El 18 de abril, John Ferney Cano, de 24 años, irrumpió en un consultorio del noveno piso de la Clínica Medellín y asesinó al urólogo Juan Guillermo Aristizábal. Acto seguido, prendió fuego al lugar y se quitó la vida.

Inicialmente, no se conocían los motivos del joven para cometer este acto. Se presumía que podría ser un sicario debido a las características del crimen, ya que Cano ingresó al lugar y sabía con exactitud dónde encontrar a su víctima. Otra hipótesis era que se trataba de una persona con problemas mentales.

Tiempo después de la tragedia, la familia de Cano concedió una entrevista al programa "Los Informantes" del Canal Caracol, donde se revelaron detalles sobre la personalidad del agresor y posibles razones detrás de sus acciones.

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En 2021, Cano había sido operado por Aristizábal debido a molestias persistentes en su pene y espalda. Aunque no contaba con muchos recursos, Cano hizo el esfuerzo de pagar una consulta particular para recibir una atención más rápida y efectiva que la que podía obtener a través de su EPS.

Motivado por la necesidad de solucionar su problema, Cano acudió a Aristizábal, quien presuntamente realizó una operación defectuosa que empeoró su situación inicial. Este fue el comienzo de una pesadilla para Cano, quien escribió un libro titulado "Memorias de un Loco Sensible", detallando su sufrimiento y las emociones que experimentó tras la cirugía.

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Los hermanos de Cano lo describieron en el programa como una persona tranquila y dedicada, cuyo comportamiento cambió drásticamente tras experimentar un dolor constante que no lo dejaba dormir ni tener una vida normal. Según relató su hermano, el dolor era como "tener una abeja clavada en la cabeza del pene todo el día, toda la noche y todos los días" e incluso contó que la ropa interior se pegaba a su miembro por la materia que expulsaba su herida, circuntancia que le causaba mucho dolor e incomodidad. 

Cuando Cano reclamó al médico por su estado crítico, no recibió la atención que esperaba. Su insistencia llevó a Aristizábal a tomar medidas legales contra él, lo que aumentó la desesperación de Cano. A partir de ese momento, comenzó a planear su venganza, plasmando su odio y desesperación en su libro.

El día del crimen, Cano consiguió un arma y salió de su vivienda sin que su familia supiera de dónde la había obtenido. Horas más tarde, se enteraron por televisión que el médico que tanto odiaba su hermano había sido asesinado. Nunca imaginaron que el responsable era "Johncito".

Aunque la familia no justifica su actuar, entienden que John sufrió mucho y el desespero lo llevó a desarrollar estos problemas emocionales. 

Este trágico evento ha dejado a ambas familias sumidas en el dolor  y ha puesto en evidencia la importancia de una atención médica adecuada y un apoyo psicológico oportuno para evitar que situaciones desesperadas lleguen a extremos tan lamentables.