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Desde un centro de detención en Georgia, Estados Unidos, el exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso continuó revelando más detalles de los nexos entre paramilitares, Ejército y personajes influyentes del país, para que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), defina si se puede someter a esta justicia.
En el segundo día de audiencia pública, Mancuso entregó más datos sobre la creación de los hornos crematorios para desaparecer a las víctimas del conflicto armado, al asegurar que la orden vino de la fuerza pública, debido a que “había mucho ruido” por la cantidad de cuerpos y de víctimas ocurridas en los años 2000 y 2001.
“La orden de desaparecer a estas personas vino de la fuerza pública. En nuestro teatro de guerra la lógica era dejar los cuerpos para causar terror en la población donde ejercíamos control. Carlos Castaño me dio la orden de coordinar esa desaparición de víctimas a partir de una reunión de altos mandos militares”, expresó.
No obstante, el exjefe de las AUC aseguró que eran más de 200 víctimas que Castaño ordenó, además de los hornos, que fueran arrojados al río del lado de Venezuela o enterrados en fosas comunes.
Agregó que “todas las fuerzas militares sabían, porqué todas hacían presiones sobre nuestros hombres. Esas presiones se hacen mucho más fuertes cuando se hace la transición de (Andrés) Pastrana a (Álvaro) Uribe”.
Igualmente, solicitó a los magistrados de la JEP que le permitan ir personalmente para poder identificar esas fosas comunes en las que desaparecieron personas víctimas del conflicto armado.
Al ser consultado para que dijera más nombres de altos mandos militares que conocían esta práctica, Mancuso expresó que les diría los nombres a los magistrados de la JEP de forma privada.
Una falsa desmovilización
Además de los nombres de altos exfuncionarios, empresas multinacionales y hasta medios de comunicación, Mancuso habló acerca de una falsa desmovilización por parte del EPL y de cómo el ministro de aquel entonces, Horacio Serpa, estaba detrás del hecho.
“Hubo coordinación con los altos mandos militares para la desmovilización del EPL, el comandante Carlos Castaño incluso habló directamente con el ministro Serpa. Desde el gobierno de Samper sabían que esto era una operación de autodefensas que estaba involucrada en esta operación”, expresó.
Incluso, afirmó que fueron varios los encuentros entre el exjefe paramilitar Carlos Castaño y el exministro de gobierno Horacio Serpa.
“Serpa no fue la primera vez que se reunió con nosotros, Serpa estuvo reunido en dos o tres ocasiones donde yo asistí a las reuniones con Carlos Castaño”, .
Y enfatizó que el propio exministro Serpa sabía que esta acción era una forma para vincular más combatientes a las AUC y les dijo que se manejara como una desmovilización.
“Serpa dijo que mandaría una persona, pero que se manejara como una desmovilización y envió al comisionado de paz Daniel García Peña a la obra de teatro”, señaló Mancuso.
Multiplicaron paramilitarismo
En el primer día de la audiencia de la JEP Mancuso afirmó que las Convivir sirvieron para multiplicar el paramilitarismo en el país.
Al respecto, explicó cómo siendo un ganadero en Montería fue guía para el Ejército y posteriormente entrenado en polígono.
Por su ayuda, Mancuso asegura que el Ejército le enseñó tácticas de contraguerrilla, entrenar el polígono, equipos de comunicación entre otras acciones que llegaron de la mano de “las Convivir”, grupo precursor de las denominadas Autodefensas.
“No teníamos conocimiento que existía una política estatal detrás de la creación de grupos de defensa privada rurales. Este paramilitarismo surge de la mano del Estado”, aseguró.
Este grupo en el que Mancuso era el líder, tenía, según él, el entrenamiento para alertar sobre las guerrillas, hacer patrullaje y atacarlos en conexión con el Ejército. “Las autoridades nos daban listados, íbamos y golpeábamos y matábamos a campesinos porque nos decían que eran guerrilleros y confiábamos a ciegas”.
Al respecto, Mancuso enfatizó que iba por todo el norte de Colombia haciendo operativos y reclutaba gente porque tenía uniforme del Ejército entregado por la Brigada 11, tenía armas legales y hasta carnés e insignias de las fuerzas militares, todo con permiso de ellos. No obstante, expresó que existía la posibilidad de que se quitará ese decreto que determinó la creación de las Convivir, por lo que se reunió con el gobernador y hasta generales para empezar a expandir las autodefensas por todo el país.
“Eran más de 100 grupos en todo el país. Con la legalidad de las Convivir, fueron el instrumento perfecto para la multiplicación de las autodefensas”, sostuvo.
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