Desde el primer momento en que Amazon puso a la venta su propia tableta, la atención de todos, en Estados Unidos y en todo el mundo, se centró en dos aspectos distintos, pero íntimamente relacionados: qué tan competitiva sería tecnológicamente hablando la nueva tableta y qué tanto mercado lograría cautivar.
Obviamente, desde el primer instante los expertos, los usuarios y los analistas de mercado estuvieron muy dispuestos a hacer sus comentarios, cada uno desde su experiencia y, por ahora el balance mantiene un gran interés en el debate.
La apuesta inicial
En primer lugar se vio la determinación de Amazon por competir con toda la fortaleza posible y hacer una audaz puesta en escena de su tableta con un precio significativamente inferior a su rival que le generó buenos resultados, porque le dio entrada inmediata en la competencia, y sus ventas comenzaron a muy buen ritmo.
En Estados Unidos el Kindle Fire se puso en las vitrinas con un precio de 199 dólares, lo que equivale a decir que se lanzó 300 dólares por debajo del más económico iPad2 que Apple sacó al mercado por 499 dólares, sin contar con que el más caro es de 799 dólares.
Pero, así como el menor precio daría una ventaja inicial a Amazon, el riesgo que corrían era el de vivir un idilio muy corto con los clientes de tabletas, porque si no lograba un posicionamiento rápido y unas ventas sostenidas, se iba a hacer muy notorio el hecho de que la tecnología Apple era tan superior que incluso pagando mucho más, los usuarios prefieren el iPad2.
Centavo a centavo
Y, efectivamente, analistas, usuarios y expertos han hecho las comparaciones pulgada a pulgada, es decir, que el dispositivo de Amazon tiene pantalla a color de 7 pulgadas, mientras el iPad 2 la tiene de 9.7 pulgadas; en cuanto al peso, el Kindle Fire tiene 413 gramos, mientras que el iPad 2 fluctúa entre los 603 y 612 gramos; en lo que tiene que ver con la conectividad, que suele ser un determinante factor de compra, el iPad2 ofrece la posibilidad de conexión 3G, mientras que la tableta de Amazon solo tiene la posibilidad del WiFi.
Ahora, los expertos aseguran que ahí es donde está el punto débil de Amazon y la razón por la que pudo salir al mercado con una oferta tan económica, a la que pudo llegar por haberse ahorrado la antena y los componentes para el 3G, lo que, en términos de producción tiene un importante impacto sobre el valor final del equipo.
Otra rebaja de costos que a mediano plazo le puede ‘costar caro’ a Amazon, es la de la falta de cámara en su equipo, mientras que Apple instaló un par de ellas en su iPad2, algo que aparentemente lo hace menos competitivo centavo a centavo, pero que en el mundo real logra hacer que muchos prefieran pagar el precio y preferirlo sobre el Kindle Fire. Y quedaría faltando por analizar la potencia, la memoria, la batería, en las que Apple sale ganador.
El primer perseguidor
De todas maneras, Kindle Fire está ganándose un merecido segundo lugar y, tal como se dijo alguna vez de Juan Pablo Montoya en la Fórmula 1 en tiempos del inalcanzable equipo Ferrari de Schummacher y Barriquelo, es el mejor de los demás, pues en el último trimestre del año pasado alcanzó a quedarse con el 14 por ciento del mercado de las tabletas, mientras que en el mismo período Apple tuvo un pequeño descenso de 7 puntos porcentuales.
Un ‘botón rojo’ contra el robo cibernético
Investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Swanson, de Pittsburgh, aseguran que han creado una solución eficaz para frenar el robo a las tarjetas de crédito, con un método tan sencillo como oprimir un simple botón.
Los investigadores hacen referencia a lo desconcertantemente fácil que es piratear “chips de identificación por radiofrecuencia” y “de campo cercano de comunicación”, instalados en las tarjetas de crédito. Son asuntos muy técnicos pero puede entender si lo asumimos como si fuera el botón que activa las tarjetas cuando quedan habilitadas para hacer un pago.
Lagunas tecnológicas
Algo que puede preocupar a cualquiera que use estas tarjetas es que los expertos reconocen que aún existen ciertas “lagunas tecnológicas” en cuanto a sus sistemas de seguridad y estas han perdurado tanto en el tiempo, que la manera de violar esos sistemas ya se enseña con videos de YouTube y los programas para ‘hackearlas’ se ofrecen en línea.
Los mismos expertos en temas de seguridad han dicho que han sido varios los sistemas que se han creado a lo largo de los últimos años, para hacer que las tarjetas de crédito vuelvan a ser elementos tecnológicamente tan seguros como una caja fuerte, y sin embargo, todos han terminado penetrados por otros expertos que descubren y divulgan la manera de violar esos sistemas.
Tarjeta con interruptor
Para simplificar los términos complejos en los que han venido trabajando, los investigadores de la Universidad en Pittsburg han resumido su proyecto diciendo que lo que intentan hacer equivale a construir una tarjeta de crédito con ‘interruptor’, tal cual, es decir que permite ponerla en estado prendido o apagado.
Ahora bien, tanto el modo ‘on’ como el modo ‘off’ se van a definir de manera inteligente en la tarjeta, mediante una lectura muy sencilla: si la tarjeta entra en contacto con un área específica, legítima de lectura para hacer un pago, podrá ser activada, pero una vez se pierde ese contacto, la tarjeta entra en el modo ‘off’ y se hace ilegible para los ladrones que usan los scáneres portátiles con los que se roban la información que la hacen totalmente vulnerable.
Además de las tarjetas de crédito, los chips RFID se utilizan en las farmacias, gastos de envío, seguimiento, e incluso los pasaportes (que utilizan los chips RFID activos).
Indudablemente existe una rivalidad que ha acaparado la atención tanto del mundo de la tecnología como de mercados y es la que se da entre Kindle Fire y iPad2, aunque, por ahora, la ventaja siempre sea de Apple.
Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ
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