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La problemática del suministro de agua en Ibagué trasciende y afecta los sectores económicos, visto que, puede convertirse de cara al futuro en una pérdida de competitividad que preocupa a varios ámbitos productivos.
Para el desarrollo industrial, del sector edificador y comercial, solo por mencionar algunos, el líquido es indispensable, sin la garantía de este servicio público la inversión se reciente y por ende la economía local.
Así pues, empieza a disminuir la confianza inversionista, se devalúa el patrimonio de los ciudadanos y se afecta la actividad comercial por la falta de un suministro constante. Aunque la problemática es focalizada, la preocupación subyace en que hay proyectos de vivienda que aún no se han construido, asimismo, queda entredicho las posibilidades de nuevos desarrollos industriales.
Incertidumbre para los constructores
En los últimos cinco años la actividad edificadora de la ciudad ha crecido significativamente, muestra de ello es que durante 2021 se vendieron 10.394 viviendas en el Tolima, una cifra nunca antes vista. La mayor parte de esos apartamentos se comercializaron en Ibagué. La Vivienda de Interés Social (VIS) con 6.256 unidades vendidas determinó dicho comportamiento.
Ahora bien, las ventas del año corrido a corte de mayo de 2022 ascienden a 4.648 viviendas, lo cual representa un crecimiento de 14,9% respecto al año pasado. Asimismo, las iniciaciones -viviendas donde comenzó la etapa constructiva- aumentaron 30,4% y totalizan 2.572 unidades.
No obstante, en este Gobierno -2018 a 2022- en el departamento se asignaron más de 12.700 subsidios de vivienda, lo cual también ha impulsado la actividad.
Igualmente, en los primeros cinco meses del año se lanzaron 3.925 apartamentos, mientras la oferta en mayo era de 4.678 unidades.
Además, las proyecciones no son menores. De acuerdo con lo expresado en mayo pasado por Véliz Alfonso Mejía, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) Regional Tolima, en lo que resta de 2022 se daría la iniciación de cerca de 15.000 viviendas nuevas que se encuentran pre-vendidas. Entretanto, en el mediano plazo (2023 – 2024) comenzaría la etapa constructiva de unas 5.000 unidades adicionales.
Lea el especial completo sobre el agua en Ibagué acá: Dignidad, derechos y las 'aristas' sociales de la crisis del agua.
Estos datos reflejan la dinámica del sector, con una oferta robusta, ventas que continúan creciendo y cientos de viviendas en etapa de construcción. De ahí que, los constructores sean los más preocupados con la crisis del agua, como sea que los proyectos tienen licencias, pero actualmente ‘asaltan’ las dudas sobre la garantía del servicio.
Los proyectos terminados incluso hace años y que no cuentan actualmente con el suministro regular del preciado líquido son una alerta para el sector, como lo es el caso de la Arboleda del Campestre, el más sonado de la ciudad. Asimismo, la Contraloría General de la República (CGR) advirtió en julio de 2021 que varios edificios se surtían de acueductos comunitarios.
En este sentido, también hay que tener en cuenta los planes parciales y zonales hacia el nororiente de la ciudad que todavía están en desarrollo, como lo son Picaleña y Cauchitos por un lado o Peralito, Perales y Santa Cruz en el sector del Parque Deportivo.
Incluso, la Administración municipal ha expresado su intención de promover la vivienda campestre en zonas de planificación rural.
Por esta razón, la competitividad de la ciudad con respecto al desarrollo de vivienda está en el centro de la polémica. En la discusión están los constructores, quienes estarían solicitando respuestas al Ibal, los curadores, que otorgan las licencias de construcción, y el mismo Municipio. Mientras tanto, en medio de la coyuntura quedan los inversores.
Sandra Forero, presidenta de Camacol Nacional, ya advertía en marzo de este año cuando visitó Ibagué, que el sector solo podría seguir siendo sostenible si las ciudades ofrecían calidad. “Primero, comprometernos con la planeación a largo plazo, eso nos permite tener equipamientos e infraestructura de servicios públicos y movilidad”.
Segundo, dijo que cuando se habilita suelo no se pueden cambiar las reglas de juego después, enfatizando que tenerlo con agua potable y saneamiento básico es lo mínimo.
DATO
En 2022 a corte de abril se licenciaron 245.618 m2 para construcción en Tolima, de los cuales 232.573 m2 se destinaron a vivienda. El área total licenciada disminuyó 18,3% respecto al mismo lapso de 2021.
DATO
5.000 unidades de vivienda aproximadamente empezarían a ser construidas entre 2023 y 2024 en Ibagué.
Lea el especial completo sobre el agua en Ibagué acá: Ibagué clama agua en medio de una débil proyección.
“Aquí (Ibagué) se han confundido un poco las responsabilidades, porque se da una disponibilidad de agua potable para un proyecto y después se pretende que sea el desarrollador el que garantice el suministro.
“Por tanto, necesitamos que las empresas de servicios públicos hagan parte de la planeación, y si no tienen las condiciones, entonces que se hagan a un lado y buscamos otros mecanismos o se abre espacio a más operadores, pero serios. No podemos caer en los errores de los acueductos comunitarios, que es un poco lo que estaba pasando en la región”, manifestó la dirigente gremial en su momento.
Un criterio de competitividad
En el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2021 Ibagué se ubicó en la posición 11 del ranking con un puntaje de 5,64, logrando escalar dos posiciones respecto a 2020. En el supilar infraestructura de servicios obtuvo una calificación de 6,66 y ocupó la posición 20 entre 32 capitales. Entretanto, en el indicador cobertura de acueducto alcanzó 4,26 puntos y quedó 22, mientras tanto, en cobertura de alcantarillado (5,15) se situó 19.
En los indicadores mencionados a las ciudades vecinas les fue mucho mejor, por ejemplo, Armenia tiene 10 puntos en cobertura de acueducto y alcantarillado, es la primera del país. Bogotá y Manizales superan la puntuación de nueve en ambos ítems, igualmente, Risaralda está por encima de Ibagué en estas mediciones.
En este sentido, Jorge Palomino, director de la Comisión Regional de Competitividad e Innovación (CRCI) del Tolima, comentó: “Este criterio (agua) habilitante genera un impacto sobre el ecosistema para generar negocios y atraer inversión. Claro, no es solo la competitividad sino también el bienestar de los ciudadanos”.
Y agregó: “En el proceso puede surgir desconfianza entre los empresarios que quieren invertir en el territorio, por ejemplo, si se quiere impulsar la industria agroalimentaria, es fundamental el suministro del agua”.
El Director de la CRCI manifestó que entre los ciudadanos también se empieza a generar una percepción negativa, la cual se refleja en la proliferación de enfermedades y “traumatismos” en los hogares.
“La problemática ejerce una presión sobre el comercio, y en restaurantes y hoteles frente a los turistas. El contar con un buen suministro y calidad de agua, que no sea de manera intermitente, es uno de los principales criterios de competitividad para la localización de empresas y comprar vivienda”, explicó Palomino.
Lea el especial completo sobre el agua en Ibagué acá: El problema del agua en Ibagué debe ser prioridad para candidatos en 2023.
En vilo el desarrollo
Desde otra mirada, Javier Díaz, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), indicó que la falta de agua es una variable que ha aquejado a Ibagué desde tiempo atrás.
El dirigente rememoró: “Recuerdo que con ocasión de la tragedia de Armero se estableció una ley de incentivos para que las inversiones se localizaran en Ibagué, pero, buena parte de esas empresas se fueron, manifestando que no tenían servicios públicos adecuados, particularmente agua potable”.
Por ello, acotó que es “imposible” pensar en el desarrollo económico de Ibagué como región si la Administración no garantiza el abastecimiento de agua, “mientras no resuelva esa falla no va a tener posibilidad de atraer inversión”.
“Se puede tener la mejor zona franca, los mejores parques industriales, pero el agua y la energía son fundamentales. No es solamente su abastecimiento en las cantidades requeridas por las diferentes actividades productivas, sino también que los precios sean competitivos, porque Ibagué se mide con ciudades que tienen alternativas más económicas”, finalizó Díaz.
Preocupación entre los comerciantes
Por su parte, Cristian Gutiérrez, director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) seccional Tolima, señaló que en el gremio existe preocupación ante la problemática, pues hay varios subsectores afectados. Así que, manifestó que es urgente trabajar en las posibles soluciones.
“Hemos hablado con algunos de los sectores afectados: la construcción, las inmobiliarias, bares y restaurantes que necesitan el agua para su funcionamiento, así como todo el comercio en general.
“Por eso propusimos una mesa con la Alcaldía para hablar de las alternativas que se pueden dar en el corto, mediano y largo plazo. Tenemos que buscar una solución definitiva a esta problemática que impacta nefastamente la competitividad de las empresas”, apostilló Gutiérrez.
Agregó que esta primera reunión no será la única, sino la primera de varios encuentros. “Necesitamos conocer que se está haciendo y qué tan grande es la afectación”, dijo el ejecutivo.
Además, comentó que hay dos sectores en crisis, “toda la zona de El Salado y la parte del Papayo, también un poco hacia El Poblado; empresarios de esas zonas se han manifestado por la falta de agua”.
Desconfianza inmobiliaria
En el gremio inmobiliario la sensación es que Ibagué puede perder confianza inversionista y estabilidad económica. César Quintero Varón, director ejecutivo de la Lonja de Propiedad Raíz del Tolima, dijo que ha faltado una presencia institucional que transmita tranquilidad, “que explique la coyuntura y su alcance, que diga cuánto tiempo estarán sin agua los inmuebles”.
“La cuestión con el sector inmobiliario escala a un punto donde en ciertos sectores incluso llegan aguas turbias, entonces los inmuebles comienzan a perder valor. A medida que pasa el tiempo y el asunto no se resuelve, la expectativa inmobiliaria frente a esos apartamentos empieza a caer, es un asunto de oferta y demanda”, aclaró Quintero.
No obstante, señaló que los compradores y arrendatarios siempre se inclinan por un inmueble que ofrece los servicios completos.
Entretanto, el Director expuso que el riesgo si la situación no se soluciona pronto, o por lo menos se genera confianza, “es que en el mediano plazo va a perder valor el patrimonio de las personas, no van a poder comercializar fácilmente una vivienda”.
Acerca de los trámites, indicó que otro de los interrogantes es “hasta qué punto las licencias de construcción deberían tener una pausa”, mientras se define el tema del suministro de agua.
En el informe Estadísticas de Licencias de Construcción (Elic) del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), se evidenció que en Tolima se licenciaron en los últimos doce meses con corte a abril 783.946 metros cuadrados (m2), de los cuales 715.127 m2 se destinaron para vivienda. El crecimiento del área total licenciada fue de 6,6%, y para el destino habitacional 2,5%, con respecto al periodo anterior.
Una vez más, los datos reflejan una actividad sostenida del sector, dado que, el área licenciada se concentra en Ibagué.
“El perímetro urbano va hasta donde llegan los servicios públicos; parece que en la planeación de la ciudad eso no es claro. ¿Está más extendida la zona urbana que la cobertura de servicios?, pues sería una contradicción”, indicó el ejecutivo.
Por esta razón, manifestó que se necesita un plan para dar tranquilidad a los inversores “y no generar una situación de angustia o pánico, porque desde que empezamos el año estamos padeciendo el problema”.
Al mismo tiempo, afirmó que la responsabilidad no se debe cargar sobre el privado, porque en muchos casos construyen plantas de tratamiento con recursos propios para suplir las deficiencias en el servicio.
“Hay que revisar los puntos críticos y trabajar mancomunadamente con los acueductos privados, también entran las curadurías, para evaluar hasta qué punto es conveniente seguir otorgando licencias’’, concluyó Varón.
DATO
Ibagué es la menos competitiva de las capitales del Eje Cafetero en cobertura de acueducto y alcantarillado.
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