El IV Congreso Latinoamericano del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina con invitados internacionales como el padre Marco Arana, César Padilla y David Velasco, se cumplió ayer en Ibagué.
El Ocmal es una red internacional que aglutina todas las organizaciones que hacen seguimiento a los proyectos mineros, especialmente, los de cielo abierto.
Tatiana Roa, miembro de Censat Aguaviva, expresó que la minerÃa no es solamente un fenómeno colombiano, sino de todo el continente; hay una demanda intensiva de recursos mineros que afecta gravemente muchas regiones del mundo.
“Este encuentro es un espacio abierto para la sociedad ibaguereña donde deliberaremos las estrategias que se van a construir desde la redâ€, manifestó Roa.
“El caso colombiano es particular ya que no es netamente minero, sino de vocación agropecuaria, y aunque se han extraÃdo bastantes recursos, hay una demanda muy fuerte de ciertos paÃses por recursos naturales.
“Existe una especulación de la bolsa con los precios de los minerales y eso ha dado paso a esta situación que está poniendo en grave riesgo un paÃs tan rico y diverso como Colombiaâ€, indicó.
Según Roa, en este momento, existen más de ocho millones de hectáreas solicitadas para proyectos mineros.
“Tenemos fe en que la resistencia hecha por el pueblo colombiano, con movilizaciones en Santander, Ibagué y Cajamarca están enviando un mensaje al Gobierno, que quiere decir que no queremos minerÃa.
“Lo que sucede en el Cesar y La Guajira es suficiente; este es un proyecto que no deja mayores recursos al paÃs, creemos que podemos frenar el proyecto de La Colosa y los otros que existen en la regiónâ€.
MinerÃa en Perú
Marco Arana, reconocido exsacerdote peruano, ha liderado diferentes campañas contra la minerÃa a cielo abierto; actualmente es director de Grufides del Perú y ha visto casos horrendos en su paÃs, explica como un proyecto que parecÃa pequeño ha traÃdo consigo catástrofes sociales y ambientales.
“La minerÃa en mi región comenzó en el año 92, se presentó como una actividad minera que iba a dar trabajo, iba a usar tecnologÃas modernas, incluso se hablaba de una minerÃa limpia, ecológica, y llegaron diciendo que solo se iban a quedar cinco añosâ€.
Dice el padre Arana que al poco tiempo se evidenciaron problemas por la propiedad de la tierra, comenzaron a obligar a los campesinos a vender a precios bajos y que en otros casos expropiaron terrenos.
Igualmente, los trabajos de exploración y explotación generaron los primeros impactos como disminución de agua y contaminación.
“Se presentaron muertes masivas de truchas durante años, hace una semana hubo otra mortandad, de más de cuatro toneladas de pecesâ€, dijo Arana quien narró que cuando las organizaciones como Grufides denunciaron lo sucedido, la empresa minera buscó convenios para ayudar a los afectados y en otros casos “daban becas y ayudas económicas directasâ€.
Cuando esto no funcionó, iniciaron confrontaciones violentas que han incluido amenazas de muerte o en algunos casos atentados que han cobrado incluso la vida de campesinos.
“En el norte de Perú, ocho campesinos han sido asesinados y cientos de dirigentes campesinos judicializados o heridosâ€, informó.
Orden público en Ecuador
Domingo Ankuash es lÃder indÃgena de la población Shuar; su pueblo lucha para que las multinacionales no se lleven las riquezas de sus suelos, lo que la madre tierra les heredó.
Sin embargo, Ankuash dice que ya hay concesiones entregadas en todo el paÃs, especialmente en los pueblos indÃgenas. “Hay más concesiones porque allà hay más bosques, hay más oro, petróleo, agua, toda la biodiversidad; entonces quieren apropiarse asà como en otros paÃses, sacar a los dueños y manejar toda la riqueza a su maneraâ€.
“Nuestra experiencia es que todavÃa la explotación a cielo abierto, en Morona Santiago (Ecuador) no ha iniciado, está en proceso; este gobierno ha tomado decisiones y entregado licencias ambientales a la Empresa Ecuacorriente. “Estamos tratando de unificarnos con los campesinos, colonos e indÃgenas porque están haciendo un gran daño a la nación y a los campesinosâ€.
Dice Ankuash que no van a permitir esa explotación porque creen en sus derechos y tampoco a permitir que se lleven el oro, el uranio, el cobre y el bosque.
“Entendemos que la tierra es nuestra madre, y la madre no se vende ni se compra, se defiende; la madre es nuestra vida, el hombre nace por una madre y entonces la tierra es como una madre que nos da todo y no podemos cederâ€.
Enfatizó que no los van a engañar con dádivas y que le han dicho al Estado, que se defenderán hasta las últimas consecuencias; al parecer, ya existen amenazas de la fuerza pública y están militarizando los sectores.
“Si ellos van a actuar con las fuerzas armadas, nos vamos a defenderâ€, concluyó.
No a la mina, sà a la vida
La megaminerÃa necesita gran cantidad de agua y generalmente los depósitos mineros se ubican donde están las fuentes hÃdricas, igualmente genera un doble problema, no solo la contaminación de aguas, sino la destrucción de los ciclos hidrológicos.
Marco Arana cuestiona que pudiendo desarrollar actividades económicas sostenibles, como la agricultura, ganaderÃa, turismo, agrobionegocios, porqué optar por la megaminerÃa que lo que hace es destruir ciclos de agua, generar impactos ambientales costosos de remediar; en algunos casos pueden ser efectos que demoran cientos o miles de años. Además genera corrupción, problemas de conflictividad ambiental.
“Un paÃs que tiene megabiodiversidad ¿por qué debe privilegiar actividades sobre la base de recursos naturales agotables de alto impacto ambiental?; hay formas de sostenibilidad de desarrollo mucho más sanas y limpiasâ€, mencionó Arana.
Organizaciones internacionales temen que proyecto La Colosa, pueda terminar como las demás minas que han sido excavas en América Latina a cielo abierto. Además la contaminación generada a las fuente hÃdricas.
Mañana se realizará un foro en Cajamarca y un recorrido por la zona. A partir del lunes y hasta el miércoles, inicia un encuentro nacional y latinoamericano de mujeres contra la minerÃa, en el instituto de estudios sociales.
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