A Laureano Gómez se le endilga la frase “calumniad y calumniad, que de la calumnia algo queda”. Esta parece ser la bandera asumida por un candidato que dice tener las mejores propuestas para Ibagué, pero se dedica a inventar todo tipo de mentiras sobre su contendor. Por ejemplo, lo acusa de continuista; pero propone que Infibagué continúe siendo un banco de segundo piso, como es su función desde que lo fundaron, hace 3 gobiernos. Miente diciendo que encarna el cambio, y propone continuar con los laboratorios microempresariales del actual gobierno.

Miente cuando dice que ama profundamente al Deportes Tolima y que es su hincha furibundo, pero confiesa que su mayor orgullo es haber sido jugador de Millonarios en la primera B. Son falaces y sin fundamento sus palabras cuando acusa a su contendor de recibir dineros de Anglogold, para disimular su falta de diligencia en su paso por el gobierno nacional al permitirle a esa empresa avanzar en la exploración del oro de Cajamarca.

Este candidato dice que su trabajo ha sido tan destacado que hasta el alcalde de Ibagué lo condecoró por los servicios prestados a la ciudad. Pero a renglón seguido acusa a ese mandatario de dirigir un gobierno corrupto y despilfarrador. ¿Y por qué si este gobierno es tan corrupto no ha devuelto la medalla que le impusieron, como señal de coherencia política?

Volviendo a su propuesta del anticontinuismo, nombró como asesor de su campaña a un ex funcionario que ha trabajado en el gobierno desde la época de la doctora Carmen Inés Cruz hasta el del actual alcalde. Y ese funcionario, ofrece tener las soluciones que necesita la ciudad para subsanar los problemas del agua, pero fue a él, cuando dirigió esa empresa, a quien se le presentó la dificultad que padecemos que cuando llueve nos quedamos sin agua. ¿Y por qué no lo hizo cuando debía? En su equipo del cambio, nos muestra otro ex funcionario, que con  Jesús María Botero se encargó de la calidad educativa, un problema aun por resolver ¡Bonito cambio nos ofrecen!

Jurgen Habermas, filósofo alemán, reconocido en una encuesta entre los más importante periódicos del planeta, como el pensador más influyente del mundo, plantea como clave de la vida en sociedad para generar convivencia, la acción comunicativa. Una acción fundamentada en el respeto y que busca siempre el entendimiento. Cuando se pierde esta intención y se pretende manipular o controlar, se realizaría una acción estratégica o instrumental. Un buen político trabaja para entender y que lo entiendan.

El candidato en comento se precia de ser universitario. No se es universitario por haber cursado una carrera o haberse tomado una foto frente a la fachada de una universidad. Sino por estar imbuido de su espíritu. Si la política es el arte de convencer, lo invito a convencer a los ibaguereños con verdades, rectitudes y veracidades, demostrando inteligiblemente lo que sabe, las propuestas que dice tener, y no mintiendo, manipulando, calumniando, dándose aires que no tiene, poniéndose ropajes para simular ser mansa oveja y esconder intenciones de lobo…