Colprensa conoció que si algo tienen claro las autoridades es que el grupo delincuencial no existe como tal, y que no se sabe quiénes se hacen pasar como ‘Águilas Negras’, a pesar de que algunos investigadores consideran que sí existe.
A pesar de que los panfletos amenazantes firmados por ese grupo ilegal vienen de tiempo atrás, solo hasta comienzos de mayo el presidente Santos, en la cumbre de Defensores del Pueblo, denunció nuevas amenazas contra estudiantes de la Universidad Nacional y dio la orden de investigar.
“Terroristas de extrema derecha están amenazando a nuestros defensores de derechos humanos, a los reclamantes de tierras, en un panfleto se autodenominan ‘las Águilas Negras’, que hace rato dejaron de existir como grupo”, aseguró el mandatario en esa ocasión, reviviendo el debate sobre este grupo del que se desconoce su estado actual.
La posición del Gobierno la ha indicado también Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, quien dio a entender lo mismo el pasado 16 de marzo, en una reunión que adelantaba con la Fiscalía, la Policía Nacional, la Unidad Nacional de Protección y la Defensoría del Pueblo, precisamente para hablar sobre las continuas amenazas contra líderes sindicales, defensores de derechos humanos y figuras públicas de izquierda.
“Las ‘Águilas Negras’ dejaron de existir pero opositores de la paz siguen usando ese nombre para atemorizar a líderes sociales de Bogotá y del país cada vez que hay un avance importante en los diálogos de La Habana”, dijo Cristo al término de la reunión.
De hecho, tanto Santos como Cristo han afirmado que detrás de ese grupo hay gente de ultraderecha que intenta desestabilizar el proceso de paz y que lo descalifica cada vez que algo importante sucede en Cuba.
Igualmente, se conoció que el presidente Santos convocó una reunión hace dos semanas con la Policía nacional, el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General de la Nación, para evaluar las continuas amenazas contra líderes de izquierda y defensores de derechos humanos.
Allí, tanto la Fiscalía como la Policía entregaron un informe señalando que dicho grupo no está concebido como una organización criminal, dado que no hay registros de cabecillas ni de actividades delictivas que apoyen su financiación.
Colprensa también conoció que, según la Policía, las personas que han sido capturadas como presuntos integrantes de las ‘Águilas Negras’ tienen antecedentes menores por hurto, extorsión y en algunos casos por homicidio. También se confirmó que entre ellos hay una minoría de desmovilizados.
Por esa razón, la Policía considera que el seguimiento a esta banda delincuencial es muy complicado. No obstante, el presidente Santos pidió a las autoridades que se continúe haciendo revisión a los casos de amenazas.
¿Quién o qué son?
Según la poca información que se tiene sobre las ‘Águilas Negras’, se trata de una bacrim que surgió después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y que entre 2003 y 2006 fue liderada por Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, uno de los principales excabecillas de las AUC.
“Las ‘Águilas Negras’ nacieron en 2006 creadas por ‘Macaco’ para controlar Norte de Santander y en alianza con ‘Los Rastrojos’ para controlar la salida de droga de Venezuela.
Después de la muerte de Wílber Varela, alias ‘Jabón’, las ‘Águilas Negras’ sufrieron un proceso de degradación pues una parte fue absorbida por ‘Los Rastrojos’ y por eso aparecieron rápido en Valle del Cauca y Nariño”, explicó el investigador y coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila.
Ávila explicó que además de la llegada de este grupo a Norte de Santander, Valle y Nariño, ejércitos privados al servicio del narcotráfico y el crimen se hicieron llamar así para intimidar más a quienes amenazan.
Y agregó que en algunas zonas efectivamente hay presencia de las viejas Águilas Negras lideradas por ‘Macaco’, que en otras zonas son viejos ‘Rastrojos’ que se hacen llamar así y que en otros lugares son sicarios que utilizan ese nombre para que sus amenazas resulten más intimidantes.
Además, Ávila -quien también ha sido amenazado por ese grupo criminal- afirma que hay que tener cuidado con aquellas personas que contratan a los presuntos sicarios que realizan las amenazas, ya que en algunas zonas son simples intimidaciones pero en otras no.
“Si son sicarios es porque alguien los está contratando, eso es lo peligroso de este tema. Si hay gente que los contrata para que maten o amenacen a diferentes personas y dicen que son ‘Águilas Negras’, en realidad no lo son: las ‘Águilas’ son las que ejecutan el hecho y eso es lo que está pasando ahorita”, subrayó.
En ese sentido, María Fernanda Arocha, investigadora del Centro de Recursos para Análisis del Conflicto (Cerac), asegura que este grupo es uno de los principales ejecutores de violencia política sobre todo contra simpatizantes de la izquierda.
“Estos grupos de posdesmovilización paramilitar (bacrim) son los más responsables de este tipo de violencia, dentro de los cuales las ‘Águilas Negras’ tienen un protagonismo importante. Una de las principales víctimas de este grupo han sido políticos de izquierda, defensores de derechos humanos, líderes de restitución de tierras y activistas en distintos campos”, señaló.
Según lo añadió Arocha, la particularidad de este grupo radica en que aunque adelanten más amenazas, su violencia no es letal, a diferencia de ‘Los Rastrojos’ y el ‘Clan Úsuga’, que sí han ejecutado y que además están identificados y reconocidos por los autoridades, mientras que las ‘Águilas Negras’ están en una zona gris, “son una ‘amenaza fantasma’”.
Otra de las hipótesis manejada por el Cerac es que claramente este grupo no es un actor del conflicto, ya que no tiene acciones ni contra la guerrilla ni contra la Fuerza Pública. No obstante, realiza prácticas muy marcadas del paramilitarismo, sobre todo con las amenazas y su forma de hacerlas.
Según la Fundación Paz y Reconciliación, en 275 municipios hay presencia de bacrim, en los cuales 94 tienen presencia comprobada de ‘Águilas Negras’, reiterando que en muchos de esos municipios pueden ser ‘Rastrojos’ utilizando estos nombres o sicarios a quienes pagan por las amenazas.
De igual manera, Ávila señaló que “hay que tener cuidado con decir que eso no es nada, pero tampoco hay que decir que son más fuertes que ‘Los Urabeños’”. Así, sería necesario hacer un análisis región por región para identificar plenamente a este grupo.
Amenazas e intimidaciones
Uno de los constantes amenazados por este grupo es el senador del Polo Democrático Iván Cepeda Castro, junto a otras figuras públicas como el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro; la exsenadora Piedad Córdoba, la senadora Claudia López, los investigadores León Valencia y Ariel Ávila, además de varios funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y exguerrilleros desmovilizados.
Para Cepeda, las constantes amenazas quieren decir que el fenómeno del paramilitarismo continúa vigente y son planes de exterminio contra líderes de izquierda, por lo que el Gobierno tiene que dar una explicación clara sobre el origen de las intimidaciones.
“Hasta ahora no tenemos respuestas serias y documentadas sobre el particular. Lo que hacen cuando llegan las amenazas es sacar un pronunciamiento y hablar de protección física, que se ha venido deteriorando de manera significativa. Si no se hacen las investigaciones y se busca el origen de las amenazas pues las cosas no van a funcionar”, afirmó Cepeda.
Por su parte, Ávila pidió que las autoridades operen con más eficacia para capturar a los autores de las amenazas.
“He recibido amenazas, intentos de atentado y no han capturado a nadie. Entonces la mejor protección a los defensores de derechos humanos y reclamantes de tierra es que se acabe la impunidad”, afirma Ávila.
En definitiva, las ‘Águilas Negras’ resultan siendo una amenaza desconocida, puesto que detrás de este grupo pueden esconderse intereses que buscan causar terror. Los expertos dicen que se debe hacer un análisis exhaustivo para obtener mejor información de este grupo ilegal, mientras que las autoridades no han podido identificar a quiénes tienen que perseguir.
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