EL NUEVO DÍA: En el segundo tomo usted analiza los procesos de paz en Colombia. ¿Cómo ve ahora el diálogo entre el Gobierno colombiano y las FARC en La Habana?
NÉSTOR HERNANDO PARRA: Es un nuevo intento por transformar la manera de resolver los conflictos sociales, de abandonar la violencia como sistema, para construir, entre todos, el de la no violencia. De pasar del “estado de naturaleza” del hombre en las sociedades primitivas en el que rige la ley del más fuerte, del sálvese quien pueda, al “estado social de derecho”, en que prevalece el mutuo respeto a la ley.
Además, permite construir la convivencia entre todos en busca de hacer posible la vigencia de los derechos universales del ser humano, comenzando por el respeto a la vida, el reconocimiento de todos como miembros de la misma especie. Es pasar del estado de insolidaridad al de solidaridad entre todos.
Es intentar pasar del conflicto, en que hemos vivido por más de 60 años, al posconflicto, que tomará otros tantos, mientras erigimos una sociedad y un Estado que trabajen armónicamente en favor del ser humano, mediante una política de ciudadanía inclusiva, un sistema económico y una organización institucional que no sean extractivos, como viene sucediendo desde la Colonia.
De allí arrancan los problemas estructurales de Colombia, América Latina y demás países explotados por propios y extraños, hoy llamados genéricamente “inversionistas”, que solo persiguen el lucro, destruyen el tejido social, aumentan las desigualdades y deterioran el medio ambiente, amparados por políticas públicas generosas de impacto mediático y estadístico, pero de escasa contribución al desarrollo humano.
END: En el tercer tomo usted hace un completo análisis sobre la educación superior en Colombia. ¿Qué sugeriría a la universidad colombiana para avanzar en los requerimientos que la sociedad le demanda?
NHP: La universidad está llamada a cumplir un papel esencial en esta nueva era de nuestra vida nacional en la construcción de ciudadanía política y, simultáneamente, posicionar al país y a las nuevas generaciones en el escenario global de la sociedad del conocimiento.
Es de esperarse que los gobernantes actúen con visión de futuro, más allá de simples indicadores estadísticos de la macroeconomía o de la economía del lucro hasta priorizar la economía social, la humana.
La educación como un todo tiene el gran fin de dignificar al ser humano, y en ese camino debe fortalecer a las instituciones de educación superior para que cumplan con eficiencia y calidad sus funciones docentes, investigativas y sociales.
En la etapa del posconflicto, la universidad colombiana es un actor social en fortalecer ciudadanía, cohesión social y estado justo. Imagino a la mujer pasando de su maravillosa función biológica, creadora de vida y unidad, a la de creadora del consenso y la armonía de la nueva sociedad colombiana.
END: Y, en cuanto al Tolima, ¿cuál debe ser, en su concepto, el papel que deben cumplir las universidades regionales?
NHP: En esta época es menester inspirarse en un nuevo humanismo a fin de que la ciencia no destruya al ser humano, ni lo esclavice como parece estar ocurriendo, sino que lo ayude a liberarse de sus ancestrales ataduras y lo dignifique, y tienda a proteger la naturaleza antes que a destruirla.
Me gustaría ver funcionando un Sistema Integral de Educación Superior del Tolima, liderado por la Universidad del Tolima y la Universidad de Ibagué, como nodo central y con varios nodos subregionales en las diferentes zonas geográficas con instituciones que tienen presencia real como Coreducación en el Norte del Tolima y los Innovar de las regiones centro y sur.
Ese sistema permitiría racionalizar la oferta educativa, mejorar la calidad en todos los niveles y facilitar la transferencia entre los diferentes niveles de la educación superior.
END: La crisis económica mundial y la globalización son los temas del quinto tomo. Comparta con nosotros algunas reflexiones al respecto.
NHP: Podría compartirle las siguientes: la corrupción es el peor enemigo íntimo de la democracia. El despilfarro es la mayor injusticia de las políticas financieras porque las facturas económicas y sociales las paga el pueblo.
El progreso no es indefinido; hay ciclos que dependen cada vez más de factores incontrolables por los gobiernos, gracias a la globalización. En crisis los mercados someten a los estados, a los gobiernos sin distingos ideológicos o políticos; en ‘vacas gordas’ hay que guardar para cuando vengan las flacas; hay que defender al hombre y a la naturaleza como auténticas realidades en las que se basa el desarrollo económico, por cuanto lo demás son virtualidades, comenzando por el dinero que es una ficción colectiva, una mentira hecha verdad por todos.
Lo real es el ser humano y su entorno, lo demás es virtual o artificial; al ser humano hay que ayudarle a encontrar su propia y auténtica dignidad, y la de todos los seres humanos en ejercicio de la ética de la solidaridad.
END: Usted ha vivido por varios años en España. ¿A qué se dedica allá?
NHP: Hace casi 20 años. Primero, en Canadá, que me enseñó que el sueño de un país con los servicios públicos sociales para toda la población es posible, donde el Estado es eficiente, donde el respeto por el medio ambiente y los derechos humanos son letra viva que cada ciudadano practica y el Estado ayuda a proteger. Después España, desde hace 15 años, aunque de 2005 a 2008 estuve la mayor parte colaborando con el Dane y la CAN.
Gracias a las tecnologías de la información y la comunicación logro seguir mi terruño y a mi país, así como sostener contacto con familiares y amigos residentes en diferentes latitudes. Vengo a Colombia periódicamente y visito siempre a Ibagué y a Honda, mi ciudad natal.
En los últimos cinco años me he concentrado totalmente en leer la contemporaneidad y en los últimos tres a estudiar Filosofía y Humanidades en la Universidad de Valencia. Escribo artículos, ensayos, conferencias y uno que otro libro.
END: ¿Tiene intención de radicarse nuevamente en Colombia?
NHP: Me encantaría regresar a Colombia, particularmente al Tolima, para seguir haciendo lo mismo y quizá algo más. Ojalá se den las circunstancias.
Comentarios