El caso Nule

Como bien lo describe un líder gremial en el documental los Nule no eran constructores ni empresarios, eran contratistas que tomaban para si los anticipos y no pagaban trabajadores ni impuestos ni proveedores y, ni siquiera, a los propietarios de los terrenos que iban a utilizar.


“La corrupción es inherente al ser humano” Miguel Nule.

Con esta frase que lo retrata de cuerpo entero y da una idea de los criterios aplicados por varios grupos empresariales en sus gestiones comienza el documental denominado El Caso Nule cuya primera parte fue presentada el domingo pasado y ha de complementarse el próximo domingo.


La producción ha sido un trabajo conjunto de Noticias RCN y RCN Cine que tardó dos años en su ejecución bajo la dirección de Miguel Salazar Aparicio.


Lo primero que se debe decir es que esta es una producción que debe ser de obligatoria consulta en las administraciones públicas, las redacciones de los medios, las facultades de periodismo y el contribuyente raso. Quienes no la hayan visto en su primera parte pueden acudir a RCN Televisión en internet.


En el documento se describen con un acopio irrefutable de material fílmico, las opiniones y declaraciones de numerosos funcionarios, políticos, líderes gremiales, periodistas y expertos las andanzas de los primos Miguel, Guido y Manuel Nule y su socio Mauricio Galofre, quienes de ser contratistas de canchas de microfútbol y pequeños parques en Sincelejo pasaron, en un par de años, a que se les adjudicara la más importante doble calzada del país (Bogotá-Girardot), estratégicas vías en la capital de la república y una miríada de contratos (más de mil 900) de toda índole entre los cuales están proyectos de energía, agua, vías, interventorías, alimentos, edificios y bodegas de la DIAN (pese a ser multimillonarios deudores), cárceles y todo lo que la imaginación puede ofrecer sin que ninguno de los que otorgaban los multimillonarios contratos se preocupara siquiera por indagar por los estados financieros del publicitado grupo, la idoneidad técnica y profesional para realizar tan disímiles tareas o la solidez patrimonial de quienes iban a recibir a manos llenas el dinero de los contribuyentes.


En el video se describe la tupida telaraña elaborada por el controvertido grupo mediante subrepticios cambios de nombre, presencia de ignotos asociados originados en empresas de paraísos fiscales y una aceitada máquina de relaciones públicas que recorría el país a la par de torneos de golf, parrandas vallenatas y conexiones con grupos paramilitares y los más conspicuos representantes de la corrupción política.


Como bien lo describe un líder gremial en el documental los Nule no eran constructores ni empresarios, eran contratistas que tomaban para si los anticipos y no pagaban trabajadores ni impuestos ni proveedores y, ni siquiera, a los propietarios de los terrenos que iban a utilizar.


Más grave aún, existe consenso entre los personajes entrevistados de que el grupo Nule es apenas la punta del iceberg de un problema más extenso y que como los tristemente célebres primos, hay no menos de 10 de características similares a quienes sin ninguna capacidad financiera, técnica o legal se les entregó toda suerte de concesiones, contratos, canonjías y servicios sin la menor curia ni el menor asomo de vigilancia, supervisión o evaluación y tarde que temprano tal desidia saldrá a la superficie.


El país espera con ansiedad la segunda parte de tan ejemplar, valiente, meticuloso y profesional trabajo periodístico.


Seguramente allí se mostrará que el escándalo que se centró en los desfalcos del Distrito que tiene a los hermanos Moreno en la cárcel tuvo igual o superior impacto en el Ministerio de Transporte, en el INCO, la DIAN, el ICBF y el municipio de Barranquilla y allí no ha pasado nada.

EL NUEVO DÍA

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