Según el funcionario, en lo que va del año se han presentado 17 cierres de la bocatoma Combeima por alta turbiedad y solo tres en la bocatoma Cay. No obstante, esta última obra es la que ha permitido mantener el sistema, aunque con baja presión e intermitencia.
El martes 5 de junio, Cay alcanzó las 12 mil unidades de turbiedad, según reportó el Ibal.
“¿Por qué el 4 de junio tuvimos que quitar el servicio?, porque también se creció Cay. Cuando el señor Ministro de Vivienda, el señor Alcalde y el Ibal entregan en marzo la obra nueva de Cay dicen que es una obra que va a mitigar el efectos negativos de los cortes prolongados del río Combeima. Si en estos momentos, Cay no estuviera funcionando, el 4 de junio, Ibagué se hubiera quedado al menos ocho días sin agua. Estaríamos sin agua hoy (ayer). Cay nos está dando la mano en las crecientes”, indicó Girón.
De acuerdo con el funcionario, de los 653 barrios a los que presta el servicio el Ibal, solo 48 barrios se reportaron sin el servicio y se les suministró el preciado líquido a través de carrotanques.
“Con la nueva bocatoma Cay se puede captar 800 L/Seg, cierra Combeima y se sostiene el sistema a baja presión, con bajo caudal, porque es entre el 40 o el 50% del agua que necesita la ciudad”, precisó.
Girón le responde a bejarano
A través de una caricatura compartida en facebook donde se señala “que no volveríamos a sufrir por agua dice Girón...el único que le come cuento es el Alcalde”, el exgerente del Ibal, Eduardo Bejarano, polemizó por el corte sufrido la semana pasada y las obras realizadas en Cay que no evitaron el desabastecimiento.
Al respecto, Girón expuso que mientras en lo que va del año se han registrado 17 suspensiones en la prestación del servicio, en el mismo periodo de 2012 el reporte era de 51 cortes.
“En el 2011 tuvimos 43 suspensiones, en el 2012, cuando era gerente Eduardo Bejarano, hubo 51 suspensiones. En el 2016, tuvimos siete suspensiones, cuando estoy como gerente, en el 2017, 11 suspensiones, y este año 17 suspensiones, tres veces menos que las suspensiones de 2012. Es muy fácil decir cosas sin sustento”, manifestó.
Destacó que las horas que ha estado la ciudad sin agua no superarían el día y medio.
“Analicemos las horas de suspensión, de enero a junio de 2012 se suspendió el servicio 263 horas y entre enero y junio de 2018, 33.2 horas, estando en alerta roja, en esa época no se estaba en alerta roja. Ninguna de las horas de suspensión de esta administración 2016, 2017 y 2018 ni siquiera se le arriman a las 263 horas de 2012”.
Y continuó “el análisis que hay que hacer es que si comparo la serie de 2012 con la de 2018 ya pasaron cinco años de deterioro de la cuenca, cada vez las crecientes van a ser más fuertes y más difíciles, avenidas torrenciales con mayor lodo porque tengo más área deforestada”.
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