La historia de Mónica es, como verán, muy complicada. Acabo de toparme con ella. Quiere mi ayuda.
El maltrato ha sido característico a lo largo de su vida, sus padres –ambos- la maltrataban física y psicológicamente; en sus relaciones sentimentales ha sido igual. Inició a temprana edad su consumo de alcohol y luego de otras drogas (marihuana y cocaína). Interrumpió sus estudios por esta razón por lo que ha trabajado desde muy joven. No ha tenido ni la compañía ni el respaldo de una familia. Su refugio han sido sus amigas y las drogas. Le ha tocado prostituirse para poder subsistir. A los 22 años comenzó su consumo de bazuco con su segundo novio con el que tuvo un embarazo no deseado. Como no abortó, el novio comenzó un proceso de maltrato y abuso, situación que la llevó a consumir drogas en el embarazo y a tener un parto y post parto difíciles.
Al no contar con el apoyo de su madre, dejaba al bebé con una amiga para ir a trabajar pero por su estilo de vida perdió nuevamente el rumbo y descuidó mucho al bebé. Entró al poco tiempo en una depresión postparto que la llevó nuevamente al consumo de alcohol y de bazuco. Ante varias denuncias de sus mismas amigas y vecinos, el ICBF le quitó su bebé y le pidió que se sometiera a un tratamiento para dejar la droga. Ella accedió. En el centro de rehabilitación conoció a una mujer con la que probó la heroína y el síndrome de abstinencia fue tan fuerte que la llevó a huir de la institución. Para sostenerse le tocó prostituirse y muchas veces lo hacía sin preservativo porque le ofrecían más dinero. Quedó de nuevo en embarazo y de nuevo el ICBF intervino quitándole también al nuevo bebé.
Mónica ya no puede más. El pronóstico es crítico. De seguir así, su final será pronto y complejo: muerte por sobredosis, VIH, Hepatitis, fuente de contagio para otras personas, hijos sin padres, por mencionar solo algunos. Por sus vacíos afectivos, su grado de soledad es alto y su depresión constante, cuestiones que agravan el caso.
Supongo que viene prevenida pensando que todos se van a dar cuenta de su historia o incluso que ya la saben. Ella misma cree que no tiene sentido estar allí, así en el fondo albergue una mínima esperanza de salir de su problema. Yo la recibo con un gesto amable, le ofrezco sentarse, le ofrezco algo de beber, propicio la privacidad para que ambos estemos tranquilos sin pensar en las demás personas. La invito a caminar un rato.
Lo que quiero que Mónica perciba es que no hay protocolos, que estoy simplemente ahí para el momento en que ella quiera algo, decir algo, hacer algo. Me comporto así además, porque ella se muestra calmada, ensimismada, callada. Si fuera al contrario, este comienzo sería un poco diferente.
Le digo a Mónica que la comunidad necesita personas como ella, que tengan en su corazón el deseo de hacer el bien, de servir, así su vida personal esté volcada pero lo más importante es que deseen ayudar a otro (el ayudar a otros es curativo, el escuchar a otros es sanador). Hay muchas madres que se sienten solas, muchos niños que están desprotegidos, muchos jóvenes que se sienten sin rumbo –le digo-, en la vida de cada uno de nosotros se nos permiten muchas cosas hasta que de repente somos útiles para los demás y entonces toca convertir todo eso que vivimos, usarlo, como herramienta para ayudar a otros.
Te propongo, Mónica, que trabajes conmigo, a mi lado: en principio vas a ser observadora de todo lo que hago, te pediré apoyo una que otra vez en tareas sencillas pero la única condición es que conversemos en todo momento acerca de lo que va sucediendo, de lo que vayas viviendo a mi lado… vamos a hablar mucho; lo otro, sabes que debes tomar el control de tu dependencia así es que vas a hacerlo y yo te ayudaré: mientras estés conmigo no vas a consumir, sólo quiero que hables mucho acerca de lo que veas, sientas, huelas, pienses, ¡es todo! ¿Estás de acuerdo? Yo me ocuparé de tus necesidades básicas, comida, dormida, abrigo, por eso no debes preocuparte… asumo que cada vez que me acompañas estás trabajando para mí, para el Centro, estás generando un ingreso, así es que inicialmente no te daré dinero, sólo respaldo en lo que necesites.
A pesar que Mónica no mencionó palabra alguna, sus gestos comunicaban su aceptación y la confianza mínima que comenzaba a establecerse entre los dos.
Pienso que al vincularla a mi equipo de trabajo y estar tan cerca de mí, Mónica podrá sensibilizarse sobre muchas de las realidades que sufre la comunidad, podrá ver ángulos diferentes de los problemas sociales, podrá entenderse a sí misma como una persona no muy diferente a las demás cuya historia no es la primera ni la única en su género y que no todo en la vida es oscuridad. Cada persona define su vida, es cierto, pero es deber de la comunidad facilitarle todas las definiciones que hay y orientarla en su elección, así su elección sea encontrar una nueva definición.
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