EL NUEVO DÍA pudo hablar con habitantes del sector, quienes explicaron el complejo panorama que acaece en la zona, pues la vía neurálgica que conecta la vereda con el área urbana de Ibagué, presenta algunos deslizamientos que han imposibilitado el intercambio económico.

Así las cosas, muchos de los pobladores que sobreviven de las actividades agrícolas, han tenido que presenciar cómo sus cosechas se han echado a perder, puesto que es preferible que esto suceda, a arriesgarse a cruzar un camino que amenaza con arrastrarles por los barrancos.

“Nos toca tomar un caballo o por medio de motocicleta, pero, en todo caso, arriesgando nuestras vidas y los productos para pasar los derrumbes. En esos puntos críticos, el proceso es dispendioso, pues toca bajarnos, echarse al hombro los alimentos, cruzar, intentar pasar el animal y volver a seguir”, relató Arturo Ardila.

Don Arturo, nacido y criado por esas tierras, en cuya voz se siente el desgaste por el constante reclamo debido al estado de las vías, comenta como los productos lácteos de su finca únicamente han servido, en esta temporada, para alimentar a los animales.

“Yo tengo una ‘finquita’, pero nos toca revolver el queso y la leche para entregársela a los perros, pues no tenemos como bajar a la ciudad. Todo ese alimento era el que pensábamos vender, pero hoy solo significa pérdida para nosotros, pues tanto trabajo se queda en nada”, agregó.

Debido a todo lo anterior, Fredy Alfonso Cruz, presidente de la Junta de Acción Comunal, aseguró que cada vez son más los habitantes que prefieren abandonar la agricultura y dedicarse a otras actividades productivas, pues en coyunturas como estas, quienes se aventuran a transportar su mercancía por estas trochas, deben asumir altos fletes. 

En espera de acciones

Freddy comenta que hubo esperanza cuando en una visita realizada en octubre del 2022 en China Alta, el alcalde Hurtado se comprometió con los pobladores con la instalación de placas huellas y el suministro de maquinaria permanente, la cual permitiera hacerle frente a los estragos de la ola invernal.

“Vamos a pensar una inversión muy importante en materia de construcción de placas huellas a través de las Juntas de Acción Comunal; son alrededor de 100 veredas que se van a beneficiar”, dijo el alcalde.

Y agregó: “Ya compramos varias retroexcavadoras, motoniveladoras, una volqueta que fueron entregadas en el 2.020 para las 144 veredas y 17 corregimientos; en el 2021 nos aprobaron más recursos y estamos actualmente comprando esa maquinaria. La decisión que hemos tomado es que una retroexcavadora sea 100 por ciento para China Alta”.

Sin embargo, a la fecha, ninguna de las dos promesas se habría materializado en la zona, y de acuerdo con el presidente de la JAC, las soluciones tardarían un aproximado de dos meses en llegar. 

Según José Luis Moreno, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (e), el tema de la maquinaria amarilla aún está en proceso, no de compra, como aseguró el alcalde, sino de alquiler. “La maquinaria que nosotros tenemos les queda difícil operar allí, por lo que estamos haciendo un contrato de alquiler para mandar otras y mejorar ese tramo con el que existen muchos inconvenientes”.

Y agregó: La placa huella es parte de los convenios solidarios. En estos días vamos a empezar a radicar los primeros de ellos, empezando con esas zonas más críticas, en el que está Casebanco, Ambalá parte alta y China Alta, las cuales radicaron los papeles. Cabe la pena recordar que esos convenios son con la JAC, pero si ellos aportan materiales como arena o gravilla, se pueden optimizar los metros de placa huella por construir.

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