Baterías sanitarias en estado “deplorable”, problemas de humedad, inundación, techos rotos y pupitres dañados son algunos de los inconvenientes que afrontan, y que hoy une, a dos instituciones educativas de Ibagué.

Por una parte se encuentra el colegio Antonio Reyes Umaña, en donde los estudiantes aparte de sortear las dificultades ya descritas, permanecen amenazados por delincuentes que se esconden en las instalaciones del plantel a consumir alucinógenos y a hurtar lo que encuentren.

Por otro lado está la Escuela Hogar de las Brisas, a la cual el Municipio le debe cinco años de arriendo; sumado a ello, la falta de mantenimiento en la planta física salta a la vista.

Las directivas de ambas instituciones hicieron un llamado a la Administración Municipal porque, según manifestaron, les ha faltado compromiso.

En la Escuela Hogar

De acuerdo con Orlando Murillo, coordinador de la Escuela Hogar de las Brisas, desde hace 10 años la planta física está en un avanzado deterioro.

De igual forma el docente mencionó que el Municipio le debe 90 millones de pesos a la comunidad de las hermanas El Buen pastor, por concepto de arriendo.

“El problema con esta institución es que las instalaciones no son del Municipio, sino que le pertenecen a una comunidad religiosa, entonces la Alcaldía no puede hacer algún tipo de aporte o mejora.

“El lote está en venta y tiene un costo de mil 200 millones, nuestro propósito es que la Administración Local lo compre para que le deje un legado a la comunidad”, puntualizó Murillo.

Para la docente Marleny García, desde que las hermanas le entregaron la administración del colegio al Gobierno, el abandono del mismo se refleja en los salones, sobre todo en la falta de equipos.

“Cuando el colegio estaba bajo la responsabilidad de las hermanas era hermoso, ni comparación a como está ahora. Aquí los niños no sufren por inundación o goteras, pero los salones están sin pintar, los juegos están muy viejos, la zona verde necesita mantenimiento y los computadores que hay no sirven”.

En el Reyes Umaña

Para los docentes del colegio Reyes Umaña el panorama es desolador, pues después de ser una de las instituciones mejor acondicionadas de Ibagué, hoy es uno de los colegios con mayor deterioro.

Las baterías sanitarias no sirven, las tejas están rotas, hecho que ocasiona que en época de invierno los salones se inunden. Las mallas de protección las dañaron lo que facilita el ingreso de todo tipo de personas, especialmente delincuentes.

“En múltiples ocasiones hemos estado en plena clase y de repente se meten los drogadictos, nosotros llamamos a la Policía pero ni siquiera vienen”, indicó el profesor Germán Rodríguez.

Entre tanto, Benjamín Varón otro de los docentes comentó que la falta de una batería sanitaria, ha obligado a que los estudiantes varones orinen en las zonas verdes.

“Cada vez que llueve, los salones y los costados del patio parecen piscinas. Para utilizar los baños en ocasiones, los jóvenes prefieren ir a la parte trasera del colegio”.