En las manos de los campesinos, esas que labran la tierra y sostienen comunidades enteras, hay una oportunidad para transformar la rutina del trabajo al aire libre en una actividad segura, donde la exposición solar sea un tema vital para abordar. 

Educar y sensibilizar sobre el cáncer de piel puede cambiar la relación de quienes labran el campo con el sol y por supuesto, salvar vidas. En ese terreno fértil, el conocimiento es la semilla más poderosa que podemos sembrar. 

Sobre todo, teniendo en cuenta que, en los campos y caminos de Colombia, la vida al aire libre es sinónimo de vitalidad. La agricultura, la construcción y el transporte no solo sostienen poblaciones, sino que también representan el motor de bienestar y desarrollo. 

Es en esos espacios abiertos, donde el sol acompaña cada jornada, que las comunidades encuentran su propósito y conexión con la tierra. Sin embargo, esa misma relación cercana con la naturaleza tiene un lado vulnerable: el acceso a información crucial sobre los riesgos que implica la exposición prolongada al sol. 

Según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, en el mundo en 2022 se diagnosticaron 1’566.255 casos nuevos y según el fondo colombiano de enfermedades de alto costo en 2023 se reportaron 12.327 casos de cáncer de piel, diagnóstico que, aunque cada vez más común, sigue siendo motivo de alerta. 

Ahora, la Doctora Diana Giraldo, cirujana plástica con subespecialidad en cirugía plástica oncológica de Clinaltec y la responsable de diagnosticar, tratar y reconstruir el cáncer de piel en esta reconocida institución oncológica, centro de referencia de cáncer en Colombia, ha explicado que “el cáncer más común en el país y en el mundo es el de piel y además, es el más frecuente entre los trabajadores del campo”. 

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¿Por qué los campesinos son más vulnerables al cáncer de piel? 

En el corazón del campo colombiano, donde la tierra nutre a las comunidades y el sol guía las jornadas, los campesinos llevan sobre sus hombros no solo la responsabilidad de alimentar al país, sino también los desafíos de su autocuidado.

Aunque muchas personas trabajan al aire libre, son ellos quienes enfrentan con mayor frecuencia los riesgos del cáncer de piel. 

Según la Doctora Giraldo, en gran parte, la vulnerabilidad de los campesinos puede estar ligada a barreras que pueden limitar su acceso a la información. “Sin teléfonos inteligentes, ni Internet, las campañas educativas sobre protección solar y prevención no son profundas en estas comunidades”, aclara. 

Pero lejos de ser una desventaja insuperable, este panorama es una invitación a fortalecer los lazos con el campo, llevando conocimiento y herramientas que iluminen su camino bajo el mismo sol que hace posible su trabajo. 

Además, aunque la piel dañada por el sol es vista como un símbolo del esfuerzo diario, cuando el daño se convierte en enfermedad, puede surgir un miedo profundo, afectando no solo la parte física, sino también la emocional.

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¿Cómo identificar los primeros signos de alerta? 

El cáncer de piel no aparece de un día para otro; se manifiesta lentamente, “en forma de manchas, heridas que no cicatrizan o cambios en lunares preexistentes”, informa la cirujana plástica oncóloga. 

Este mal, que ha mostrado un incremento constante desde 2015, afecta a miles de personas en el país, siendo el cáncer de piel no melanoma el más frecuente, aunque a menudo subreportado. 

Con estas cifras es importante identificar si precisamente se trata de un melanoma o un no melanoma. Para el primer caso existe una regla que es el ABCDE: 

● La A es si son lunares asimétricos. 

● La B es de bordes irregulares. 

● La C es de color variable. 

● La D es de un diámetro mayor a 6 milímetros.

● La E es de evolución cambiante.

En el caso de un no melanoma, la Doctora Giraldo indica que se trata de “lesiones perladas, o sea brillantes, o que se levantan como una bolita en algunos casos y en otros se trata de lesiones que son opacas y eliminan escamas de piel, y que no desaparecen, que tienen como vasitos y que se ven como una irritación”. 

Teniendo en cuenta el desconocimiento sobre los síntomas iniciales mencionados, se dificulta una detección temprana que podría llevar a un tratamiento más complejo o incluso, a la metástasis.

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¿Qué se está haciendo para prevenir este cáncer en las comunidades rurales? 

En Colombia, instituciones como Clinaltec, Fedearroz, la Gobernación del Tolima, el Comité de Ganaderos del Tolima, el Comité de Cafeteros del Tolima, la Universidad del Tolima y FotoFinder han comenzado a implementar programas de educación y prevención facilitando todos los recursos para que puedan acceder las personas de áreas rurales.

De hecho, en conmemoración del Día de la Lucha Contra el Cáncer, este 4 de febrero se llevará a cabo una jornada en la que se vinculan a campesinos del Tolima y a entidades asociadas en una jornada que busca concientizar a esta población sobre el cuidado de la piel. 

Esta campaña busca enseñarles sobre los peligros de la exposición al sol sin la protección adecuada, como sombreros de ala ancha, ropa de manga larga y bloqueadores solares. “Les vamos a contar qué es el cáncer de piel y cómo se previene. Es muy fácil, es sencillamente cuidarse del sol, pero entonces les vamos a dar varias estrategias de cómo hacerlo y a contarles cómo sospecharlo”, señala Diana Giraldo, quien, además, será la conferencista especializada de la jornada.

“Les vamos a decir cuáles son los beneficios de diagnosticar precozmente el cáncer y les vamos a hacer una consulta con un equipo de última tecnología y altísima resolución que se llama dermatoscopio fotofinder a todos los que tengan lesiones sospechosas”, añadió Giraldo. 

La brigada, que se llevará a cabo en el Auditorio Fedearroz de Ibagué de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., será completamente gratuita, habrá transporte para la población interesada y alimentación para los primeros 400 inscritos. A través del WhatsApp 322 886 3258, es posible registrarse para participar en ella. 

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Un futuro bajo la sombra de la prevención 

Con un aumento del 27% en la PCNR (proporción de casos nuevos reportados) en Colombia, respecto a 2022, según la CAC, la tendencia de este cáncer refleja la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano.

“La prevención básicamente es una sola: la protección contra los rayos UV”, concluye Diana Giraldo, teniendo en cuenta que el sol sigue marcando los días en el campo, y que ahora, afortunadamente, cada vez más campesinos entienden que protegerse no es un lujo, sino una necesidad. 

El cáncer de piel en la población campesina es un recordatorio de cómo la enfermedad puede manifestarse en los lugares más insospechados. Mientras la prevención llega a las zonas rurales, los campesinos continúan trabajando bajo un sol que, aunque indispensable para sus cultivos, debe enfrentarse con las herramientas adecuadas.

El compromiso de la concienciación colectiva es esencial para garantizar que el campo no solo sea tierra de cosechas, sino también un lugar donde la vida florezca con salud.