PAOLA ESTEBAN

Que las mujeres somos de Venus y ellos de Marte, que se necesita una bolita mágica para saber qué piensan ellas cuando están molestas, que no hay forma de comprenderlas, que nada les parece bien, suelen ser parte de los argumentos que utilizan los hombres cuando se refieren al temperamento y forma de actuar de sus parejas.

Y es que para muchos resulta toda una hazaña entenderlas, precisamente si la embarraron. Una metida de pata les resulta muy costosa pues en el momento de acercarse para ofrecer disculpas, para arrepentirse, no saben cómo actuar.

Lo más probable es que ellas digan frases tan comunes como un tajante “lárgate” o “no te quiero volver a ver”, “desaparécete de mi vida”, entre otras cosas.

Pero lo que no saben muchos hombres es que detrás de esas peticiones, lo que ellas buscan es su arrepentimiento, que peleen por ese amor, que demuestren por cielo y tierra que no quieren perderlas, que fallaron, que son unos tontos y que no saben cómo hicieron eso y las lastimaron.

Y resulta bastante complejo, pues muchos hombres no descifran esas señales escondidas detrás de frases tajantes, y sencillamente se van, se pierden, se hacen invisibles.

Así que les presentamos un pequeño listado a ellos, para que les resulte más fácil dar a entender que están arrepentidos, tras una metida de pata.

TRAS UN ARREPENTIMIENTO SINCERO
Una mujer siempre buscará en el otro, tras una metida de pata, su verdadera intención de resarcir el daño, buscará un cambio radical, un compromiso efectivo, que él dé todo por salvar la relación y demostrarle a ella que es lo mejor que le ha pasado en la vida y que no quiere perderla.
Lo que no se puede es decirle a cada hombre qué hacer para lograr el perdón y la forma de recuperar a su pareja. Pero sí debe tener en cuenta las siguientes indicaciones hechas por expertas consultadas:
1. Básese siempre en la verdad.
2. Asuma una posición de madurez emocional.
3. Hágale entender a su pareja que usted falló, que se siente mal y que no está cayendo en un juego repetitivo de disculpas y fallas, fallas y disculpas.
4. Demuéstrele que las palabras son sinceras y de igual forma serán los compromisos adquiridos con ella.
5. Concéntrese en cumplir con ese cambio sincero y real.

Preguntas y respuestas
Sonia Pacheco Rojas
Psicóloga
¿Qué debe hacer un hombre que la embarró ante la primera solicitud de su pareja con un rotundo “no te quiero ver?
A los hombres les cuesta entender que una mujer no quiere eso, que el hecho de decir “no te soporto” es para ellas manifestar lo contrario. Su interpretación es “espero de ti mucho”. Es más como un espejismo, como una forma de llamar la atención, ella lo que busca es que él reflexione, su reconocimiento, que demuestre que falló. Ella seguramente quiere ver qué tan dispuesto está él a mejorar su situación.

De alguna forma es un mecanismo que tomamos para llamar la atención y generar presión psicológica y emocional frente a la pareja. Queremos que se esfuerce, que haga todo lo que crea para demostrar que falló y nos convenza de todo lo contrario.

Es más como buscar un sacudón en ellos, pues las mujeres no somos tan radicales en esa parte.
¿Qué errores no deben cometer los hombres en ese proceso de arrepentimiento?
Un error muy grave es hacer lo que ella le está pidiendo, que se vaya, que desaparezca, pues eso es señal para la mujer de que no le importa nada a su esposo o novio. Sin embargo para ellos la solicitud de irse es interpretada como eso, como un espacio para que ella se calme y se aleje la ira.

Pero el hombre debe tener la capacidad de entender, no solo de escucharla, sino de entenderla en todo su conjunto.
Un hombre no puede volverse frío y retirarse, pues él sabe que la mujer tiene su lado débil y que esas cosas bonitas no tan de forma, sino de detalles sencillos, de situaciones específicas, hacen que ella se desarme fácilmente. El simple hecho de reconocerle que falló y mostrar otra intención de mejorar disminuye la tensión y se bajan los ánimos.
El hombre debe saber qué le gusta a su pareja, y utilizarlo como estrategia para mejorar la situación.

LISTA

Mujeres: cuidado con eso juego de palabras
Es cierto que las mujeres buscan poner a prueba la capacidad de arrepentimiento de su pareja. Pero siempre es importante que midan lo que dicen, que piensen la solicitud que desean, y que sea de corazón y no de dientes para afuera. Pues es probable que pidan que el otro desaparezca de sus vidas, y encuentren ese resultado.
Así lo explicó la psicóloga Sonia Pacheco Rojas, quien invitó a  las mujeres a ser más reflexivas y no dejar todo a la adivinación de ellos:

1 Recuerde que irse a los extremos en una discusión puede ser desfavorable.
 
2¿Hasta qué punto está utilizando las palabras correctas para hacer presión hacia su compañero? ¿De qué forma está diciendo lo que quiere? ¿Cómo las está manifestando?

3 No olvide que las percepciones son diferentes respecto a lo que se dice y lo que se hace. Usted puede estar esperando que él lo interprete de una forma y puede darse otro resultado y voltearse las cartas.

4 Tenga en cuenta que la clave está en una buena comunicación. De no ejercer un diálogo sincero puede darse el caso de que se dañe la relación y no haya espacio para la reconquista, pues así usted lo pidió.

5 No diga las cosas sin pensarlas, pues eso puede ser tan contraproducente que lleve a la mujer a la crisis emocional.


Preguntas y respuestas
Oveida Rosales Martínez
Terapeuta de Familia
¿Qué decir respecto a las relaciones en la que la mujer asume una postura de “vete”, tras una metida de pata y él no sabe cómo actuar, si irse o quedarse?
Todo se basa en la forma como se haya construido la relación. Si se construyó una relación donde hay alguien que tiene manejo de poder sobre el otro, o donde uno actúa como papá y otro como hijo, las metidas de pata suelen dar grandes problemas.

¿Cuál debe ser la forma más sana de solucionar una metida de pata en pareja?
Se debe empezar por construir una relación adulta, con adultos, no con actitudes de niños. En esa relación madura debe haber una comunicación abierta, no acertijos por descifrar. La persona que falló, en este caso el hombre, debe asumir que metió la pata y reparar, porque no es solamente decir “siento que fallé” y esperar que la esposa acepte y ya.

Cuando se mete la pata hay dos procesos que deben ser maduros y responsables: El primero, asumir la culpa; el segundo, acudir a los actos reparatorios, que no basta con decir “no era mi intención” sino dar algo más, llegar a la ley del equilibrio. Es hacerle ver a la persona que recibió el agravio, que se puede dar un poco más.

¿Cuál debe ser la actitud de la esposa cuando recibe las disculpas y el compromiso por parte de la pareja, tras la metida de pata?
Debe hacer el reclamo, es lógico que la mujer sienta rabia, pero no puede pasarse. Quizá muestre su molestia, pero también debe aceptar el nivel de compensación del otro.

Lo que no puede hacer es perdonar y abrir cada vez que puede el memorial de cosas que hizo en el pasado su esposo. Lo importante es construir relaciones sanas en las que se maneje relación de mutuo respeto, de reconocimiento del otro, de hacerlo tan válido como yo. Es aceptar al otro con sus diferencias y tener como premisa el respeto.
Si se escucha a la pareja, seguro la mujer se irá más tranquila a su trabajo, se sentirá plena, porque sabe que su pareja está dando también lo suyo a favor de la relación.

¿Qué errores no se deben cometer?
Que el esposo crea que él tiene la autorización para hacer lo que quiere, producto de la cultura machista y que la mujer no. Eso lo llevará a creer que no tiene la culpa y a no realizar un proceso reparador tras el daño realizado.
También, de parte de la mujer, perdonar supuestamente, pero ser estratega, y desquitarse con el tiempo, o terminar haciendo lo mismo que el esposo.

Otro error es el de la asimetría, creer que uno de los dos tiene una posición superior y el otro una posición inferior. De ninguna forma, lo anterior no es funcional.

La relación no se da sino que se construye día a día, con el esfuerzo consensuado, con acuerdos de los dos, en donde cada uno es reconocido como alguien distinto, en sus diferencias, y se ama de manera libre.