Según la información suministrada por algunos miembros de la comunidad, la molestia se acrecentó desde hace un mes, cuando las calles se convirtieron en ríos de agua sucia.

“Los constructores dejaron el baño de obreros en la parte que colinda con el barrio, pero dejaron un tubo conectado a la caja del alcantarillado, entonces cuando este se llena, toda las aguas negras bajan por el frente de las casas.

“La Policía Ambiental ya hizo una visita, no sé si es que no pasaron el reporte, pero la situación sigue igual. Nosotros hablamos con los de la constructora, y ellos dijeron que eso era agua limpia, pero si lo fuera, no olería a feo”, indico Ángela Torres, residente del sector.

Los afectados también mencionaron que la presión del agua está deteriorando la calle, y que la proliferación de animales rastreros es alarmante.

“En la vía hay varios huecos por la fuerza del agua, además ya no aguantamos el olor. Tenemos miedo de que se desate una epidemia por esa situación”, agregó Torres.

Entre tanto, Jhoana Sepúlveda, otra residente del sector comentó que en varias oportunidades ha visto como los niños juegan con el agua contaminada. La mujer también destacó que el olor es insoportable.

“Por aquí pasa mucho niño, y nos preocupa que se llenen de infecciones porque no existe control sobre esas aguas”, manifestó Jhoana.

EL NUEVO DÍA acudió a las oficinas de la constructora Edificar 2 mil, sin obtener respuesta. De igual forma insistió vía telefónica, pero allí informaron que la persona encargada no se encontraba.