¡La tapa con las alcantarillas!

HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
De forma rudimentaria, la comunidad de diversos barrios de la ciudad ha debido tapar sus alcantarillas y sumideros, tras la larga espera de una acción del Gobierno local.

En trampas y causantes de accidentalidad se han convertido los sumideros de agua y las alcantarillas, que permanecen abiertas, porque inescrupulosos se robaron sus tapas.

En un recorrido hecho por EL NUEVO DIA, a raíz de las quejas elevadas por ibaguereños y conductores, se encontró que un alto porcentaje de estas se encuentran en mal estado, mientras que el resto están destapadas.


Los sectores más perjudicados con esta situación son: La Macarena, la 42, El Jordán, Los Remansos y El Jardín. Allí muchos de los enrejados están hundidos más de diez centímetros con respecto al nivel de la calzada.


Carlos José Rodríguez, un residente del barrio Jordán Primera etapa, mencionó que los accidentes de tránsito son constantes y que en varias ocasiones los carros han quedado atrapados entre las rejas. Sumado a ello, la basura tapona los sumideros y en temporada invernal no sólo se rebozan, sino que son invisibles para los conductores.


“Por aquí cada rato se roban las tapas de las alcantarillas y las que no se llenan, a las autoridades se les olvida hacerle mantenimiento; aunque la culpa no es sólo de ellos, pues la gente también suele arrojar basura, lo que obstruye los drenajes.


“Nos preocupa que las alcantarillas estén sin tapa porque, se están convirtiendo en trampas mortales para transeúntes y conductores”.


Otro gremio perjudicado con está situación son los taxistas, quienes a diario tienen que soportar el mal estado de la malla vial y la cantidad de huecos, producto de las alcantarillas sin tapa.


 “Las autoridades deberían prestarle más atención al tema del alcantarillado, pues con este invierno, no sólo se tapan las tuberías, sino que las rejillas se empozan  y si a eso se le agrega que muchas de ellas están destapadas, uno no las ve y el carro se le puede quedar ahí metido”, indicó Jhon Ovalle, taxista.









Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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