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Lo que en su momento fueron señales de tránsito verticales en Ibagué, a la fecha, pasaron a ser unos postes metálicos oxidados, torcidos, repletos de rayones, calcomanías, mugre, además de las inexistentes o imperceptibles demarcaciones horizontales; que poco o nada le informan o ponen sobre aviso a los conductores y peatones que transitan por la ciudad.
Una problemática ocasionada por terceros, accidentes viales, cambios atmosféricos, al igual que la falta de intervención de la Administración municipal.
En octubre del 2022, la Alcaldía había anunciado la adjudicación de un contrato por $650 millones a la empresa Señales Ltda. para demarcación vial, señales y dispositivos de tránsito en las vías y puntos críticos de la ciudad.
De esta manera se tendrían elementos reglamentarios, preventivos y horizontales, tales como, prohibido parquear, velocidad máxima permitida, prohibido girar a la izquierda, zona de peatones y escolar, reductores, entre otras.
Olga Lucia Liévano, quien era la secretaria de Movilidad para ese entonces, había manifestado, “hemos adjudicado el proceso a monto agotable, que tendrá una duración de tres meses y daremos prioridad a unas órdenes judiciales que son acciones populares. De igual manera, ubicaremos señales en varias zonas escolares dándole prelación al peatón”.
Empezó un nuevo año, y esta redacción mediante un recorrido por varias vías de la ciudad evidenció que muchos de estos elementos permanecen inidentificables, ocupando el espacio público sin cumplir sus funciones de orientar o regular la movilidad para ayudar a prevenir accidentes.
El cambio más reciente que se conoce fue el de una señal de prohibido girar que se instaló en la avenida Pedro Tafur, que estuvo en medio de polémica al ser intervenida por dos hombres que no tenían prendas o elementos que los identificara como contratistas, con lo que muchos ibaguereños pensaron que la señal era robada, al respecto el Gobierno local tuvo que salir y dar claridad frente al tema.
A parte de las múltiples sensaciones que dejó la intervención comentada, conforme al actuar ese día, se dio a entender que las señales de tránsito verticales que han perdido sus reflectivos deben ser cortadas desde su base para renovarse, además que ya se habían reemplazado 200 de estos elementos.
En conversación con varios actores viales, estos comentaron que aparte de la evidente intervención que requieren los elementos que hay en varias zonas de la ciudad cerca a instituciones educativas, centros de salud y vías de alto flujo vehicular, falta que se pinten o instalen las señales correspondientes.
En el viaducto del Sena de la carrera Cuarta Estadio, en la institución educativa Amina Melendro; cerca al Batallón Jaime Rooke, ingresando al barrio Cerros de Granate, en la calle 40 con carrera Sexta, en la avenida Ambalá donde se suma la falta de iluminación, y la avenida Pedro Tafur, son algunos de los tantos lugares que requieren ser señalizados según la ciudadanía.
La ausencia o el deterioro de las señalizaciones de tránsito podría ser una de las causantes de los accidentes de tránsito, sin embargo, no se puede dejar de lado que el aparente desconocimiento y la imprudencia de los actores viales es un mal latente.
Por lo que no es raro evidenciar que se hagan giros prohibidos, se ubiquen vehículos sobre la cebra, o que donde hay signos de prohibido parquear estén vehículos estacionados.
Esta redacción intentó comunicarse con el secretario de Movilidad, pero no hubo respuesta.
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