Consuelo de tontos

Es el que le ofrecen las autoridades económicas y algunos analistas a los angustiados productores colombianos que ven erosionar su competitividad con la funesta revaluación del peso.

Ahora que el dólar ha vuelto a descolgarse, acercándose de nuevo a los $1.800 con una caída de casi $120 en menos de tres semanas, vuelven a decir que el dólar se está debilitando frente a la mayoría de las monedas del mundo, es decir, que es un mal de muchos.

Este consuelo de tontos no es tan cierto dependiendo del período que se mire. Es verdad que en lo corrido de este año el dólar se ha devaluado frente a muchas monedas (no todas, porque por ejemplo frente al euro se ha revaluado), pero si se mira respecto de hace un año, la situación es diferente.


Desde finales del 2010 la tasa de cambio ha subido (devaluación) en Brasil 8.3 por ciento en Chile 9.4 por ciento y en México 11.2 por ciento, mientras que en Colombia ha bajado (revaluación) 3.1 por ciento.


Pero más allá de las fluctuaciones temporales de las monedas, la pregunta relevante es si con la tasa de cambio actual los productos colombianos (diferentes a hidrocarburos y minerales) son competitivos en el mercado mundial, y también en el mercado doméstico frente a los productos importados.


Una forma no muy científica pero acertada de responder esta pregunta, es el “Índice de la hamburguesa” (Big Mac) que ha popularizado desde hace muchos años la revista The Economist.


La teoría dice que el precio de una Big Mac (que vale USD 4.20 en Estados Unidos) debería ser similar en todos los países al dividir el precio doméstico por la respectiva tasa de cambio. Si en un país la hamburguesa vale más es porque la moneda nacional está sobrevaluada y el país no es competitivo pues es más barato comprarla afuera. Lo contrario sucede si la hamburguesa vale menos, pues la moneda esta devaluada.


Según los cálculos recientes de The Economist, los países con las tasas de cambio menos competitivas son Noruega y Suiza, con una sobrevaluación del 60 por ciento, y Brasil con el 40 por ciento.


Colombia tiene el dudoso honor de estar en el grupo de estos países revaluados, aunque en menor escala porque la sobrevaluación del peso frente al dólar es sólo del 10 por ciento.


En el otro extremo, los países más competitivos son la India y China con tasas de cambio que están 61 y 42 por ciento por debajo de su nivel de equilibrio.


En América Latina el campeón de la competitividad cambiaria es México con un 35 por ciento de subvaloración, seguido de Perú con el 12 por ciento. Todos estos países pueden vender sus productos más baratos en el exterior y los productos importados les cuestan más.


Un ejercicio interesante que se puede hacer con el Índice Big Mac es medir la competitividad del peso colombiano ya no frente al dólar sino frente a las monedas de nuestros principales socios comerciales y de los países con los que tenemos que competir en los mercados internacionales. Los resultados son muy preocupantes.


Dentro de este grupo de países solo en Brasil el precio de la hamburguesa en más alto (un 18 por ciento) que en Colombia, frente a todos los demás países el peso colombiano estaría sobrevaluado en proporciones significativas: 10 por ciento con Japón, 14 por ciento con Chile, 16 por ciento con el Euro, 70 por ciento con México y un impresionante 90 por ciento con China. Con dos países con los que se están negociando TLCs (Corea y Turquía) la sobrevaloración del peso colombiano es de 44 por ciento y 30 por ciento respectivamente.


Fuera del Banco de la República, ¿alguien duda que estos grandes desbalances cambiarios son un incentivo para importar productos baratos de estos países, con todo el perjuicio para los productores nacionales y un obstáculo para exportar más?

Credito
MAURICIO CABRERA GALVIS

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