Un bloque de incorruptibles
La corrupción política es una enfermedad sistémica y estructural. Es muy difícil (por no decir imposible) encontrar un ámbito del Estado que no presente casos de este problema que viene creciendo desde hace décadas, al menos las últimas cuatro o cinco, para no terminar diciendo que llevamos dos siglos, o que, como dijo uno de los ‘filósofos’ del clan Nule, la “corrupción en Colombia es inherente al ser humano”. No. La corrupción se puede derrotar, si existe voluntad política.