Por supuesto, la novela es ficción y no todo lo que dicen y hacen los personajes es rigurosamente cierto, lo cual se da sólo en la medida en que ayuden a la conformación de ese universo ficticio, que se parece tanto a la realidad, que termina siendo aceptado como tal. Y es una cualidad del escritor lograrlo.
Esa misma labor de albacea de la historia que se da en la ficción es la que Camilo Pérez Salamanca realiza todos los días con tanta entrega y dedicación que sus libros ya son de obligada consulta para quien quiera recuperar la memoria de la ciudad.
O sea que entre mi personaje ficticio y el que camina por las calles de la ciudad median muy pocas diferencias, casi ninguna, y tanto Ibagué como el Tolima y como yo le debemos la conservación de la historia de la ciudad.
Títulos como “Inquilinos del novecientos”, “Para cantarle al olvido” y “Héroes sin pedestal”, que hacen parte de “El Quinteto de Ibagué” con el cual Camilo aspira a redondear el siglo XX sobre la ciudad, son muestra fehaciente de su preocupación intelectual y su dedicación a conservar los acontecimientos que sumados son la historia regional.
Ahora Camilo nos sorprende con un nuevo título, “Los apólogos de la identidad”, libro que es rico en informaciones, anécdotas, reflexiones y noticias, que son parte de la conformación espiritual de nuestra territorialidad.
Bello libro que el autor ha dividido en cuatro partes bien dicientes: En el primero “Los apólogos de la identidad”, nos habla de la tolimensidad, la ibaguereñidad, la paisanidad, la sanjuanidad y la folcloridad.
En el segundo, “Crónicas de la ciudad”, nos demuestra su acendrado amor a esta ciudad que es parte de sus entrañas; en el tercero, “Noticias de dos centurias”, nos encontramos con un bien documentado archivo de acontecimientos que arranca en el siglo XIX; y en el “Epílogo” culmina el libro con su declaración de amor a Ibagué. Hay que leer el libro para gozar de su prosa, cada día más cuidada y rigurosa.
Insólito que aún Camilo tenga que publicar el producto de sus investigaciones con el esfuerzo que implica desocupar el propio bolsillo para enriquecer el acerbo bibliográfico del Tolima, cuando debieran ser las instituciones, tal vez las que hablan mucho del compromiso social con la sociedad, las que aporten para su publicación y enriquezcan así las bibliotecas escolares y públicas del departamento.
Uno de los personajes principales de mi novela “Buen viaje, General”, es Camilo Pérez Salamanca. En ella funge de informador del narrador acerca de la historia nacional y de la región, le suministra documentos, anécdotas, datos y consejos y es un acucioso vigilante del desarrollo de los acontecimientos.
Credito
BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ
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