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Inquieto, amable y siempre moviéndose por la ciudad, Jorge Cuéllar llegó a EL NUEVO DÍA en 2007, siendo uno de los trabajadores actuales más antiguos del periódico de los tolimenses. Hoy, en los 30 años del único diario impreso del departamento, se recuerdan las imágenes que ha tomado a lo largo de su carrera y que más lo han marcado; en el cubrimiento de hechos que han traído inmensa alegría en la región, así como aquellos que han entristecido a los ciudadanos.
Cuéllar, como le dicen de cariño en el medio, tuvo escuela en la única e inolvidable empresa de Foto Japón, donde inició sin conocer mucho de fotografía. “Yo empecé como vendedor de mostrador, y en ese tiempo, como en 1994, renunció un fotógrafo y la gerente preguntó ‘quién se le mide a coger la cámara y hacer fotos’, entonces yo alcé la mano. Me dijo ‘Jorge, si usted en la semana no me da resultados, me toca sacarlo’. Pero yo acepté el reto y desde ahí empecé”, recuerda, agradecido con aquellos que le dieron la oportunidad.
Cuando llegó a esta casa editorial, tenía una cámara análoga (las antiguas de rollo que debían revelarse); sin embargo, le pidieron que, de ser posible, consiguiera una cámara digital que era el formato que se estaba manejando. Con algunos ahorros, adquirió una Nikon D40 de seis megapixeles, vendida por un querido amigo que se la dio a cuotas.
Desde entonces y gracias a su trabajo en el diario, ha podido ir reemplazando sus cámaras por herramientas más modernas, aprendiendo cada día más frente a su oficio, hasta el punto de ganar el Premio Nacional de Fotografía en 2014. “Lo que quiero resaltar es que este es un trabajo hermoso, una profesión con la que ayudamos a las comunidades, somos los ojos de ellos en los lugares donde está la noticia. Yo siempre pienso en primera”, asegura el reportero gráfico.
DATO
Su fotógrafo favorito es Milton Díaz, con su trabajo para El Tiempo.
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