No todo está dicho

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
En un año comienza el choque electoral en Estados Unidos, ¿cuál será el mejor candidato demócrata para derrotar a Trump?

Palabras mayores comienzan a escribirse en la disputa por la nominación demócrata en la campaña hacia la presidencia de ese país y de entre la veintena de candidatos a las primarias, tres son los que, al parecer, dominarán hasta el final las preferencias de sus copartidarios: el vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden; la hoy senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren y el carismático senador Bernie Sanders.

La carrera tiene ya largo kilometraje avanzado y, aunque todas las encuestas muestran adelante a Biden, este pareciera ir a paso muy lento, mientras que Warren lo hace a un ritmo mucho más veloz y Sanders también descuenta, aunque en menor proporción. Aún así, y tal como se pensó desde el principio, el mesurado Biden podría ganar la candidatura demócrata a mediados de 2020.

Como están las cosas, todo parece claro para los demócratas, aunque una gran amenaza ronda los cuarteles de Joe Biden y es precisamente la misma que ha ensombrecido la campaña por la reelección de Donald Trump: el escándalo ucraniano.

Así como el asunto puede llevar a Trump a un agotador proceso de impeachment, puede arrastrar al desprestigio a Biden, en tanto es su hijo quien quedaría enredado en el caso.

Todo esto podría cambiar radicalmente el panorama que tenemos hoy, pues el excandidato presidencial republicano 2012 Mitt Romney comenzó a atacar a Trump, quizás a la espera de que, si el impeachment prospera, quede en cabeza de la fila para obtener la candidatura de su partido.

Además, si el escándalo de su hijo termina afectándolo gravemente, Biden podría perder ese primer lugar y Warren podría ser la sucesora de Hillary Clinton porque nuevamente los demócratas presentarían a una mujer como opción para la presidencia.

Así las cosas, el panorama para las elecciones del 3 de noviembre de 2020, parece algo incierto. Sin embargo, los analistas ya hacen sus apuestas.

En palabras de David Castrillón, docente Investigador de la Universidad Externado de Colombia, hoy Estados Unidos se encuentra más fragmentado políticamente que en cualquier momento de su historia. El ambiente está claramente dividido entre personas que apoyan al actual presidente Donald Trump y personas que no lo quieren tanto.

Por esta razón, los candidatos y los partidos se ven obligados a ir a los extremos, pues Trump claramente representa una extrema derecha. Un escenario peligroso.

“Ir al otro extremo también tiene sus costos, pues la mayor parte de Estados Unidos es técnicamente independiente y los extremos tienden a asustarlos, al punto de llevarlos a reelegir a Trump o simplemente no votar”, explica el docente.

De esta manera, la única persona que hoy parece mostrar cierta ventaja sobre Trump es Elizabeth Warren, una política no convencional que puede presentarse como una ‘outsider’ que representa al estadounidense común. Habrá que ver qué sucede en el camino.

“Las elecciones pasadas Hillary Clinton perdió por no representar el par opuesto de Trump, se ubicó muy en el centro, que es lo que generalmente hacen los candidatos para conseguir más votos, pero no le alcanzó. ¿Por qué no Joe Biden?, porque él es otro Hillary Clinton, está en el centro, no genera emoción y no logra dinamizar a la gente”.

 

¿Una mujer presidente?

Elizabeth Warren ha sido la favorita de la izquierda progresista desde que emergió en el escenario político para exigir regulaciones más duras sobre el sector financiero, después de la crisis económica de 2008. Estas presiones económicas no le favorecen tanto.

Para Julio César Botero, docente e Investigador de la Facultad de Negocios y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, a pesar de que Warren es una figura que salió del anonimato y encabeza la intención de voto del Partido Demócrata, su interés de poner en cintura a las grandes corporaciones en pro de los consumidores norteamericanos, es su punto en contra, pues son estas empresas las principales donantes de la campaña.

Sumado a ello, el hecho de ser mujer tampoco parece darle puntos. En la elección pasada quedó claro que los ciudadanos norteamericanos no quieren votar por una mujer. Sin contar con que probablemente tendrá que persuadir a algunos simpatizantes de Bernie Sanders, quien competirá con ella por atraer a los progresistas.

“Elizabeth representa ese progresismo americano, más urbano, más educado e incluyente que aún no es tan fuerte y aunque incómoda, la realidad es que Estados Unidos sigue siendo un país tremendamente sexista”, explica Alejandro Bohórquez Keeney, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana.

“Tiene una agenda muy similar a la de Bernie Sanders pero es una persona más joven, más controlada, que presenta posturas atrevidas pero lo hace de una manera académica y eso le da confianza a la gente”, agrega Castrillón.

 

Trayectoria sin garantía

Barack Obama eligió a Joe Biden como compañero de fórmula en 2008 por su supuesto atractivo para los votantes blancos de clase trabajadora y clase media, cargo que lo convierte automáticamente en un candidato formidable.

Pero su reconocimiento en medios, su ‘track record’ y su asociación con Obama no son suficientes para alcanzar la candidatura, sin contar el escándalo ucraniano en el que está envuelto.

“Mientras fue vicepresidente dio imagen de no ser apto para el cargo, de ser un poquito torpe. Biden no tiene el carisma de su antecesor, no tiene esa forma de llegar, de comunicar y de hablarle a la gente”, refiere el Docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana.

En opinión de Restrepo, el ex vicepresidente Joe Biden es actualmente un precandidato bastante debilitado a raíz de las críticas que ha recibido por parte de sus compañeros de partido en los debates.

“Sus amistades con gente racista y con aquellos que no están de acuerdo con la igualdad, la libertad de género, la incorporación de la mujer en la sociedad, podrían arrebatarle la nominación. Además, Biden no es partidario de políticas respecto a la salud que proclaman el resto de miembros demócratas”, argumenta el experto en relaciones internacionales.

Sanders no es la opción

A pesar de que Bernie Sanders no ha dejado de llenar estadios desde su larga batalla por la nominación demócrata en 2016, en la cual cautivó los corazones de los progresistas estadounidenses y de su actual tercer lugar en las encuestas, sus complicaciones de salud y sus ideas demasiado liberales lo han puesto en jaque ante una nueva nominación del Partido Demócrata.

Para Carlos Restrepo, máster en Relaciones Internacionales y docente de la Universidad de Antioquia, el senador de Vermont, quien en las primarias pasadas quedó en el segundo lugar tras Hillary Clinton y declinó para apoyarla, es por mucho el rival más fuerte para Donald Trump.

A pesar de ello, su edad (tendrá 79 años el día de las elecciones) y actual estado de salud lo pone en la cuerda floja, pues el votante americano tiene muy en cuenta la condición de salud de su candidato y futuro presidente.

Un hombre que recientemente tuvo un problema cardíaco y que tiene opciones de recaer, pone a dudar a las personas de elegirlo.

“Aunque sus ideas calan dentro del electorado, no va a tener el apoyo necesario para enfrentarse a Donald Trump, así su perfil demuestre que puede derrotarlo”, afirma Restrepo.

De otro lado, está su postura política, elemento que también podría jugarle en contra, ya que dentro del espectro político es catalogado de izquierda radical.

“Lo que menos favorece a Sanders es su sesgo político tan marcado. Una persona que planea reformar el sistema de Estados Unidos desde sus raíces, genera temor porque se vende como comunista, por eso su candidatura no sería muy viable”, evidencia Botero.

Para el analista, lo más probable es que se de la reelección de Trump, obviamente luego de conocer el resultado del juicio político que afronta. Así las cosas, la pelea quedaría entre Elizabeth Warren y Joe Biden, siendo este último una persona debilitada luego del ‘Ucraniagate’.

Reelección

Ante esta radiografía, las posibilidades de intentar sacar de la Casa Blanca al actual presidente Donald Trump se tornan bastante reducidas, lo que pone sobre la mesa su reelección.

Pensar en un segundo mandato no es descabellado pues históricamente entre los norteamericanos el asunto económico es primordial y bajo la representación de Trump la economía de Estados Unidos ha marchado bien.

En la actualidad, la nación norteamericana tiene una de las tasas de desempleo más bajas y vive uno de los momentos de crecimiento económico sostenible más constante, sin dejar de lado que el nivel de ingreso de la población ha aumentado.

“Un sistema financiero que se ha mantenido fuerte bajo la cabeza de Trump pesa más que cualquier otra cosa. El candidato demócrata tendrá que concentrarse, además de los ataques contra el actual Presidente y de las posibles fallas éticas en las que haya incurrido, en concretar una oferta económica mucho mejor de la que hasta el momento ha desarrollado Donald Trump”, finalizó Carlos Restrepo.

Credito
CLAUDIA ISABEL DELGADO SÁNCHEZ

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