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“No vamos a matar a la gallina de los huevos de oro”. Con esta frase, el nuevo presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa comenzó su administración al frente de la principal compañía petrolera colombiana. Dijo que el objetivo es garantizar su rentabilidad, pero a renglón seguido, en una gira en cadenas radiales, afirmó que descartaba la firma de nuevos contratos para la exploración de petróleo y gas natural, algo que va en línea con lo que ha expresado el Gobierno nacional.
En menos de 24 horas, el pasado 25 de abril, la acción de la petrolera se desplomó. Las declaraciones de Roa, que algunos expertos del sector calificaron como “confusas” y “desacertadas”, llenaron de incertidumbre a los inversionistas y, de paso, golpearon el valor de Ecopetrol tanto en Wall Street (Bolsa de Nueva York) como en la Bolsa de Valores de Colombia.
“Hay 85 convenios vigentes para seguir buscando sin la necesidad de firmar nuevos contratos de exploración”, sostuvo en su ronda de medios nacionales.
Luego explicó que entre 2014 y 2021 el país no firmó un solo convenio para desarrollo petrolero. Y agregó que “el país incrementó su producción gracias al recobro mejorado. El bombeo pasó de 720.000 barriles promedio día (bpd) a 860.000 bpd”.
Por tanto, el directivo apelará a que la compañía acuda a nuevas tecnologías para incrementar el nivel de extracción del 18 % al 22 % en los pozos petroleros del país.
Pero, ¿qué tan viable es eso que plantea Roa? ¿Qué consecuencias trae para el país que Ecopetrol renuncie a nuevos contratos de exploración? Expertos hablaron con EL NUEVO DÍA al respecto.
Desplome de la acción
Más allá del positivismo de Roa, lo cierto es que bajo este contexto, la acción de Ecopetrol en Wall Street cayó por el orden del 12 %.
¿Cómo entender esta caída y su impacto en las finanzas y el valor de la petrolera? Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes y de la Maestría en Ingeniería de Petróleos, explicó que la caída tiene dos variables. Por una parte, las declaraciones de Roa Barragán, y por el otro, el inicio del período exdividendos para inversionistas, con un aporte del 7 % a esa reducción.
En los cálculos de Cabrales, la tendencia negativa en el mercado bursátil le costó a Ecopetrol en su valor de acciones unos $6,2 billones.
Para ver la magnitud del impacto de esta coyuntura, Cabrales recordó que Ecopetrol le dejó al país $42,4 billones en 2022 en dividendos, regalías e impuestos, lo que equivale a $840.000 para cada uno de los 50 millones de colombianos.
La acción de Ecopetrol se ubicó entonces en $2.235, es decir, su cotización más baja desde el 20 de diciembre del 2022. Por tanto, la capitalización de la compañía en bolsa pasó de $98,1 billones a $91,9 billones. Esto es el equivalente a una desvalorización bursátil de $6,2 billones, como precisó Cabrales.
Ecopetrol fue la petrolera que más perdió en bolsa
Hay que tener en cuenta que, al inicio de la semana pasada, en las bolsas internacionales se vio que otras acciones petroleras registraron pérdidas, aunque mucho menores de las que vivió Ecopetrol en Colombia. Todo esto fue presionado por la caída de los precios para los contratos futuros del crudo y nuevos temores de desaceleración mundial.
Pero, en el caso de la petrolera colombiana, a esos factores internacionales se sumaron los hechos internos que hicieron que su título tuviera una desvalorización acelerada tres veces mayor que la petrolera Shell.
“Si sumamos las pérdidas de Ecopetrol desde el inicio de este Gobierno, estas equivalen a media reforma tributaria... Se puede concluir que la acción de Ecopetrol ha tenido el peor comportamiento frente a sus pares”, remarcó el docente.
Subir la producción con lo que hay: no es tan fácil
Cabrales también explicó lo que dijo Roa sobre los recobros. Esto hace referencia a aumentar la producción con lo que hay, es decir, sacar más hidrocarburos en los pozos o sacar todo.
“De todo lo que hay en el subsuelo colombiano, por su geología, solamente se puede extraer máximo el 18 % de barriles promedio a nivel nacional. Lo que quiere Roa es subirle un poco más a ese promedio. Eso no es fácil y toca hacer trabajos especializados en pozos maduros para extraer al máximo su reservorio”.
Insistió que estas declaraciones no cayeron bien entre los inversionistas y les genera más miedo.
Francisco Lloreda, presidente de ACP
Para Francisco Lloreda, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), los recientes anuncios del presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, “hay que entenderlos bajo el contexto de que este Gobierno, desde el año pasado, ha señalado que no se suscribirán nuevos contratos de exploración en el país y que se adelantará un monitoreo en los contratos existentes para examinar la posibilidad de suscribirlos”.
Luego en declaración conjunta de los ministros de Hacienda, Minas y Comercio, hace un mes, se presentó la estrategia de transición energética, para contar qué pasará con los combustibles fósiles y la sostenibilidad fiscal del país. “Debe entenderse que la idea de una transición a las carreras estaría por fuera de toda consideración en estas condiciones”.
Entonces, dijo Lloreda, “creo que las declaraciones (de Ricardo Roa) no son novedosas porque hacen parte de la postura de este Gobierno. Pero, Colombia, reitero, necesita del petróleo y el gas, y los necesitará por muchas décadas. El país tiene estos hidrocarburos y tendría poco sentido no desarrollar sus propios recursos para terminar dependiendo de otros países”.
De ahí la importancia de “cuidar la competitividad del país, de cuidar a Ecopetrol, de lograr que haya inversión en la industria”, por eso dijo que les preocupó “cuando vimos que, para el programa de inversión de este año, hay una reducción de los privados en la actividad exploratoria de alrededor del 30 %, vacío que terminará llenando Ecopetrol, que invertirá más en exploración”, lo que se sumaría a sus inversiones costa afuera en el Caribe colombiano.
Agregó que “es necesario continuar desarrollando los recursos con los que contamos... de lo contrario, no solo se pondría en riesgo la seguridad energética del país, sino que perderíamos la autosuficiencia. Eso sería inadmisible y nadie lo entendería”.
Consideró que Roa Barragán no ha entendido la dirección en la que van las petroleras del mundo, que se mueven hacia ser más limpias y con bajas emisiones en su producción, pero ninguna dejará de explorar y extraer hidrocarburos.
Recalcó que el impacto de estas declaraciones se verá más adelante en el plano fiscal, ya que Ecopetrol le gira al Gobierno billones de pesos para sus inversiones de programas sociales, educación y salud, y sin esa fuente de ingresos, ¿con qué la reemplazarán?, preguntó Cabrales.
El experto agregó que en la actualidad las fuentes alternativas como la eólica y la solar, en sus primeros cinco años, tienen excepciones en pagos de impuestos y regalías. “Si se deja de explorar (petróleo y gas), es dejar a la deriva esta fuente fiscal. Hay que apostarle a la exploración porque es un proceso difícil, el promedio de efectividad en Colombia es del 25 %, es decir, de cuatro pozos solo sale uno efectivo”, enfatizó Cabrales.
Actuar en consecuencia
Entre los primeros en reaccionar a las afirmaciones de Roa fue Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, quien estima que el nuevo presidente de Ecopetrol asumirá el compromiso de no matar a ‘la gallina de los huevos de oro’, para que siga siendo ‘la joya de la corona’ del país.
“Roa debe ser más consciente de que Ecopetrol es la principal fuente generadora de recursos, tanto para la financiación del Estado como para la generación de divisas. Espero que él entienda esta realidad y actúe en consecuencia”, sostuvo el exministro.
Acosta invitó tanto a Roa como a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, a tomar decisiones de acuerdo con el reporte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), sobre el balance de reservas, que se entregará en mayo, para tomar una decisión firme. “Así que guardo la esperanza de que ya en mayo, cuando se dé a conocer el informe, tengamos certeza”.
Ecopetrol y la transición energética
Para el exministro, la transición energética en Colombia se debe hacer de manera gradual y ordenada, y debe partir de la base de que, según la Agencia Internacional de Energía, la curva de demanda del petróleo empezará a aplanarse hasta 2030, y Ecopetrol debe ser el principal jugador del sector en Colombia.
“Hacia 2050 es cuando el mundo va a estar consumiendo 50 millones de barriles de crudo, de manera que alguien tendrá que suministrar esos volúmenes. Colombia tampoco puede, de forma prematura, renunciar al petróleo”, dijo Acosta.
Para el exministro, solamente en la misma medida en que se vaya avanzando en energías renovables no convencionales y se vaya generando reconversión laboral es posible hacer una transición que no sea caótica.
“Hay estudios que indican que esto costaría 20.000 millones de dólares anuales. Desde luego no son inversiones que hará el Estado, gran parte de esta inversión la harían los privados”. Y en su opinión, para que el proceso sea organizado, debe haber claridad.
“El Estado debe hacer lo conveniente para que las empresas no se atemoricen. La única forma de lograrlo es siendo claros respecto a su política y evitando que se den declaraciones en uno y otro sentido. Las señales (hasta el momento) no han sido claras y deben serlo”, remató Acosta.
Archivo / VANGUARDIA La Refinería de Barrancabermeja cumplió recientemente 101 años y desde entonces ha sido uno de los polos del desarrollo de Santander y de todo el país.
Valor de la compañía
Para entender la pérdida de valor de la compañía, Diego Palencia, analista financiero y vicepresidente de investigación de Solidus Capital, explicó que los negocios de exploración y explotación son operaciones complejas y muy riesgosas. Por eso, pocas empresas a nivel mundial los ejecutan, teniendo en cuenta que, de 10 pozos exploratorios, solo uno o dos son exitosos.
“No es lógico y no tiene sentido común pretender saltarse la experiencia y conocimiento de las empresas expertas del sector de exploración, bloqueando sus contratos. Es un costo estratégico elevado que, no solo pone en riesgo las finanzas públicas de Colombia, sino que pone en riesgo las relaciones geopolíticas y nuestra estabilidad institucional”, precisó Palencia.
Insistió en que la principal empresa colombiana es Ecopetrol y navega a la deriva de estos eventos improvisados y sin responsabilidad, que causarán efectos negativos en las finanzas corporativas de Colombia. “Esta improvisación nos costará a todos los colombianos recursos y lágrimas”, concluyó el experto.
¿Qué dicen los académicos?
Luis Jaimes Reatiga, director de la Especialización en Energía de la Unab, aseguró que “hay una especie de contraposición entre lo que dice Roa y lo que afirma Ricardo Bonilla, nuevo Minhacienda. Además, las afirmaciones del presidente de Ecopetrol van en línea con lo dicho por la ministra Vélez: la no exploración y, si el consumo energético supera la capacidad en el país, se traería gas de Venezuela.
“Como vimos, esto generó pérdidas en el valor de la compañía en sus acciones y pone en ‘tela de juicio’ nuestra seguridad energética. Al parecer, Roa no entiende este riesgo, que nuestro país no es seguro energéticamente”.
Reátiga cuestionó que Roa pretenda que el hidrógeno sea el nuevo jugador energético en el país, el que soporte lo faltante y sea parte de la transición. Pero, “desde lo real y técnico, Colombia tiene mucho camino por recorrer para que ese hidrógeno sea importante en la canasta energética y sea realmente efectivo. No lo veo tan cercano en un horizonte de 5 o 10 años”.
Además, hay que recordar que estamos próximos a experimentar un fenómeno de El Niño, que pondrá en riesgo nuestra seguridad energética. Bajo este panorama, “no vemos tan cerca esos reemplazos que pontifica el Gobierno, nuestra canasta energética actual se soporta con las térmicas para esta coyuntura de sequía, cuando (el nivel de) las hidroeléctricas bajan, y ahora el Gobierno quiere importar gas”.
Por su parte, Óscar Vanegas, profesor de la Escuela de Ingeniería de Petróleos de la UIS, aclaró que “Ecopetrol no firma contratos de exploración y producción desde el 1 de enero de 2004, por mandato de la ley 1760 de 2003. Y la administración del subsuelo y la facultad para adjudicar áreas y firmar contratos es la Agencia Nacional de Hidrocarburos”.
Lo que sí puede, como cualquier empresa petrolera, es solicitar áreas a la ANH o participar en convocatorias, rondas o licitaciones abiertas por la ANH, quien es el único facultado para tal fin. Por tanto, dice Vanegas, “las declaraciones de Ricardo Roa son desafortunadas y son producto de su desconocimiento de la política petrolera colombiana... una cosa es firmar y otra es adjudicar contratos. Eso es lo que Roa no aclara, puede firmar, pero como contratista de la ANH. Entonces, sus declaraciones son imprecisas, inapropiadas y desafortunadas”.
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