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Uno de los núcleos familiares de la vereda es el de Pablo Prada, que regresó a su territorio entre los años 2013 y 2014, tiempo después de vivir una masacre causada por los paramilitares del Bloque Tolima. Para esta época la Unidad para las Víctimas incluyó en el Registro Único de Víctimas (RUV) a la comunidad El Neme como sujeto de reparación colectiva, mediante la Resolución No. 2013-301040 del 27 de febrero de 2014.
“Teníamos que aprovechar este acompañamiento del Estado, acercarnos a las entidades y trabajar unidos”, aseguró Prada.
Recuerda que también durante el cumplimiento del Plan Integral de Reparación, se convirtió en el punto de encuentro de la comunidad y en el lugar en el que se erigió el ‘Muro de la Memoria’, incluido dentro del componente de los imaginarios colectivos para la resiliencia.
El proceso finalizó con éxito el 21 de diciembre de 2019, día en el que Pablo y sus vecinos, a una sola voz, dijeron ‘Lo hemos logrado’.
De esta manera, se comprometieron a seguir adelante, y hoy El Neme se impulsa como marca propia con una ruta turística que cuenta los progresos de la recuperación del tejido social y las bondades de la naturaleza: ríos, cascadas y fincas agro turísticas en las que se producen cachamas, se hornean bizcochos de achira, se procesa el maíz y se cosecha el sello café especial registrado por Pablo.
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