En esa ocasión el burgomaestre, Carlos Alberto Torres, argumentó que ese mensaje era mentira y que le parecía una falta de seriedad, porque en sus más de tres años de mandato no se han producido combates ni muertes violentas por enfrentamientos, a la vez que señaló que en los periodos presidenciales de Uribe no se vio inversión social para el municipio.
Las palabras del alcalde Torres no cayeron bien entre los seguidores de Uribe, quienes en la misiva firmada por Milton Restrepo Ruiz, codirector del Centro Democrático en el Tolima, las calificaron de “santista”, carente de sustento y falto de seriedad, “frente a verdades que al parecer insiste en ocultar a los tolimenses y en el claro deterioro no solo de la seguridad democrática en Dolores, como en el constante riesgo de la integridad física de sus habitantes”.
También le dicen que “les habría gustado leer durante los años de su gobierno propuestas proactivas y un balance de una excelente gestión, la cual sabemos que no existió”, no sin antes enlistarle una serie de obras que habría dejado Uribe durante sus periodos presidenciales, entre ellos el edificio del palacio municipal, la pavimentación de vía Prado - Dolores y la construcción de la estación de Policía.
También le refieren que les sorprende “su amnesia política cuando olvida que en 2002 regresó la Policía y el Ejército ‘Brigada movil 17 y 21’ a Dolores, después de muchos años de ausencia y terror”.
Pero ahí no paran los reclamos. Los uribistas le expresan que el municipio en paz que cuenta no es Dolores, Tolima, sino de otro departamento, porque de lo contrario por qué vive en la estación de Policía, y le cuestionan como negar el soldado herido hace 15 días en la planta de Alcanos, u ocultar el artefacto explosivo colocado en una estación de gasolina o la bomba puesta en un almacén de víveres o pasar por alto la constante extorsión a comerciantes y finqueros.
Sumado a ello se preguntan si “será que hay instrucciones de La Habana para ocultar estas acciones terroristas comandadas por alias ‘Cipriano’ y ejecutadas por los frentes 25 y 53 de las Farc”.
El fuerte documento concluye diciendo que aspira que su “amnesia sea de buena fe y no llegar a pensar que su presuntamente omisión sea cómplice del terrorismo”.
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