Debemos articularnos con el estado y la academia, no sin olvidar que la mejor política social es la creación de empleo y si alguien sabe de creación de empleo, es la empresa privada porque dignifica al ciudadano y le devuelve la libertad para elegir. En la actual coyuntura económica que combina una alta inflación, un decrecimiento económico, y una polarizada discusión política, los actores económicos enfrentan grandes retos como la formalización, la atracción de inversión y la consolidación de una estrategia de productividad y competitividad.

La formalización proporcionará acceso al financiamiento, permitirá avanzar en la protección de la propiedad intelectual y brindará un marco regulatorio que permita a las empresas operar de manera más segura y eficientemente. Asimismo, con el aumento del recaudo de impuesto,  haríamos frente a una nefasta practica del Estado Colombiano, que consiste en aplicarnos una reforma tributaria cada 18 meses desde 1990, sistemáticamente cambian la ley para expropiar a los colombianos, convirtiendo al Estado Colombiano al día de hoy, en uno de los principales accionistas de cualquier empresa o individuo en Colombia; que sea esta nuestra forma de levantar una voz de protesta, que se respeten las reglas de juego, que las dejen de cambiar a su antojo, que nos dejen camellar, lo que también despejaría el camino para el reto de traer inversión para el Tolima.

Para atraer la inversión, no solo necesitamos reglas de juego claras en términos tributarios, sino también una política agresiva para disminuir la carga tributaria de las empresas que le apuestan a la región, debemos establecer como prioridad la infraestructura que dichas iniciativas requieran; pero esto no es suficiente, es fundamental un cambio de narrativa, que volvamos a creer en un Tolima grande y lograr trasmitir ese amor por su tierra, el potencial económico y la capacidad de trabajo que caracteriza a los tolimenses, la exuberante fauna y flora, el inmenso potencial cultural, vasto territorio, conectividad y ubicación estratégica con el corazón el país.

En cuanto a estrategia de productividad y competitividad, es clave invertir decididamente en educación, tecnología e innovación, pero que no se quede en pomposos discursos, como acertadamente lo observó James W. Frick “No me digas dónde están tus prioridades. Muéstrame dónde gastas tu dinero y te diré cuáles son”. Dichas inversiones les permitirán a las organizaciones abordar los inmensos retos en trasformación digital, sostenibilidad y competitividad.

Un Tolima grande es posible, no por estar de nuevo unido con el Huila, sino por sus empresarios, por su capital humano, su potencial agrícola y manufacturero, sus recursos naturales y ubicación estratégica; si nos articulamos, tenemos el potencial para convertirnos en un referente regional en materia de desarrollo económico y social.

Santiago Echeverri, MBA Ejecutivo