Una apuesta musical

En la industria de la música existen, así mismo, otras áreas que no han sido suficientemente exploradas, pero que si se desarrollan conseguirán que Ibagué se posicione como una ciudad industrial de la música, actividades que se pueden complementar con otras de índole cultural y artístico.

Ibagué fue declarada Capital Americana de la Cultura 2022, y este título ha de aprovecharse al máximo, pues es la oportunidad para consolidar la adopción de la economía naranja, como un factor de crecimiento y desarrollo.

En esta ruta, ya se han establecido dos zonas ADN (Áreas de Desarrollo Naranja), una en el centro de la ciudad que comprende bienes patrimoniales y culturales como el Panóptico, la Concha Acústica, el teatro Tolima, el parque de la Música y el Conservatorio, y la otra en las comunas 11, 12 y 13, denominada Creasur. En estos espacios se promueven las actividades artísticas, se programan eventos culturales y se incentiva la creación de empresas e industrias creativas.

La primera zona ADN se denominó Capital Musical y esta habría de ser la mayor apuesta de la ciudad, por las fortalezas que favorecen el desarrollo exitoso de la industria musical: cuenta con el Conservatorio del Tolima, que como Institución Educativa de Educación Superior, goza de prestigio y reconocimiento en el país, y que en los últimos años ha ampliado su oferta con programas únicos como la Tecnología en Construcción y Reparación de Instrumentos de Cuerda Frotada, que atraen estudiantes de otras regiones; además, abunda el capital humano formado excepcionalmente para dedicarse a estas actividades.

También tiene gran experiencia en otra de las ramas de esta industria, la de la música en vivo. Aquí se organizan eventos como el Festival de la Música Colombiana, el Ibagué Festival (que comienza en 11 días) e Ibagué Ciudad Rock, que reúnen expresiones artísticas de gran diversidad y atraen variedad de público, lo cual es un impulso para otros renglones económicos como el turismo y el sector gastronómico.

En la industria de la música existen, así mismo, otras áreas que no han sido suficientemente exploradas, pero que si se desarrollan conseguirán que Ibagué se posicione como una ciudad industrial de la música, actividades que se pueden complementar con otras de índole cultural y artístico.

Sin embargo, es necesario trazar un rumbo para alcanzar este propósito y conocer qué tenemos y qué nos hace falta. ¿Existe en Ibagué una política frente a la industria de la música? ¿Es esa la mayor apuesta? ¿Cuáles son los resultados que se esperan? ¿En cuánto tiempo? ¿Con qué recursos? ¿Qué otras áreas se apoyarán? ¿Cuáles son los incentivos tributarios que se anuncian? ¿Por cuánto tiempo se extenderán? Seguramente las respuestas a estas preguntas permitirán definir las estrategias, los planes y asignar de manera acertada los recursos.

EL NUEVO DÍA

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