“Cuando ya salíamos del Carmen (de Apicalá), más o menos a cinco kilómetros de la salida, venía con el escolta en su carro, cuando una moto llega al lado de nosotros y nos apunta con un arma y me dicen: cállese la boca hijue*** que ya sabe qué le pasa”.

La amenaza la recibió de unos hombres que se movilizaban en una motocicleta negra con una franja azul que llevaba la placa tapada con un trapo rojo y mientras se alejaban de Noreña, uno de ellos le siguió apuntando con un revólver.

“Inmediatamente, llamé al comandante de la Policía de Melgar e informo lo que estaba pasando, para que envíen (uniformados) a la vía para ver si pueden capturar a las personas, llamamos al comandante de la Sijín y hasta hoy (ayer) logramos colocar la denuncia en la Fiscalía que hay que hacerla de forma virtual”.

El hombre agregó que aunque no tiene seguridad considera que la intimidación podría estar relacionada con algunos de los temas que cubre: “Me gusta tratar el tema de los invasores, de microtráfico, de las corrupciones que se dan en los municipios con esos temas de las licencias de construcciones y urbanismo, lógicamente mantiene uno personas en contra, porque les está contando las verdades”.

Hace tres meses el periodista recibió una llamada intimidante tras quedar sin su esquema de seguridad. Comentó que cuenta con un escolta con el que “anda a pie prácticamente” y agregó que “hago responsable al Estado y la Unidad Nacional de Protección de lo que me pueda pasar, porque les he estado informado, les paso datos de lo que sucede conmigo, pero en lugar de darme más protección, me la quitaron”, precisó.