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La reciente certificación de Estados Unidos a Colombia en materia de lucha contra las drogas de uso ilícito, pese a que fue condicionada al retorno de aspersiones con glifosato, y el posterior pronunciamiento del presidente Iván Duque en el que señaló que espera poder tener listo los protocolos de fumigación aérea antes de finalizar el año, reafirman la prioridad que tiene la diplomacia colombiana en cuanto a la relación con el país norteamericano.
Sin embargo, pese a que esta relación siempre ha sido importante en la historia de la diplomacia colombiana, el énfasis que ha hecho el gobierno de Iván Duque ha sido muy criticado por los compromisos que esto genera por parte de Colombia, como el retorno al glifosato, que es un tema delicado para el país, por el rechazo de un amplio grupo de la población.
Sebastián Bitar, analista de asuntos internacionales y profesor de la Universidad de los Andes, destaca que más allá de la certificación que los Estados Unidos dio a Colombia, acciones como la visita que realiza el secretario de Estado al país, Mike Pompeo, envían una señal fuerte de lo que significa la diplomacia para ambos países, que son afines a temas como la lucha contra las drogas, Venezuela y las atropelladas relaciones con Cuba.
Frente a esta última afirmación, Bitar señala, contrario a lo que muchas voces aseguran en la opinión pública, que el gobierno de Iván Duque no tiene una férrea posición en algunos temas debido a la influencia de los Estados Unidos, sino que se debe a coincidencias ideológicas, como el tema del glifosato en el que el presidente Duque tiene la firme convicción de que esta herramienta se necesita para combatir el narcotráfico.
“Hay una cercanía muy grande entre los dos gobiernos, hasta el punto de que podría ser un problema para Colombia si gana Joe Biden, porque la administración del presidente Iván Duque se ha vuelto partidista, rompiendo la costumbre de apostarle a ambos partidos (demócratas y republicanos), de tal manera que si hay un cambio en la política de Estados Unidos no afecte la relación”, indica el analista.
De esta manera, en un eventual escenario en el que Biden sea el ganador de la contienda, la relación con Estados Unidos se podría ver atropellada, de acuerdo con Bitar, porque no se está cultivando la misma cercanía que con la campaña de Trump. “Si gana Biden tocaría cambiar el embajador y hacer un trabajo diplomático muy fuerte porque es, a todas luces, inapropiado que el Gobierno de Colombia apoye una campaña presidencial a los Estados Unidos”, indica.
Carlos Pinedo, analista de relaciones internacionales, agrega, al igual que Bitar, que no considera que las reacciones del presidente Iván Duque a ciertos temas obedezcan a una presión diplomática por parte de los Estados Unidos, sino a que tienen temas afines como la posición frente a Venezuela.
Pero en relación a Venezuela, Rafael Piñeros, experto en relaciones internacionales y profesor de la Universidad Externado, asegura que hoy Colombia tiene una posición más férrea en este asunto que el mismo Estados Unidos, porque está presionado a nivel interno por lo que suceda en el vecino país.
Piñeros recuerda que en Colombia el Congreso le pide cuentas al presidente de lo que ocurra con las fronteras del vecino país, además de que cualquier tipo de acciones puede tener consecuencias internas, pero también está el hecho de que Venezuela ve al gobierno de Duque como una amenaza, por la forma como se ha venido deteriorando la relación a medida que pasan los años, pese a que este desgaste no inició con esta administración.
En este sentido, señaló que el país sigue siendo el aliado más firme de Estados Unidos en la región y que se demuestra en la forma como Colombia mantiene sus decisiones de política exterior para secundar la postura del país norteamericano en la región, como todo lo relacionado con el narcotráfico, donde tiene una visión de lucha contra las drogas bajo el esquema de represión.
Según Piñeros, este Gobierno entiende que la mejor forma de evitar presión por parte de los Estados Unidos es secundando las medidas que el Gobierno quiere impulsar, como lo hizo con la candidatura de Mauricio Claver Carone a la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde no solo era consciente de lo que esto significaba para la administración Trump sino que sabía de su importancia para la dinamización de algunos proyectos para el país.
“Es innegable que lo apoyaron buscando algo, pero al mismo tiempo evitando que Colombia hubiese sido desertificada porque esa certificación que nos otorgan a nosotros en materia de lucha contra las drogas tiene un claro tinte político”, agrega Piñeros.
Sin embargo, el experto señala que Estados Unidos también hace su trabajo de diplomacia frente a lo que está sucediendo en Colombia en materia de seguridad y orden público, porque son temas que trata de saltarse no haciendo ninguna mención directa y limitándose a afirmar que el país está avanzando en materias importantes.
Este tipo de acciones, para muchos, hace que Colombia se desmarque de los demás países de la región en muchos aspectos, como sucedió con la elección del presidente del BID, donde contrario a las voces que pedían mantener la tradición del organismo y que el elegido no fuera un representante del país norteamericano, la administración Duque se mantuvo firme en su posición y apoyó hasta el final el candidato de Trump.
En este sentido, Piñeros asegura que en América Latina se ha entendido que cada una de las naciones actúa de manera individual en materia diplomática, debido a que hay una serie de condiciones sociales que hacen complicada una unidad en la región en materia de relaciones exteriores.
“Los países de Latinoamérica, en teoría, tienen otros foros que podrían utilizar para ponerse de acuerdo en materia de políticas, pero para un país como Bolivia o para un país como Venezuela, es difícil acercarse a Colombia cuando el país tiene una relación estrecha con Estados Unidos”, agrega Piñeros.
Intereses y política exterior
En esta misma línea, Sebastián Bitar asegura que la relación estrecha que tiene Colombia con Estados Unidos solo genera ruido a un par de países, porque se entiende que cada país alinea su política exterior de acuerdo a sus intereses. Dice que de manera paralela a la relación con la nación norteamericana, la administración Duque ha consolidado un buen diálogo con la región.
No obstante, el presidente Iván Duque, debido a lo que muchos han atribuido a la tendencia conservadora en la política de relaciones exteriores, recientemente la Cámara de Representante de ese país aprobó dos enmiendas para entregar recursos de apoyo destinados a la lucha contra las drogas, donde se incluyó que se investigue si el dinero que han entregado a Colombia ha sido utilizado en territorio para realizar interceptaciones ilegales por parte de la Fuerza Pública.
El enfoque en la política de relaciones exteriores dirigido hacia el Ejecutivo de los Estados Unidos concuerda con la posición que mantiene el partido de Gobierno, el Centro Democrático que, entre otras cosas, insiste en la importancia de derrocar a Maduro.
Piñeros concluye que para que Colombia no se vea afectada en caso de que Biden gane la Presidencia de ese país es importante que el Gobierno tenga aliados en ambos partidos, porque de lo contrario puede haber consecuencias. “Lo sensato es jugar un bajo perfil porque si nosotros jugamos un perfil alto de salir a los medios a opinar sobre las elecciones, podemos salir perjudicados. Nuestro embajador Francisco Santos debería ser un poco más hábil y astuto, y abstraerse del juego político”, indica.
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