¿Qué motiva y sustenta su posible candidatura a la Gobernación?

Siempre he señalado que uno no se puede negar a prestar un servicio. Tuve la oportunidad de estar por cerca de 20 años en el Congreso gracias a la generosidad de los tolimenses, pero es un ejercicio que terminó siendo consciente de la necesidad de abrir espacios para que se dé el relevo generacional que tanto reclama la sociedad colombiana.

Uno considera que se tiene una basta experiencia y el conocimiento sobre el manejo de la cosa pública, así como la fortaleza, la capacidad y la disposición de trabajar en favor de los intereses de mi departamento.

Hay algunas condiciones de tipo político que son determinantes en estas aspiraciones y, de llegar a acuerdos con otras organizaciones políticas del departamento, no tendré por qué negarme a colocar mi nombre a consideración de los tolimenses, pero este es un tema que apenas se empieza a mover.

Ningún dirigente llega solo a una Gobernación. En la práctica, ¿con quién espera realizar acuerdos?

Hay un buen número de personas que están colocando sus nombre en el sonajero para que sea la comunidad la que empiece a depurar y a tomar partido en favor de una u otra candidatura, pero yo no podría decir absolutamente nada ni ponerme a aseverar que tengo las fuerzas y los apoyos suficientes porque eso es generar una falsa expectativa.

Hemos estado hablando de manera muy franca con algunos sectores para llegar a acuerdos que, en la medida que pasen los días, se irán madurando. Ya tendremos la posibilidad de señalar si se dan las condiciones para postular nuestro nombre de manera oficial, hasta tanto, es apenas una mera expectativa.

Con los resultados del partido Liberal, ¿su candidatura no empezaría cojeando?

El partido Liberal no está atravesando su mejor momento. En las presidenciales terminamos con una lánguida votación, pero no podemos desconocer que es el más fuerte en la Cámara de Representantes y cuenta con un buen número senadores. Luego, tampoco es que el Partido esté en los estertores de la muerte, pero sí hay que sacudirlo y ofrecer nuevas oportunidades para que muchos jóvenes se entusiasmen y tengan una buena posibilidad al interior del Partido.

Por ahora lo que reitero es que estamos en un plan de acercamiento, conversaciones y no descartamos ningún sector político. Tenemos unas excelentes relaciones personales con la clase dirigente del Tolima y gozamos con una muy buena sintonía con la base tolimense, eso es lo que nos alimenta la esperanza de poder presentar nuestro nombre a consideración de los tolimenses.

Desde ya se habla que buscaría desmarcarse del llamado ‘jaramillismo’, que es liderado por Mauricio Jaramillo...

Siempre he dicho y reconozco que mi jefe natural, que en paz descanse, es el doctor Alfonso Jaramillo Salazar, un hombre absolutamente pulcro y transparente que fundó hace 50 o 60 años una organización en la que siempre nos infundó el respeto por las diferentes manifestaciones de carácter ideológico y que cuenta con unos apoyos de diferentes tendencias, por ejemplo, gentes que se apodaban como conservadores jaramillistas.

De ahí hacia adelante he trabajado de la mano con personas muy dedicadas como Mauricio Jaramillo, el mismo Rubén Darío Rodríguez, Jorge Eduardo Casabianca y muchas otras organizaciones que pueden tener posiciones un tanto disímiles, pero nosotros no vamos a alimentar fracturas ni divisiones, sino hacemos un llamado a las vertientes para poder sacar adelante una candidatura, no en nombre de un partido, sino de un colectivo tolimense con intereses de seguir trabajando para consolidar el desarrollo y la grandeza del departamento.

¿Cuáles son las necesidades que buscaría atender en el Tolima?

El Tolima hace parte de la Colombia profunda. Muchas regiones de este departamento están muy alejadas y con problemas en las carreteras terciarias. Temas complicados y en los que todavía falta avanzar son el saneamiento básico, la vivienda rural, la electrificación rural, el suministro de agua potable, el desarrollo de salud con la recuperación del hospital Federico Lleras Acosta, y en materia de educación el fortalecimiento de la Universidad del Tolima, por ejemplo.