“Lo conocí a mediados del 2012, en Ibagué, pues él empezó a frecuentar un establecimiento de comidas que administro (...). Le dije que una hermana estaba vendiendo un bar”, dijo Rivera.

“En abril de este año se acercó a mí, para tratar de llegar a un acuerdo económico sobre el sitio, de tal manera que en compañía de su esposa y un hermano de él, preguntó por el valor del bar. Respondí que $15 millones. Acordamos que serían 13 millones 500 mil pesos. De manera inmediata le dije que debíamos iniciar el negocio. Él entregó un millón en arras y le entregué las llaves del negocio, pero al día después quiso que le cediera el local, a lo que yo me negué”, indicó.

Según el denunciante, a pesar de que firmó un papel para devolver la plata, dijo que fue amedrentado y presionado, por lo cual lo hizo; sin embargo, el dinero no lo tuvo de inmediato, siendo víctima de más amenazas.

Esta redacción buscó dialogar con el jugador, pero no pudo contactarlo a su celular.