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Echandía nació en Chaparral, - al igual que Murillo Toro, José María Melo, Alfonso Reyes - el 13 de octubre de 1897. Se le considera militante del Partido Liberal, sin embargo, en una entrevista sobre su filiación política, respondió: “Cuál liberal? ¡Yo soy socialista!”
Hernando A. Hernández Quintero, en un excelente trabajo investigativo nos recuerda que Echandía, fue Presidente de la República en tres ocasiones, Ministro de Educación, Gobierno, Relaciones Exteriores, Embajador ante la Santa Sede, profesor universitario, abogado y diputado a la Asamblea Departamental del Tolima.
En la rama judicial ocupó los cargos de Juez Civil del Circuito, Magistrado del Tribunal Superior de Ibagué y de la Corte Suprema de Justicia. También se desempeñó como funcionario del Banco Agrícola Hipotecario de Armenia.
Ejerció en tres oportunidades – sin haber sido elegido por voto popular - el engorroso pero apetecido cargo de Presidente de Colombia. Y salió de la Casa de Nariño – o Palacio Presidencial - más pobre de lo que había entrado, como el mismo lo recordó sabiamente, en una de sus más agradables entrevistas periodísticas. Contrario a muchos prohombres que entraban en alpargatas a la nómina oficial y al poco tiempo salían de allí en lujosos Mercedes Benz. Concluía el Maestro sabiamente: “En política se puede meter la pata cien veces y se saca, pero no se puede meter la mano”.
Varias de sus célebres e irónicos apuntes contienen perennes enseñanzas, válidas de manera especial en un momento histórico difícil como el que vive Colombia hoy, que resultan oportuno recordar y asimilar:
“El poder para qué?”
“Los mismos con las mismas”
“Nuestra democracia es un engendro tan mal hecho, que se parece a un orangután con saco leva”.
Fue Gobernador del Tolima, y por esa época –1958– la violencia bipartidista enlutaba al país y a nuestra región. Cuando se le preguntó cuál sería su programa de gobierno como Gobernador, respondió: “Lograr la paz para el departamento del Tolima y esto no se consigue sino cuando los tolimenses puedan volver a pescar de noche”.
Oportuno entonces, a partir de esta conmemoración, persistir en avanzar en la concepción humanista y democrática de Estado y Sociedad que predicó Echandía, para alcanzar ojalá más pronto que tarde, la vigencia plena del Estado Social de Derecho, que a estas alturas de violencia y desigualdad social, reclama con urgencia la nación colombiana.
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