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Desde el 30 de marzo en la noche cambió la actividad del Volcán Nevado del Ruiz a nivel naranja, esto significa que existe la probabilidad de que en días o semanas, se puede registrar una erupción mayor a las ocurridas en la última década. A partir de ese instante, también se intensificó la rutina de los profesionales que tienen como misión, monitorear el Ruiz como si fuera un paciente en cuidados intensivos.
En el Servicio Geológico Colombiano, SGC, diferentes áreas del conocimiento confluyen para poder entregar conceptos técnicos oportunamente sobre el comportamiento del también conocido ‘León dormido’. En este trabajo el avance de la tecnología ha jugado un papel muy importante, pues el seguimiento a los ‘rugidos’ o a cualquier novedad se hace en tiempo real.
El geólogo Óscar Sanabria Villanueva, integrante del grupo de Sismología del SGC y egresado de la Universidad de Caldas, explicó que décadas atrás se debía esperar un par de días para obtener información del Ruiz, hoy se hace con una diferencia de milésimas de segundos.
“Hace 30 años cuando empezó el monitoreo volcánico en Colombia, exactamente a diciembre de 1984 y a julio de 1985, antes de la erupción del Volcán Nevado del Ruiz, la técnica de monitoreo era que tenían que ir hasta el Volcán, recoger el papel ahumado del registro de los eventos sísmicos y llevarlos hasta Manizales para poder dar un diagnóstico de la actividad.
“Es decir era un periódico leído del día anterior y así daban una información tarde de dos a tres días de la actividad del Volcán”.
Ahora, gracias al desarrollo de la tecnología, los geólogos hacen el seguimiento a través de antenas, estaciones telemétricas que transmiten la información y permiten verla casi en tiempo real en el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales.
“Ya no nos tenemos que desplazar hasta el Volcán para tener que leer la sismicidad, esa sismicidad llega en tiempo casi real al Observatorio, tiene un retardo muy pequeño (milésimas de segundo) para que se observe el sismo en las pantallas del Observatorio”.
Esta labor también permite que las comunidades cada día accedan a un boletín informativo que explica técnicamente cómo va evolucionando el ‘paciente’, por ello, además de las estaciones hay 10 cámaras instaladas alrededor del Ruiz.
“Algunas de ellas son térmicas, miden temperatura, otras son de observación visual, tenemos cámaras que miden la temperatura de las columnas que salen” y se compara con la de la atmósfera, precisó Sanabria Villanueva.
De otra parte, además de los geólogos, en el equipo de vigilancia también se cuenta con profesionales en Ingenierías Física, Civil, Electrónica y de Sistemas, al igual, que Físicos, Químicos, entre otros.
Monitoreo 24/7
El Ruiz ha permanecido en nivel de actividad amarilla por los últimos años, lo que marcó unas rutinas determinadas de observación, con el paso a naranja esto cambió.
“Se ha intensificado con mayor rigurosidad el monitorio volcánico. Ha aumentado el número de personas en el Observatorio.
“El turno de disponibilidad (personal) se trasladó hasta el Observatorio, entonces estamos cubriendo las 24 horas del día con mayor personal en la oficina. Antes éramos una persona por cada área, luego que salíamos de la oficina nos trasladábamos a nuestras casas, pero estábamos pendientes por teléfono y vía remota hacía los computadores de la oficina. Cada área tenía un profesional especializado en este monitoreo”, contó el Geólogo.
Ahora, los profesionales especializados están en el Observatorio acompañando al equipo encargado de clasificar las señales y evaluar la actividad en cada instante, para ello, están organizados en turnos rotativos. De esta manera vigilan el comportamiento del Volcán las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Con la tecnología y la ciencia del lado, desde el Servicio Geológico Colombiano se precisó y llamó la atención en que es la entidad encargada de dar información oficial, “pueden confiar cien por ciento porque ese monitoreo es constante, siempre tenemos personal especializado en el Observatorio y siempre muy pendiente de la actividad”.
Igualmente, mencionó que la función de la entidad es suministrar información técnica a las autoridades competentes y estas últimas son las que toman las decisiones.
El experto le dejó como mensaje a los habitantes que viven en el área de influencia del Ruiz, que lo principal es conservar la calma, “consulten siempre las páginas oficiales, las entidades oficiales, no se dejen llevar por esos mensajes de WhatsApp sin ninguna fuente oficial que lo que hacen es generar pánico colectivo”.
Inquietudes que genera el Ruiz
Una de los interrogantes constantes es si se incrementará el nivel de actividad a nivel rojo. Según datos del SGC científicamente no es posible saber de manera exacta qué sucederá con el Volcán. Aunque el nivel de actividad actual indica que podría haber una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos 10 años, este también podría volver a nivel de actividad amarillo en caso de que los registros sísmicos y demás parámetros estudiados se estabilicen.
De hecho, esto ya ha pasado antes. El 31 de marzo de 2012, la actividad del volcán cambió a nivel naranja hasta el 3 de mayo, cuando regresó a amarillo. Luego, a raíz de dos erupciones, el 30 de junio de ese mismo año, su nivel de actividad pasó a rojo (que indica que es inminente que el volcán haga erupción o que esta ya comenzó), y del 1 de julio al 5 de septiembre estuvo en nivel naranja, cuando volvió a nivel amarillo.
Otra inquietud es si la actividad del Ruiz puede incidir en la actividad de otros volcanes como el Cerro Machín, en este tema el SGC precisó que no, porque cada volcán tiene su propio sistema magmático, es decir, sus propios reservorios o cámaras de magma que se alimentan por una fuente mucho más profunda. Por lo tanto, el volcán Nevado del Ruiz es totalmente independiente de volcanes como el Cerro Machín, el Tolima o el Cerro Bravo.
En temas de tiempo, se tiene previsto que desde que el SGC recibe los primeros reportes de monitoreo que indican una erupción, se tarda aproximadamente 10 o 15 minutos en confirmar el evento. Esto, debido a que, en la medida en la que la señal sísmica se va propagando, se va evaluando el tamaño de la energía que está liberando.
De llegarse a confirmar erupción, en dos minutos se procede a informar a los bomberos, a la Defensa Civil, a la Cruz Roja de Caldas y Tolima, y a los coordinadores de las Unidades de Gestión de Riesgo departamentales de Risaralda, Caldas y Tolima. Además, en caso de tener problemas de comunicación, se cuenta con un plan con radios para asegurar la inmediatez del aviso.
DATO: Al conocer un poco el trabajo que se adelanta minuto a minuto en el Observatorio Vulcanológico, toma relevancia el gran aporte que se hace desde diferentes campos del conocimiento, “es un privilegio estar en este trabajo, en el monitoreo de volcanes porque es una labor entregada de la ciencia para la comunidad”, asegura Sanabria Villanueva.
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