la previsión es ya un factor determinante en la administración pública, la gerencia privada y la toma de decisiones en los altos niveles de la sociedad; ello, acompañado, por supuesto, de la ciencia de la prospectiva.
Para poder tener previsión es necesario tener en cuenta escenarios, es decir, aquella recreación de un momento histórico, con actores, características, los lugares, variables y objetos que puedan tener preponderancia dentro del mismo.
El propósito de estos es sin duda alguna permitir al público, a quien los ve, observar, interpretar lo que allí pasa y sacar sus propias conclusiones sobre lo presentado.
Es una especie de hipótesis puesta para la visibilización de todos, a partir de informaciones sobre el pasado, datos sobre las tendencias y aquello que fue y aún sigue siendo en el presente que muestra señales de algo relevante o que por alguna circunstancia se mantiene en el tiempo.
¿Pero para qué construir escenarios y cuál ha sido y es su importancia? La experta Guillermina Baena Paz, de la Unam de México, con quien tuve la oportunidad de dialogar lo expresa de manera muy contundente: “En un mundo con las características del actual, donde la complejidad entreteje la incertidumbre de manera más densa, donde la velocidad de los cambios y los eventos inesperados se vuelven cada vez más frecuentes, es urgente tener una visión de futuro que permita tomar las previsiones necesarias, estar alertas y preparados para enfrentar lo que vendrá”.
Por eso, tres preguntas importantes para hacerse frente al futuro son: ¿Qué está pasando? ¿qué podría pasar? ¿qué vamos a hacer si pasa? O como los expertos dicen para dar caché al asunto: la diagnosis, la prognosis y el pronóstico.
Por eso, son las tendencias tan cruciales para los escenarios, porque con ellas sabremos qué prevalecerá, qué fuerzas generarán el cambio, cuáles serán dominantes y cuáles son emergentes y serán determinantes en la vida política, jurídica, administrativa o económica de cada cual.
Con las tendencias escogeremos el escenario deseable para trabajar en el, debido a que pasaremos del “esto no puede suceder” al “qué vamos a hacer si pasa”, cuando pasemos de mirarnos el ombligo del presente y accionemos hacia el futuro.
Se trata, dicen los expertos, de enfrentar el futuro y prevenirnos ante él. Es esa sola concepción la que permite cambiar de actitud y de ver con más claridad las cosas.
“No hay mitos de invulnerabilidad, si antes pensábamos que a nosotros no nos pasaba nada, en un mundo cambiante y turbulento, ahora nos damos cuenta que puede pasarnos todo.
“Así, en los escenarios se desarrolla el arte de lo imposible o el arte de todos los posibles. Recordemos que todos los escenarios son posibles y dentro de ellos hay escenarios deseables y probables”, señala con vehemencia la doctora Guillermina.
Es hora entonces que comience el cambio en nuestro y país y departamento frente a esta nueva manera de afrontar la vida, con la prospectiva, que es una manera de ver el futuro a largo plazo, de saber que en la historia real y verdadera del mundo eso de solo hay que trabajar y trabajar, nunca fue cierto si no se tiene claro el futuro a mediano y largo plazo en el cual se quiere estar.
Por ejemplo, esclavos e indígenas siempre trabajaron y trabajaron más que nadie, y nunca obtuvieron la libertad hasta el día en que uno de ellos pensó y soñó en su futuro a largo plazo.
No cabe duda que en el mundo de hoy, especialmente en América latina - porque en EE.UU. y Europa es parte de sus procesos de planeación y planifican el desarrollo-
Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN-
Comentarios