En países como Colombia, España, Australia y Filipinas los científicos están trabajando para desarrollar alimentos derivados de cultivos genéticamente modificados o transgénicos, como yuca, naranja, arroz y bananas que tengan mayor contenido de beta-caroteno, un precursor de la vitamina A.
Estos desarrollos, también llamados ‘alimentos dorados’, por su intenso color amarillo, son una respuesta a la problemática actual de salud pública que afecta a millones de niños y mujeres embarazadas con deficiencia de vitamina A.
De acuerdo con María Andrea Uscátegui, directora Ejecutiva de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, Agro-Bio, “la segunda ola de la biotecnología moderna aplicada apuesta al desarrollo de herramientas para que se produzca alimentos derivados de cultivos genéticamente modificados que no solo beneficien al agricultor y el medio ambiente, sino que ofrezcan a los consumidores beneficios para la salud por medio del mejoramiento nutricional”.
En Colombia, el Centro Internacional de Agricultura Tropical, Ciat, está trabajando en yuca genéticamente modificada para hacer un mejoramiento nutricional y poder obtenerla con mayor contenido de vitamina A.
Por otro lado, en Filipinas el arroz genéticamente modificado con mayor contenido de beta-caroteno, o también llamado ‘arroz dorado’, es un producto que podría ayudar a miles de personas, sin embargo, no ha podido salir al mercado debido a la oposición de grupos activistas antitransgénicos, que han impedido a este producto innovador avanzar en el proceso regulatorio para ser liberado comercialmente.
En el caso de la naranja, desarrollada en Valencia - España por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Ivia), el Iata y la empresa Biópolis, se busca que además de contener un alto porcentaje de beta-caroteno, tengan un efecto antioxidante mayor en un 20 por ciento que las naranjas convencionales.
Por su parte, los plátanos dorados, desarrollados por investigadores australianos de la Universidad de Tecnología de Queensland (QUT), apuestan por este desarrollo para ayudar a los niños en África que sufren de la deficiencia de la vitamina A.
Actualmente ninguno de estos alimentos se comercializa; a pesar de que algunos ya están desarrollados en su totalidad como el ‘arroz dorado’ y han cumplido con una gran cantidad de pruebas regulatorias para demostrar su inocuidad y beneficios, no ha sido posible su autorización comercial, debido a posiciones radicales -no científicas- en contra de la tecnología.
Se espera que en los próximos años los productos sean aprobados y liberados comercialmente en el mundo y puedan contribuir a salvar las vidas de 1.5 millones de niños que mueren cada año, por deficiencia de vitamina A, según estima la Unicef.
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