Debemos ser hombres nuevos

Columnista Invitado

No resulta desacertado afirmar que en gran parte el mundo está colapsado, tal como las noticias diarias lo demuestran.
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El tema del coronavirus se ha vuelto preocupante, dado que alude a un virus que se propaga con un ritmo que aumenta cada vez más rápidamente. Es tanto que, hasta las autoridades internacionales, entre ellas la ONU (Organización de las Naciones Unidas), han concluido que la pandemia de Covid-19 es la peor crisis global desde la Segunda Guerra Mundial.

En estos tiempos de crisis he identificado dos aspectos de especial trascendencia. Por un lado, nadie habla de que este es el momento perfecto para perdonar al otro y para reconciliarnos con aquellos que nos han ofendido; tampoco se habla de paz y mucho menos de abandonar el odio. Recordemos que el perdón hace que active la solidaridad, así como la humildad. Por eso, quienes han ofendido a otros con sus acciones, bien sea directa o indirectamente, deben reflexionar y procurar el perdón.

Por otra parte, he concluido que somos seres ingratos. Acudimos a Dios cuando hay necesidades, preocupaciones, tristezas, trastornos depresivos, problemas, pero no compartimos con Él, ni le dimos las gracias cuando estábamos bien. Si somos ingratos con Dios, qué decir de la falta de agradecimiento con nuestros padres, abuelos, amigos, profesores, médicos, enfermeros, vecinos y compañeros. Por eso considero que estamos en el momento preciso para reflexionar y agradecer.

Lo anterior contribuye a que seamos mejores humanos. Este es el momento exacto para perdonar, agradecer y activar la solidaridad y la humildad humana. Necesitamos entonces hombres nuevos para un mundo nuevo. Un mundo con mejores humanos.

CARLOS F. FORERO HERNÁNDEZ

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