PUBLICIDAD
Una mujer que asesinó con un hacha a un carnicero en la plaza La 21 en el año 2000, luego de que este la intimidó con un cuchillo, la violó y la chantajeó con la seguridad de sus tres hijos, fue sentenciada a ocho años de prisión por homicidio; sin embargo, la Fiscalía apeló y en 2005 el Tribunal Superior de Ibagué la condenó a 28 años.
Según los familiares, a ella nunca le notificaron la decisión de segunda instancia, por lo que no pudo defenderse y solo hasta el 2022 se enteró de la condena cuando fue requerida y detenida en un retén de la Policía en carreteras del Tolima. Ahora buscan, a través de una tutela, que la Corte Suprema de Justicia revise el caso.
Actuó con ira e intenso dolor
Virgelina Aguiar Cifuentes es una tolimense que vive un viacrucis desde el jueves 3 de febrero de 2022 por cuenta del homicidio de un carnicero, ocurrido hace 23 años en la plaza La 21 de Ibagué. Corría el año 2000 y Virgelina tenía 19 años de edad, era madre soltera de tres hijos y vivía en San Antonio, al sur del Tolima. A raíz de la difícil situación económica que atravesaba en esa época, se vino para Ibagué junto a los niños y al llegar a esta ciudad, buscó la ayuda de José Virgilio Campos García, quien era familiar del padre de sus hijos y se desempeñaba como carnicero.
El trato que hicieron consistía en que la mujer se encargaría del aseo diario de un negocio denominado Venta de Carnes y Huevos Martínez, ubicado en la calle 21 entre carreras Cuarta Tamaná y Quinta, donde trabajaba José Virgilio junto a un ayudante, esto a cambio de comida y techo para ella y sus tres niños en ese mismo predio, donde el carnicero también tenía su residencia. Pero con el pasar de los días, la situación de la mujer en ese lugar se complicó debido a que fue víctima de acoso sexual por parte del matarife, quien le hizo comentarios inapropiados y en una ocasión la tocó sin su consentimiento mientras dormía junto a sus hijos.
La difícil situación de la mujer la obligó a continuar en dicho lugar a pesar del acoso y la agresión de su arrendador, hasta la tarde del jueves 20 de julio del 2000, cuando este le pidió que salieran a un bar junto a su ayudante Willinton Vanegas. En un principio ella se negó, pero ante la insistencia del hombre y la promesa de que la madre del ayudante cuidaría de los niños mientras estaban por fuera, Virgelina accedió y ese día los tres fueron a Monteblanco, un establecimiento ubicado en la calle 15 con carrera Tercera de Ibagué.
En Monteblanco estuvieron hasta las 8:00 p.m. y al salir, tomaron un taxi de regreso a la carnicería en La 21, pero en el camino Willinton se bajó del vehículo y Virgilio se negó a decirle a Virgelina donde estaban durmiendo los niños, argumentando que “no eran sus hijos y que no eran su problema” y que al día siguiente irían a recogerlos. Al llegar a la casa, el sujeto aprovechó que estaban solos y la acosó de nuevo, la presionó para que tuvieran relaciones sexuales a cambio de revelar el paradero de los menores y la amenazó con un cuchillo del negocio.
Virgelina tuvo que estar con el carnicero por obligación y después de eso, ella le insistió que le dijera donde se encontraban sus hijos, pero el hombre se negó y le pidió que se acostara de nuevo con él para darle dicha información. “Entonces ahí fue donde yo le dije: “espere me levanto tantico. Sabe que sí, yo con usted voy a estar hasta la muerte”. Y en ese momento, como encima del congelador dejaban los cuchillos y estaba el hacha, y yo al levantarme y al ver que él me había amenazado y no me quería decir donde estaban mis hijos, cogí el hacha y perdí el control. No sé qué hice”, relató Virgelina en su declaración.
Después de eso, ella salió y se sentó en el andén del negocio hasta que pasó una patrulla de la Policía y les confesó el hecho, por lo cual se la llevaron detenida. Un año después fue condenada por el Juzgado Sexto Penal del Circuito de Ibagué a ocho años y cuatro meses de prisión por homicidio simple, teniendo en cuenta que actuó bajo ira e intenso dolor.
La decisión que le cambió la vida
Pero la Fiscalía y la Procuraduría no estuvieron de acuerdo con el Juzgado y apelaron la decisión. En segunda instancia, el Tribunal Superior de Ibagué, por principio de favorabilidad, le concedió la libertad a Virgelina en octubre de 2003, cuando ya llevaba dos años y tres meses en prisión; sin embargo, en junio de 2005 el mismo Tribunal revocó la absolución y la condenó a 28 años de cárcel por homicidio agravado, argumentando, entre otras cosas, que el día de los hechos ella puso en estado de indefensión a la víctima. Asimismo, desestimó la violación como causa principal del actuar de la mujer.
Pero según el relato de Virgelina, la justicia nunca le notificó de manera personal de la condena en segunda instancia en su contra, esto a pesar de que cuando quedó libre en octubre de 2003, le informó por escrito su dirección y teléfono al Tribunal. Sin embargo, en ese domicilio nunca recibieron documento o llamada alguna, por lo que ella rehizo su vida, conoció a su esposo y se fue a vivir junto a sus tres hijos a Purificación. Tras 19 años en libertad y trabajando en labores del campo, Virgelina fue requerida en un retén en febrero de 2022 por la Policía y desde esa fecha permanece recluida en la cárcel de Picaleña, pagando la condena de 28 años.
La situación de Virgelina llevó a que sus tres hijos buscaran ayuda de varios abogados, pero estos les dijeron en un principio que ya no había nada que hacer debido a que el plazo para interponer algún recurso legal venció hace varios años. Ellos insistieron y acudieron a la ONG Temblores, donde una abogada les ayudó a interponer una tutela con el fin de solicitar que la justicia le ampare a su mamá los derechos fundamentales a un debido proceso, pues aseguran, se hizo una notificación indebida de la sentencia condenatoria. Asimismo, pedirán revisar si la decisión del Tribunal fue tomada con equidad de género.
Ingrith Aguiar, hija de Virgelina, dialogó con Q’HUBO y compartió una carta donde cuenta parte de las vivencias con su mamá durante este tiempo:
“Desde el año pasado ha sido una etapa muy fuerte para nosotros, porque sentimos como por segunda vez la vida nos separa de ella. En lo personal, siento que no he podido disfrutar de ella y brindarle todo lo que se merece por ser tan buena mamá. No quiero justificar sus acciones, pero en posición de mujer siento que nadie está preparado para reacción frente a una situación de acoso sexual o como es este caso, una violación”.
Ahora Virgelina y su familia se encuentran a la espera de que la Corte Suprema de Justicia se pronuncie sobre la tutela y ampare los derechos de esta mujer que según lo relatado, actuó con ira e intenso dolor cuando le ocasionó la muerte al carnicero.
Comentarios