La comisión de Cortolima que se desplazó hasta la vereda La Virginia en Chaparral, con el propósito de evaluar las causas del movimiento en masa y el flujo torrencial, registrados el pasado 25 de diciembre, pudo constatar que la ganadería extensiva, la ampliación de la frontera agrícola y la deforestación en alta pendiente, además de la saturación de la capa de suelo y la roca meteorizada por las fuertes precipitaciones que se presentaron en la zona, ocasionaron el desprendimiento de entre 3000 y 4000 metros cúbicos de material de la montaña, que más tarde llegaron al cauce de la quebrada El Mono, convirtiéndose en un flujo torrencial que cobró la vida de varias personas y afectó la infraestructura de viviendas, escuela e iglesia.
Así mismo se evidenció que en el sector y sus alrededores existe aún material desprendido y continúa el proceso de erosión, por ende, existe riesgo de nuevas emergencias, por lo que es recomendable solicitarle al Consejo Departamental de Gestión de Riesgo evaluar una posible evacuación de las viviendas que aún permanecen en zona de influencia a la quebrada.
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