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En la carrera Quinta con calle 28, un grupo de jóvenes adelantó un plantón intermitente exigiendo respuestas sobre el fallecimiento de Málaga, una cachorra que era atendida en el Hospital Veterinario EPS 24 horas.
Conforme a lo relatado por Laura Zapata, quien instauró una denuncia formal en contra de la institución, ella rescató tres perros que presentaban condiciones de maltrato. Dos fueron regalados y el otro se quedó en su hogar.
Debido al estado de abandono de la mascota, esta fue hospitalizada, después de varios días la empezaron a atender de manera intrahospitalaria para continuar con la atención. Sin embargo, el domingo 15 de enero en la noche fue necesario dejarla nuevamente en la veterinaria porque había vomitado en repetidas ocasiones.
Pasadas varias horas, según lo contado por la afectada, recibió un mensaje de la clínica donde le decían que debían realizarle un nuevo examen de parvovirosis, cuando ya en la primera hospitalización le habían hecho uno que salió negativo. En esta segunda vez, el resultado fue positivo.
En la madrugada, mediante WhatsApp le notificaron sobre la defunción de la mascota por un aparente paro cardiorrespiratorio a raíz de la enfermedad.
La sorpresa
El 16 de enero, cuando se procedió a reclamar el cuerpo, se lo entregaron en una bolsa que estaba bien sellada y le comentaron a Zapata que por seguridad no podía abrir el empaque en ocasión al virus que tenía la mascota, por lo que se requería un traje especial, guantes, entre otras medidas preventivas.
Aunque, en el momento que se iba a sepultar, con el deseo de darle el último adiós a la cachorra consiguió los elementos de bioseguridad.
“Cuando la abrí, dolorosamente me encontré con la sorpresa de que era un gato. Mi madre inmediatamente les envió la foto del gato y les dijo que eso era para denunciarlo y salimos corriendo a la veterinaria. Llegamos con policía ambiental y exigimos que allá mismo, me dejaran ver el cuerpo de mi perrita”, expresó la denunciante.
Pronunciamiento
El Hospital veterinario reunió al equipo implicado en la atención a Málaga, y en compañía de Jhoana Rivera, quien es la representante legal del centro de salud, dieron su versión de los hechos.
Aparte de relatar las condiciones en que se recibió a la perra en las dos oportunidades que estuvo en el hospital, y las labores que se hicieron para velar por su bienestar, los funcionarios indicaron que el único error que cometió uno de los empleados fue entregar el cuerpo de la mascota que no era.
Por lo que la historia clínica y las cámaras, entre otros materiales, serían las evidencias con la que esperan demostrar que no se actuó con negligencia en ningún momento de la atención.
“La niña aduce que al ser entregado el cuerpo equivocado, nosotros matamos la mascota para poderle entregar el cuerpo, eso es lo que ella manifiesta, entonces de ahí parte todo este tema de las redes sociales”, dijo Paola Rojas, integrante del área jurídica del Hospital veterinario.
Asimismo, se acotó que de los 10.347 usuarios que tienen, esta sería la primera denuncia formal que se da, porque el mismo centro de salud lo solicitó ante el despliegue de policías ambiental, judicial, el CTI y la Fiscalía que la afectada llevó en busca de información y no se podía suministrar sin dicho proceso.
Aunque con la denuncia que circula por redes sociales resultaron varios comentarios en los que se denuncian intervenciones inapropiadas.
“Lo único que sé es que llevé a mi gatita alentada a una esterilización con exámenes bien de allá mismo y con tratamiento y curaciones diariamente pagas y se le infectó por dentro la herida, por encima aparentemente estaba bien, y el decir del especialista fue que no se dieron cuenta llevándola siete días consecutivos, me la mataron por negligencia” escribió Natalia Ortiz.
Respecto a lo anterior, la representante de la entidad indicó que en esa situación se debió al descuido y falta de información por parte de la cuidadora.
Vínculo familiar
En medio de los comentarios negativos hacia el hospital, salieron a relucir otros en contra de tres clínicas veterinarias más y que son de la familia Celis, que aunque Jhoana Rivera intentó que no se relacionara la situación actual con denuncias pasadas, fue inevitable.
Pues, la representante del hospital es nuera de Hader Celis, además, él es el especialista ortopedista del Hospital Veterinario EPS 24 horas, “titulado con su tarjeta profesional vigente y su hoja de vida encuadernada”, dijo Rojas.
Es de recordar que para 2018 se hicieron públicas varias quejas ciudadanas sobre las labores veterinarias adelantadas por el profesional con las que se puso en duda su proceder, y por la que aparentemente había perdido su tarjeta profesional.
Con pruebas exige respuestas
Laura Zapata, quien espera pronta respuesta sobre la investigación que se adelanta y por la que no se le ha dado sepultura a Málaga, comentó que otro de los cachorros que rescató y fue adoptado también estuvo en el Hospital veterinario y le habían diagnosticado moquillo y erliquia, por lo que se le debían hacer varios tratamientos “que nunca le hicieron” y cuando fue llevado a otra veterinaria dieron otro diagnóstico, deshidratado y con las plaquetas bajas.
Por otro lado, en cuanto a la perra que falleció, la joven cuestionó que se haya muerto de algo respiratorio si la parvovirosis ataca el sistema digestivo; igualmente, en la primera oportunidad que se hizo el examen de ‘parvo’ salió negativo y después le dijeron que fue positivo.
El hospital aduce que el único error fue pasar los animales que no eran por estar empacados y tenían el mismo nombre, lo que a la afectada no le pareció lógico que una hembra haya sido confundido con el gato macho que, según la información médica, se había caído desde un cuarto piso.
Otra inconsistencia es que se reportó que entre las 3:30 a 4 de la madrugada falleció la perra, pero la dueña dice que cuando regresó por el cuerpo de su mascota, después de la confusión, tenía movimientos involuntarios y estaba caliente como si no hubiese fallecido hace ocho horas.
Sumado a todo lo anterior, al parecer les enviaron epicrisis y una hoja que no era de la EPS para mascotas sino de la veterinaria Guau, “veterinaria que en este momento ya no existe” dijo Zapata, quien agregó que también la historia clínica tenía información que no coincidía con los otros datos entregados.
Datos
- La denuncia aparentemente instaurada fue por delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales, que de comprobarse dichos actos daría una pena de prisión de 12 a 36 meses e inhabilidad especial de 1 a 3 años para el ejercicio de la profesión, además de una multa de cinco a 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes.
- Alejandro Varón, quien fue el paramédico que se encargó de pasar la mascota que no correspondía, hizo pública su renuncia, consideró que su actuar afectó a muchas personas.
- La hospitalización de la cachorra Málaga costó $148 mil diarios.
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