Con el temor de que a largo plazo aparezcan enfermedades cancerígenas por la exposición de ondas radioactivas, los habitantes de los barrios Los Mandarinos y Ambalá, solicitan la presencia de la Alcaldía de Ibagué para inspeccionar estas antenas y, de ser posible, ordenar su retiro inmediato.
En Los Mandarinos, las antenas están ubicadas en el tercer piso de la Manzana L, casa Uno.
Francy Moncaleano, vocera del barrio, cuenta que “hace 16 meses se instalaron sin el consentimiento de la comunidad y desde que están allí se han vuelto frecuentes los casos de dolores de cabeza en los habitantes. Algunos, por recomendación médica se han trasladado de barrio”.
Por su parte, Norma Constanza Ángel se mostró preocupada porque hace siete meses su hijo fue sometido a una cirugía para implantarle unos imanes cocleares bilaterales, y expresa que “las resonancias y las ondas magnéticas de las antenas pueden dañar los implantes e incluso afectar a mi niño”.
Por estos hechos, los habitantes del sector llevarán a cabo los trámites necesarios ante la Secretaría de Planeación, la Personería y la Defensoría del Pueblo, para lograr que la empresa de telefonía celular retire las antenas, ya que sienten que los derechos colectivos y del ambiente están siendo vulnerados.
Ambalá
Por otra parte, en el barrio Ambalá, también padecen la misma problemática.
Martín Gómez, señala que tras un comunicado enviado en febrero de 2010, con el número radicado 3229, la directora de ese entonces, del grupo del Plan de Ordenamiento Territorial, María Rincón, le informó que “no es viable la instalación de telefonía celular en el sector comprendido en la calle 64 número 20-78, ya que se encuentra dentro del radio de acción de 300 metros a la Universidad de Ibagué y demás centros educativos, como lo establece el decreto 0328 del 2005”.
En consecuencia, Gómez argumenta que la empresa de telefonía celular, Comcel, llevó a cabo la instalación de la antena, incumpliendo los requisitos de planeación y del POT.
“A la fecha, esta antena ha generado muchos inconvenientes, ha quemado varios teléfonos fijos, televisores y neveras, debido a que no tiene válvulas para evitar el retorno de energía ocasionado con la caída de los rayos”, dijo Gómez.
Y añadió: “Las radiaciones electromagnéticas han provocado efectos en la salud, como alteraciones en el sistema nervioso central y para llevar a cabo la instalación de dicha antena han talado varios árboles contribuyendo así con el daño al medio ambiente”.
Ante estas circunstancias, la comunidad de ambos barrios, solicitan que sea atendida su petición, pues temen por la salud de quienes residen en estos sectores.
La vocera del barrio Los Mandarinos, Francy Moncaleano, manifiesta que desde hace algún tiempo está investigando sobre las consecuencias de estos elementos en zonas residenciales, pero aún no ha encontrado a ciencia cierta si afectan o no.
Ante esto pregunta “¿qué debe hacer la comunidad frente a la situación presentada con la proliferación en la instalación de antenas de telefonía celular, teniendo en cuenta las disquisiciones científicas de que hacen daño o no a la salud?”.
OMS
En los últimos 20 años se han realizado un gran número de estudios para determinar si las antenas celulares pueden plantear riesgos para la salud. Hasta la fecha no han confirmado los efectos perjudiciales.
No obstante, el problema es que si dentro de 10 años comprueban que esto sí provoca cáncer ¿vale entonces la pena arriesgar la vida y la salud mental y física de una comunidad?
“Estas ondas son absorbidas fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados efectos biológicos.
“Sin embargo, el problema se plantea por la falta de acuerdo de los científicos y de las normas establecidas en Colombia para la autorización a la hora de instalar estas antenas de telefonía celular en zonas residenciales a una distancia que no supere los 300 metros”, explicó Francy Moncaleano.
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