Para los expertos, lo mejor de la cosecha se lo lleva la incidencia económica que tienen las plagas y enfermedades en el sector agropecuario del país.
Muestra de lo anterior son los estudios de la ONU y la FAO que dan cuenta que anualmente se esfuma del bolsillo de los agricultores del mundo entre un 20% y 40% de la producción agrícola a causas de plagas y enfermedades.
Por ejemplo, en Brasil (el gigante agrícola de América Latina), las investigaciones estiman que cada año pierde 7.7% del total de su cosecha.
Lo anterior significa que los brasileros dejan de acopiar 25 millones de toneladas de alimentos, que perfectamente pueden valer en el mercado aproximadamente US$16 mil millones.
Colombia no se escapa de esa incidencia y en varias regionaes del país, son cinco enfermedades las que se han convertido en “el coco” del sector agropecuario.
La sonada aftosa
El caso más sonado por estos días fue la aparición de la fiebre aftosa el 22 de junio de 2017 en Tame, Arauca, tras ocho años de ausencia y que de pasó frenó el estatus sanitario del país que le permitió abrir 16 mercados externos en dos años.
De acuerdo con Jorge Quintero Pimentel, gerente del Frigorífico Río Frío, la situación frente a la problemática de aftosa es muy delicada, máxime cuando se han realizado grandes inversiones (cerca de $50 mil millones) para tener una planta a tono con las exigencias de los mercados externos.
“Mire, hemos invertido más de $1.000 millones, por ejemplo, para estar acorde con las exigencias sanitarias de Chile, un mercado que nos interesa mucho y que por el problema de aftosa ya perdimos un negocio de US$2 millones mensuales; más otros que estaban por concretarse”, agregó.
El directivo dijo que además, los ganaderos de las zonas afectadas por cuarentena (están en el radio para prevención de la enfermedad), dejarán de comercializar cerca de $5 mil millones.
“Ahora para rematar, por falta de información, el consumo se ha resentido sustancialmente ya que se cree que la aftosa se trasmite a los humanos”, agregó.
De otra parte, un analista del sector ganadero dijo que dos frigoríficos en Santander para cumplir la normatividad sanitaria y poder exportar han invertido más de $80 mil millones y lo más grave, es “que con este problema de aftosa quedó demostrado que la enfermedad está ahí, amenazando todos los días, incertidumbre que es gravísima para el desarrollo del sector agroindustrial”.
La costosa monilia
Ecuador y Colombia son dos países fuertes en la producción de cacao en América Latina; pero tienen un enemigo en común causada por el hongo Monilia (Moniliophthora) roreri E.
Su incidencia económica va del 18% al 80%; en Colombia, de acuerdo con la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao. Su daño se lleva el 50% de la producción.
Lo anterior significa que si la producción en el 2016 fue del orden de 56 mil 785 toneladas, la monilia se llevó 28 mil 292 toneladas.
Hay grandes departamentos productores que generan el 43% de la producción en Colombia y que aportaron 24 mil 417 toneladas al acopio nacional, que registran pérdidas por el hongo de la monilia de 12.208 toneladas. Si se toman los precios de 2016 (promedio de $8.000 el kilo), las pérdidas para el sector cacaotero en una región con alta producción en el 2016 serían de $96 mil millones; y si se tienen los precios actuales ($4.300 el kilo), los productores dejarían de recibir por incidencia de la monilia $51.600 millones al cierre del año.
Broca del café
Los cafeteros desde hace aproximadamente dos décadas, tienen en sus cultivares una plaga, la cual en su gran mayoría han sabido controlarla.
Sin embargo, es un enemigo que si se le da “larga”, como dicen los campesinos, puede perfectamente dañar el 30% o más de la cosecha.
Es que la broca del café, de acuerdo con los reportes de Federacafé, es una especie de ejército invasor.
Muestra de ello es que la hembra se puede reproducir 24 millones de veces en cinco meses.
Perfora el fruto para colocar sus huevos, labor que no le lleva más de dos horas.
Su mejor aliado es el clima caliente (1.200 m.s.n.m.) ya que le permite tener 17 ciclos de vida en un año y no lleva 20 días de pasar de huevo a adulto.
Las últimas mediciones efectuadas por la Federación Nacional de Cafeteros revelan que en el país la infestación por broca llega a un 2,08%, la cual se estima como rango controlable.
Tolima, Boyacá, Santander y Cesar registran niveles ligeramente superiores o iguales a 2%, siendo los más bajos del país. Para los expertos, es una plaga que deja grandes pérdidas y la cual no se debe descuidar, así para su control se tengan que aumentar los costos de producción.
Barrenador de la caña
La caña tiene un enemigo que se ha convertido en el martirio de los productores: el gusano barrenador, las larvas de la Diatraea saccharalis, que se alimentan del tallo de la caña.
De acuerdo con los investigadores, los niveles de infestación están por el orden del tres por ciento; pero a partir de allí, por cada uno por ciento de incremento de la presencia del barrenador, la reducción en la producción es de una tonelada por hectárea.
Una muestra de lo devastadora de esa plaga, fue la medición que hizo Cenicaña en las zonas azucareras, ya que si se tenía una infestación del 16 por ciento, las producciones de azúcar se reducen un 12 por ciento.
Esa misma regla podría aplicarse para la producción de panela. Hoy la plaga se mantiene a raya en algunos departamentos (salvo algunas regiones) mediante la aplicación de programas biológicos, donde los insectos parásitos (parasitan huevos y larvas) son los protagonistas.
Tienen nivel protagónico contra esa plaga la avispa Trichogramaun y un grupo de las moscas taquínidas, que se caracterizan por ser parasitoides agresivas de larvas.
Pudrición de cogollo se ha llevado más de 30 mil hectáreas en Santander
La Pudrición de Cogollo, PC, enfermedad letal en las siembras de palma aceitera, ha dejado una huella que, literalmente, borró del mapa muchas áreas plantadas en esta zona del país.
De las 60 mil hectáreas que se tienen en Santander y sur de Bolívar, zonas con alta producción en el país, ya afectó a 30 mil hectáreas, de las cuales han sido renovadas 17 mil hectáreas, de acuerdo con los datos de Fedepalma.
Según León Darío Uribe, gremialista y empresario palmero en el Magdalena Medio santandereano, si bien la PC ha mermado su galopante avance (dos años secos en la zona, campañas de erradicación y controles liderados por Fedepalma, cultivadores e ICA), los daños económicos ya son muy grandes.
Una muestra de lo anterior es que la sola renovación de 17 mil hectáreas hasta llevarlas a su etapa productiva, requiere una inversión superior a los $15 millones de pesos por hectárea.
Lo anterior significa que se tuvo que hacer una nueva inversión de $255 mil millones, faltando aún por renovar otras 13 mil hectáreas.
Ahora, se debe tener en cuenta la producción de esas 30 mil hectáreas, las cuales, midiendo por lo bajo, aportaba 15 toneladas anuales por hectárea; es decir, 360 mil toneladas de fruta que no llegan cada año.
Para los analistas del sector, en conjunto, las pérdidas superan el billón de pesos desde el momento mismo en que apareció la enfermedad a la fecha.
El directivo gremial dijo que uno de los mayores afectados es el empleo, ya que en esta zona se han dejado de generar dos mil puestos de trabajo de manera directa ante la destrucción de las plantaciones por la PC.
¿Sabía qué
de acuerdo con Fedegán, a Colombia le podría ocurrir algo similar a Paraguay y Uruguay en 2000 y 2001 cuando tuvieron pérdidas por US$1.330 millones cuando apareció la aftosa.
Cifra
50% de infestación en pudrición de cogollo, PC, hacen que la enfermedad ya sea muy difícil de controlar. Los niveles deben estar siempre por debajo de 1%.
Dato
La temporada de lluvias de 2017, donde, literalmente, no se tuvo veranillo (merma sustancial de las lluvias) a mitad de año tiene a los palmeros con los nervios de punta, pues se podría volver a disparar el hongo que produce la PC.
Cifra
400 mil pesos vale un novillo de 500 kilos en Venezuela, país con aftosa. Con sólo cruzar la frontera de Colombia ese mismo animal se tasa en $2 millones.
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