Parodiando al dramaturgo norteamericano Edward Albee, quien escribió la famosa obra ¿Quién le teme a Virginia Wolff? uno se preguntaría viendo los acontecimientos políticos de la campaña a la alcaldía, ¿Por qué le temen a Toledo?
El dirigente máximo del partido Liberal, decidió que Toledo no reunía los requisitos exigidos por él para ser candidato. Alegó que si bien tenía experiencia no era la que él necesitaba. Entonces, movió los hilos para dejarlo fuera del partido.
Decidió que la consulta o era cerrada sin participación de nadie fuera del partido Liberal o no se hacía. No importó que en elecciones pasadas la consulta fuera abierta y que eso resultara en demostración de fortaleza del partido para ganar a la postre los comicios.
Cuando Toledo obtuvo el respaldo de Cambio Radical, enfilaron baterías contra él diciendo que era el candidato del continuismo. Además, que la baja popularidad del alcalde sería lastre insalvable que lo conduciría a la derrota. El Jefe liberal y candidato expresó en más de una ocasión que haría todo lo posible por atravesársele a Toledo.
Se sabe de reuniones entre los candidatos Guillermo Alfonso, Pompilio Avendaño y Rubén Darío para buscar fórmulas de alianza para cortarle el paso a Toledo. A los muchos liberales que no comulgaron con la práctica excluyente con que le impidió que fuera el candidato de su partido, ahora intentan obligarlos, con reglamentos y decretos, a que por disciplina dejen de acompañarlo y voten por el candidato oficial.
¿Si Toledo es un candidato sin respaldos, sin que le reconozcan méritos para ser el candidato oficial del partido Liberal, además, de provenir de una administración con bajos índices de popularidad en encuestas, cuál es el miedo?
¿Por qué los conciliábulos entre candidatos para impedir el avance de Toledo? ¿O es que han detectado su trabajo y reconocimiento ciudadano y quieren detener su ascenso electoral? ¿Si tanto respetan al pueblo al que le solicitan apoyo, por qué lo tratan de arrodillado, de vender su conciencia cuando respaldan a Toledo?
¿Si sus enconados rivales son avezados y curtidos políticos, por qué temerle si es inexperto? ¿Por qué todos con un palmarés envidiable, tratan de encontrarle debilidades y endilgarle faltas inexistentes? ¿Es racismo o exclusión por no provenir de noble cuna? ¿Por qué no se dedican a demostrar lo mucho que conocen los problemas de Ibagué y contar las intrépidas soluciones que tienen ya procesadas para aplicar si llegan a ganar?
¿O están rebuscando experiencias de otros lares para aplicarlas mecánicamente en la ciudad, olvidando que las particularidades de los problemas de una ciudad no se pueden homogenizar y hacerlas universales?
Seguimos esperando más propuestas, menos ataques personales, más demostraciones de conocimiento, humildad y compromiso real por Ibagué y sus gentes; menos individualismo y demagogia, más sensibilidad ciudadana. Menos agrandar las dificultades para tratar de mostrarse con salvadores.
A muchos nos gustaría escuchar cuál es la vocación que creen los candidatos que tiene la ciudad. Para una vez identificada articular las soluciones a ese eje movilizador que se vería expresado en sus planes de desarrollo…
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