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Haber trabajado tantos años en Uniminuto no sólo le brinda un pleno conocimiento del sistema educativo, sino que además tiene una conexión con los sueños y anhelos de miles de jóvenes colombianos. Que lujo de fórmula vicepresidencial tiene el Ingeniero, como él una outsider.
Para escribir esta columna, le pregunté a Leónidas López Herrán por ella, especialmente por su forma de ser, al fin y al cabo, llevan muchos años de conocerse, han sido compañeros de trabajo y amigos. Leónidas me la describió de la siguiente manera: “Marelen es un excelente ser humano, con sólidos principios y valores, comportamiento intachable, solidaria, gran sentido social, responsable, buena capacidad de liderazgos, incansable trabajadora, persona de fe, excelente miembro de familia y con gran sentido de la amistad.
Es su primera participación en política y lo hace sin extremismos, ni rencores. Como profesional además de su formación académica, tiene gran capacidad de planear y ejecutar, integra equipos, visión global y produce resultados. En resumen: ¡mis mejores recomendaciones, sin observaciones! ¡Es una apuesta segura!”.
Revisé la propuesta en educación de Rodolfo – Marelen. Tienen como propósito alcanzar una cobertura del 100 por ciento en educación superior y para lograr dicho objetivo se invertirá en la construcción de más centros educativos superiores, empezando desde las regiones más apartadas y pobres del país; se aumentarán las transferencias a las universidades y se promoverá una norma que les permita a las entidades territoriales el uso de las regalías para financiar el pago de profesores y subsidios de matrículas a estudiantes.
Me llamó poderosamente la atención su intención de estrechar los vínculos con el sector productivo para mejorar las condiciones de empleabilidad de sus profesionales. También de impulsar la educación media vocacional acorde con las necesidades del país.
“Hay que enseñar oficios muy solicitados y que se hayan convertido en excelentes opciones de trabajo con alta demanda, de manera que aquellos jóvenes que no alcancen a entrar a la universidad, estén capacitados para ocupar las vacantes técnicas que hoy ofrece el mercado laboral. Esta iniciativa se puede desarrollar articuladamente con la empresa privada, de manera tal que se eduque para el empleo, de acuerdo con las necesidades de la misma empresa privada y atendiendo las particularidades de cada región.”
Otro tema que me gustó es la propuesta de condonar progresivamente las deudas de los estudiantes con el Icetex, aplicando inicialmente tres filtros: estudiantes activos, con el fin de evitar la deserción; quienes hacen parte de los estratos 1 y 2; y quienes obtengan los mejores promedios.
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