conociera de hace mucho tiempo”.
Aunque todo sucedió en minutos, en sus palabras fue una gran experiencia, no solo por salir en TV, sino que fue una recompensa a años de lucha como cantante, de pasar momentos difíciles cantando en las calles de ciudades como Medellín y en el transporte público. “Voy por mi sueño y no lo voy a dejar en ningún momento, siempre luché y le pido a Dios que nunca me vaya a dejar ser otra persona que no soy”.
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