Biólogos de la Universidad del Tolima encontraron rana que se creía extinta

Sáb, 02/05/2020 - 06:45

La rana arlequín vientre de fuego se creía extinta desde hace más de 20 años. Sin embargo, casi por accidente, un grupo de investigadores de la Universidad del Tolima la encontró en el Bosque de Galilea. Esto permite abrir la posibilidad de recuperar el grupo Atelopus, el cual ha sufrido pérdidas de especies.

En 2016 Andrés Viuche y María Paula Enciso, biólogos de la Universidad del Tolima, hicieron un inventario de ranas y sapos en el Bosque de Galilea en medio de su trabajo de grado. Luego, en el 2017, volvieron acompañando a un doctorado de la Universidad de Sao Pablo en búsqueda de una especie diferente y ahí se encontraron, por sorpresa, con la rana arlequín vientre de fuego.

“En cierta medida fue un golpe de suerte porque nosotros habíamos planeado unas salidas, pero nunca las encontramos. Fue una gran sorpresa porque nosotros no esperábamos encontrar Atelopus en esta época. Se veía mucho por allá en la década de los 70 y 80. Y después uno encuentra declives poblacionales”, afirmó Andrés Viuche, biólogo egresado de la Universidad del Tolima.

La zona en donde se realizó el descubrimiento es alejada de los sitios en donde habitan personas, y no pueden entrar caballos, por lo cual tuvieron que entrar por sus propios medios y cargar su equipaje al hombro.

“No estaban en un punto específico, sino en una zona muy adentro del bosque. El único punto de referencia es una quebrada que llaman Wolf, pero esperamos que tal vez podamos cambiarle el nombre por el de Quebrada Atelopus”, dijo Andrés Viuche.

Las ranas vientre de fuego son llamadas así porque las hembras tienen en su vientre una coloración rojiza o anaranjada, mientras que en los machos el color es crema. Las hembras son mucho más grandes que los machos, llegando a medir cerca de 40 milímetros, mientras los machos no pasan de los 27 milímetros.

Andrés señala que, en gran medida, fue gracias a los Acuerdos de Paz que se pudo realizar la investigación, pues la zona tenía presencia de grupos armados.

“A esta zona no se podía ir por cuestiones del conflicto. El Acuerdo de Paz permitió que los grupos armados que estaban allí se retiraran y entonces fue más fácil ingresar a la zona para hacer la investigación con el apoyo de la comunidad”, agregó.

En diciembre del 2019 el Bosque de Galilea fue declarado oficialmente como Parque Natural Regional, lo cual quedó blindado contra proyectos extractivos.

“Creemos que en cierta medida el trabajo ayudó en la declaratoria de Parque Natural Regional porque nosotros le dimos a conocer a Cortolima y a la Universidad del Tolima los resultados. Fue un reporte de nuevos registros para el Tolima, en el cual estaba esta especie amenazada en la zona y debió darle un plus al otorgamiento de esta categoría”, afirmó.

En búsqueda de apoyo

En 2018, ellos se graduaron y comenzaron a buscar apoyo para continuar con su investigación. Le escribieron una carta a Wildlife Conservation Society (WCS) y, luego de un tiempo, hubo un aporte para regresar a la zona.

“A principios del 2020 pudimos volver y fue muy gratificante porque encontramos más individuos adultos y muchos más renacuajos. La población se mantiene bien”, afirmó.

El grupo de investigadores está a la espera que pase la situación generada por el Covid-19 para regresar una vez y realizar un monitoreo.

“Nuestra idea es seguir tocando puertas para avanzar en el monitoreo. Queremos entender a futuro cuáles son las causas que han llevado al declive de este grupo”, finalizó.