Preservando un legado

Carmen Inés Cruz Betancourt

La semana anterior compartí una reseña de la Universidad de Ibagué con ocasión de los 40 años de su fundación. Allí destaqué el papel de los 24 fundadores: 22 personas naturales y dos jurídicas. Un grupo de ciudadanos liderado por Santiago Meñaca Castillo con el apoyo de sus grandes amigos Eduardo de León Caicedo, Roberto Mejía Caicedo, Néstor Hernando Parra Escobar, José Ossorio Bedoya y Leonidas López Herrán.
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Igual que ellos, también suscribieron el Acta de Fundación: Enrique García, Salomón Tovar, Jaime Zorroza, Gustavo Cano, Carlos Gustavo Cano, Luis Hernando Rodríguez, Luis Fernando Beltrán, Jesús María Pinto, Gilberto Hurtado, Luis Foción Aragón, Jorge García Orjuela, Alberto Suárez Casas, Jaime Eduardo Rivas, Jorge Posada Greiffestein, Eduardo Sarmiento Lora, Francisco Gómez Libreros, Alfredo Gómez Pico, la Asociación para el Desarrollo del Tolima –ADT- y la Corporación para el Desarrollo Humano del Tolima.

Todo este grupo conformó el Consejo de Fundadores (CF), máxima autoridad de la Institución y acompañaron en forma activa y solidaria su quehacer. Velaron por su consolidación y estuvieron atentos para solucionar las dificultades propias de una entidad que inicia labores. Fue una iniciativa quijotesca y afortunadamente tuvieron la alegría de contemplar sus frutos; a todos ellos expresamos admiración y gratitud. Hoy, cuando Unibagué cumple 40 años, doce ya fallecieron, dos continúan en Ibagué y los restantes trasladaron su residencia a otros lugares o fuera del país.

Ahora bien, los estatutos aprobados establecieron cuatro categorías de Miembros de la Institución: Fundadores, de Número, Honorarios y Afiliados; la primera incluye a los 24 que suscribieron el Acta de Fundación, la segunda incluye a quienes son invitados a asumir las vacantes que dejan los primeros. Además el Consejo Superior (elegido por el CF) es la instancia que acompaña a la Dirección de la Universidad en su quehacer del día a día y le corresponde velar por el cumplimiento de las políticas trazadas por el CF, está integrado por once personas (al menos seis deben pertenecer al CF), más el representante de los estudiantes y el de los docentes.

Todos los miembros de los estamentos mencionados, proceden no solo de Ibagué sino de un entorno más amplio del nivel regional y nacional, hacen parte de la sociedad civil, del sector productivo y de la academia. Muchos de ellos, si bien no participaron de la fundación, posteriormente, en distintos momentos se han vinculado a la Institución.

 Las circunstancias problemáticas, el escepticismo y la desesperanza que hoy se percibe en muchos conciudadanos, hacen oportuno el momento para destacar cómo es posible sacar adelante grandes propósitos cuando se superan diferencias, se suman voluntades y esfuerzos y se adopta un compromiso irrevocable con principios y valores éticos fundamentales, con el servicio a la comunidad y al desarrollo regional. Son estos los valores que se han mantenido en Unibagué a lo largo de cuatro décadas de servicio a la región.

Un legado que se preserva con el soporte de las personas señaladas, igual que el de los estudiantes y de sus familias que han confiado en la Institución; los directivos, docentes y colaboradores de la Institución, de hoy y de todo su transcurrir; así como las entidades públicas, privadas y de la sociedad civil, nacionales e internacionales, con las que se han constituido alianzas de diverso orden para sacar adelante programas y proyectos de especial significación. Todas ellas y ellos merecen especial reconocimiento y gratitud.

CARMEN INÉS CRUZ BETANCOURT

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