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Con la noticia de que el Gobierno nacional firmó un contrato para iniciar el primer piloto de fracking en el país, los ambientalistas del Tolima alertaron sobre la posibilidad de que en el departamento se le abra la puerta a la extracción de hidrocarburos a través de esa técnica con el desarrollo de un proyecto liderado por la multinacional Parex.
En julio de 2019, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) adjudicó a la firma canadiense el contrato de exploración y explotación del Bloque Petrolero VSM 25, que está ubicado en la cuenca del Valle Superior del Magdalena y posee una extensión aproximada de 27.608 hectáreas, comprometiendo a Alvarado, Coello, Ibagué, Piedras y San Luis.
Aunque las actividades de exploración no han iniciado y la eventual producción solo podrá ejecutarse en yacimientos convencionales, ambientalistas consultados advierten que el contrato suscrito deja abierta la posibilidad de desarrollar fracking en caso de que Parex halle rocas generadoras de hidrocarburos.
“La asignación del área y la celebración de este contrato no impide que la ANH desarrolle directamente labores destinadas a obtener información técnica adicional respecto del otro tipo de yacimiento, ni que la asigne a otro interesado para el desarrollo de actividades de exploración y explotación de hidrocarburos provenientes de ese otro tipo”, se lee en documento.
En otra parte del contrato, relacionado con las excepciones, se señala que el contratista, siempre que cumpla la ley y cuente con la capacidad para explotar un yacimiento en rocas generadoras, podrá desarrollar operaciones de exploración y producción dentro de un contrato adicional que se celebre entre la firma y el Gobierno.
Si bien no se habla de fracking de manera expresa, para Daniela Zamora, integrante del Comité Ambiental, es claro que para ese tipo de yacimiento se emplearía el fracturamiento hidráulico multietapa con perforación horizontal, técnica ampliamente rechazada por sectores ambientalistas del país.
“No lo dicen, pero cuando ellos se refieren a otro tipo de técnica están hablando de fracking. Muy probablemente, cuando encuentren la roca generadora de petróleo y gas de más puro, van a fracturarla mediante esa técnica sin consultarle ni socializar con las comunidades el nuevo proyecto”, afirmó Zamora.
En la misma línea, Luis Fernando Popayán, representante de las ONG ambientales ante el Consejo Directivo de Cortolima, afirmó: “Uno pensaría que no van a hacer fracking, pero la verdad es que la posibilidad está abierta porque van a iniciar diciendo que están explorando y luego de que tengan los permisos van a usar ese mecanismo. Pero es que la idea es no dejar que haya explotación del contrato inicial”.
Y es que según estudios de Cortolima, recordó Popayán, el bloque petrolero se traspasa en 33.70% al acuífero de Ibagué, catalogado como el cuarto más importante del país por su capacidad para abastecer agua a la comunidad y especialmente por la calidad de agua. En 2019, la Corporación y los alcaldes de entonces se opusieron al proyecto.
¿Lobby con alcaldes?
De acuerdo con Zamora, Parex Colombia no ha escatimado en entregar ayudas o desarrollar proyectos en los municipios donde tiene interés. Ejemplo de eso es la polémica que se armó el año pasado en Doima, corregimiento de Piedras, cuando funcionarios de la Administración entregaron mercados con el logo de Parex.
Luego se volvió a escuchar de la petrolera porque aportó e instaló 230 metros de tubería para el acueducto comunitario de Doima, sin consultarlo con la junta del acueducto o los usuarios, acción que fue vista como una forma de aprovecharse de las falencias y de la crisis sanitaria por la que cruza actualmente el territorio.
Tras los reclamos, la comunidad de Doima logró un compromiso por parte del alcalde de Piedras, Julio César Góngora, de no recibir ningún tipo de aporte para el municipio de parte de la multinacional.
Por otro lado, Zamora afirmó que en Alvarado ejecutó obras de mejoramiento del acueducto municipal y entregó mercados a través del alcalde Henry Herrera (camisa roja). “Ese día hicieron firmar dos listas: una con el logo de la Alcaldía para acreditar el recibido del mercado y otra con el logo de Parex, que después hizo un documento aparte y se lo anexó encima de las planillas comentando que la gente estaba contenta y aprobaba el proyecto”, dijo.
De otro lado, señaló que se han enviado oficios a la Gobernación y la Alcaldía de Ibagué para conocer su postura frente al proyecto, teniendo en cuenta que podría afectar el acuífero, el principal cuerpo de agua subterránea del Tolima. Según dijo, ninguna de las administraciones ha respondido.
Primer piloto en el país
Antes de finalizar 2020, la ANH y Ecopetrol adelantaron la firma del contrato especial para llevar a cabo el Proyecto de Investigación – Cepi N°1 Kalé, a través del que se busca obtener información técnica, operacional y de dimensionamiento de Yacimientos No Convencionales, que requieren el uso de la técnica de fracturamiento hidráulico multietapa con perforación horizontal para la extracción de hidrocarburos.
Este sería el primer proyecto piloto de fracking en Colombia, el cual se tiene previsto arrancar en el Magdalena Medio, más exactamente en el municipio de Puerto Wilches, sobre un área aproximada de 455 hectáreas con 9.874 metros cuadrados.
Su costo asciende a los US$76.7 millones, de los cuales US$44 millones van dirigidos solo a actividades asociadas a perforación. El resto de recursos se distribuyen en completamiento, caracterización y dimensionamiento del yacimiento y abandono y desmantelamiento. Estudios preliminares indican que con el fracking en esta zona podría haber un potencial estimado entre 2.000 y 7.000 millones de barriles de crudo y gas. Sobre el tema presupuestal, Ecopetrol confirmó que los recursos ya están aprobados en el plan de inversiones. De acuerdo con lo que se pudo establecer, en el territorio nacional se desarrollarían cuatro pilotos de fracking. Tres de estos se localizarán en la cuenca del Valle Medio del Magdalena, operados por Ecopetrol, ConocoPhilips y ExxonMobil; y otro más se estaría llevando a cabo en la cuenca Cesar-Ranchería, en La Guajira, por parte de la multinacional Drummond.
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